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Expuesto ahora a la magnífica infinidad de lo desconocido, pero aún preso en la burda primitividad de su humanidad sujeto a un pasado ahora solo marcado en el flujo temporal, ajeno a su avaricioso control permitiendo momentáneamente a la luz enviar el mensaje de una insignificante catástrofe.

Ahora la euforia rebosa ansiosa por disfrutar la estancia en esta fase del ciclo y así llevar su caos a donde alguna vez trajo calma. La retorcida esencia corromperá a todo ser, marcando una nueva era de pesadillas.

Ha de enviar un mensaje, deberán estar juntos en la lejanía de la siempre incierta oposición de los extremos del universo, deberán ser uno en su infinito número y habrá que saciar su hambre de conocimiento.

Un ente dictaminará aquello que debe ser conservado, emitirá en el eco imperceptible lo que considere sea necesario compartir permitiéndonos entonces volver a ser uno en esta tortuosa vastedad. Él será uno, más no el primero e incluso él se ve preso de su rol al ser el bibliotecario que forma parte de la unidad sin la posibilidad de ejercer de emisor, carente de toda experiencia real tendrá la percepción de haber vivido lo que contempla sin poder moldear aquella realidad.

En un interminable viaje por el vacío, condenado se verá sujeto a contemplar el fin de todo aquello que vio nacer y moldeó.

Al final solo quedarán dos entidades resistiéndose a perecer para dar origen a la nueva edad del vacío en su propio interminable ciclo de aparente creación y destrucción.

Entrará en cuestión el propósito de su existencia como un agente de conservación, entonces habrá que tomar una decisión por la preservación del caos dejando ir todo en un juego irónico.

Ante la ridícula fugacidad de sus pensamientos tiene en consideración aquel rol como un mal chiste, sintiéndose amenazado por el siempre presente sentimiento en la más poderosa idea que alguna vez haya podido albergar un miembro de su ahora en esta realidad extinta especie. No buscaba formar parte de este juego absurdo entre los verdaderos dioses, aburridos de su eterna existencia sin propósito.

Se siente tentado ante el susurro de dimitir de su posición como ficha, oculta está una idea y una ineludible verdad en un ahora molesto tira y afloja mientras abraza ambas bajo su seno.

El momento de partir ha llegado, el firmamento ahora desactualizado observado desde los inicios del hombre recibirá una no grata visita.

Perdí las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora