C A P Í T U L O 3

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  —¿Es obligatorio?

  —La noche de bodas siempre ha sido una tradición, el que el alfa marque a su omega después de la ceremonia, al día siguiente se celebra nuevamente con una gran cena—Jimin jadeó bajando la cabeza—Si no quieres, podemos cancelar-

  —Me casaré con él, ya hice un trato, no puedo romperlo, pero no dejaré que me marque—Dijo dejando la taza de té que bebía sobre la elegante mesita con detalles plateados que tenía enfrente—no podemos enlazarnos, aunque seamos...

  —Tengo entendido que tú y él se conocían desde mucho antes, me lo contaste, ¿nunca supiste que se trataba de él?—Jimin negó—Yoongi le mencionaba a Hoseok sobre aquel aroma que se plantaba en el centro del bosque, aún no logro entender cómo es que nunca se vieron la cara.

  —Yo solo me mantenía dentro de la cabaña, y él la rodeaba andando en su caballo—torció sus labios—es difícil mantenerme duro, mis sentimientos me dilatan demasiado rápido, pero el hechizo, estoy débil desde ese día...

—¿Hechizo?

—Yoongi y yo estamos enlazados, pero, por alguna razón el siente que le debo algo, ayer juró que me mataría—hablaba pacíficamente jugando con los anillos que adornaban sus dedos—si lo hace, el morirá instantáneamente, supongo que mi lobo está algo herido por su suposición, Yoongi tiene encima una maldición, hay alguien que manipuló el lazo haciendo que su instinto humano no quiera absolutamente nada conmigo, mi lobo es fuerte y ahora, con simples palabras se encuentra herido.

Seokjin pensó en todo ese diálogo, recordando si había una persona en específico que tuviera algo que ver, sus ojos se abrieron al recordar su nombre pero dudaba meramente el que fuera capaz de algo así.

—¿Qué...?

—Artinay—Jimin frunció el ceño mirando un punto muerto—esa chica... es una sirvienta, pero he visto cómo mantiene su mirada sobre Yoongi.

—¿Crees que ella podría ser...?

—N-No, no lo sé, la chica es muy pacífica, es amable, gentil, piel muy blanca, pelirroja.

—Bien, escúchame, no quiero que dejes entrar a la ceremonia a ningún empleado, mucho menos a esa ingenua, ¿si?—el beta asintió sin dudar—no podemos estar seguros, necesita tenerla a la vista para descubrir sus movimientos.














Yoongi abrió la puerta sin siquiera haber tocado antes, caminó rápido hasta quedar frente al omega quien ya tenía puesta su pijama, Jimin se mantenía con los brazos cruzados hasta que le tomó del cuello de su bata.

—¿Quien te da el derecho de llamarme "cariño" enfrente de las visitas?

—Esto tiene que lucir más realista, ¿no? ¿o tu pequeño cerebro no asimila tal cosa?—escupió en su cara, sosteniendo la pálida mano para que le soltara, la tela de su pijama era muy ligera, en cualquier momento se podría romper.

Y bueno, el instinto humano de Yoongi solo quería acabar con el chico que tenía enfrente, pero el lobo olía al omega que tenía enfrente y se hacía pedacitos, Jimin jadeó al ser empujado sobre el colchón de su cama más el peso de Yoongi caer sobre su cuerpo entre sus piernas.

—¿Realista? ¿eso quieres?—Jimin volvió a jadear cuando tuvo una mano en su cuello, se removió intentando apartarlo de su cuerpo.

—S-Suéltame—tomó con fuerza la mano que estaba sobre su cuello tratando de liberarse, pero Yoongi se empujó hacia adelante haciéndolo soltar un quedo gemido entre dientes por el repentino y nuevas sensaciones que experimentaba.

—Pero mira tu cara, eres un completo virgen—volvió a empujar, Jimin apretó sus dientes al sentir su bata ser apartada ligeramente de entre sus piernas, abajo solo tenía una ligera ropa interior.

—Maldito alfa u-urgido, d-déjame—jadeó al sentir sus piernas se abiertas con descaro, intentó cerrarlas pero solo aproximó más el cuerpo del alfa quien sonrió entre dientes acercándose a su rostro—No te atrevas Min Yoongi, no tendré compasión y haré que tu cabeza ruede por el suelo si me pones una mano encima.

Escupió firmemente.

—¿Me estas amena- —Yoongi sintió una inmediata presión en el cuello, era tan fuerte que no podía respirar, en poco tiempo el alfa estaba sosteniéndose el cuello en el suelo intentando recuperar el aire, entonces Jimin supo que era suficiente, una horrenda tos lo atacó entonces, Yoongi observó como el omega cayó de rodillas enfrente suyo.

—No seas desesperado—dijo levantando su rostro del mentón posteriormente lo encontró acomodando su bata—¿me quieres para ti? ¿quieres alimentar el ego de tu alfa?

  Yoongi no respondió, solo gruñó.

  —No estaré en la cama de alguien que... acabo de conocer—escupió mirándolo desde arriba—así que mañana no me busques, no estaré en tu cama.

  Su omega chillo en su interior, pero Jimin era fuerte ante su omega aunque se estuviese debilitando, su pecho dolió pero ni siquiera hizo una mueca, Yoongi sin embargo logró sentir levemente un dolor en el lado izquierdo de su pecho, en medio de una gran confusión se levantó del suelo posteriormente solo se escuchó la puerta cerrándose.

  Jimin se sentó en la cama dándole la espalda mirando hacia la nada consolando internamente a su lobo, cruzó las piernas y observó la luna a través de la ventana sintiendo sus ojos picar.

  Quien era su alfa solamente quería usarlo como si fuese un trapo cuando lo único que haría seguramente era matarlo en el acto, Jimin no podía confiarse ahora, tenía que estar al tanto de todas las situaciones, el lobo de Yoongi solo actúa al reconocer el aroma de su predestinado, pero su cerebro parece estar desconectado desde que Jimin pisó el castillo.

  Sin más el omega rubio rompió al llanto en silenciosos sollozos, sus lágrimas eran abundantes, su lobo cada vez era más débil porque su predestinado simplemente quería acabar con él y posiblemente lo que lo detenía era el hechizo cuál también era razón de la debilitación de su lobo.

Ambos morirían si no descubrían quién es el individuo que le lanzó aquella maldición a Yoongi.

Crónicas de Sligeryn | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora