Las puertas se abrieron y la expresión de Bruno se tornó pálida al ver la silueta de una mujer. Las puertas volvieron a cerrarse, ya que Bruno, en una actitud de chiquilín, no terminó de ver quien era realmente y de golpe cerró la puerta como si hubiese visto un fantasma.
No le quedó más remedio que abrirla nuevamente y quedó momentáneamente deslumbrado debido a la luz proveniente del exterior.
- Realmente no esperaba que vinieras, es más, ni siquiera esperaba una invitación a tu boda.- Soltó Bruno pero no hubo respuesta.
Al instante, Jhoma se percató de que la oscuridad ya no la ayudaba a esconder su semblante de culpa o de vergüenza. Bruno vio que la silueta se acercaba a él, y ella no pudo evitar estremecerse al verlo. Su altura y sus hombros anchos, hacía que se moviera con una gracia sigilosa que no podía pertenecer a otra persona que no fuera Bruno.
- Hola Bruno.- Su voz era sedosa y amenazante.
-¿Qué es lo que quieres? -le preguntó cauteloso. - ¿Hay algo que desees decirme?- Jhoma sacudió la cabeza en un gesto de negación desconcertada-. No deberías estar aquí esta noche. Esperé por ti y entendí tu respuesta ¿Por qué...?-
- Espero que no sea tarde para darte una respuesta.- agregó ella a sus filosas palabras y Bruno quedó estremecido por el tono de su voz.
Demasiado aturdida para reaccionar, Jhoma se puso rígida cuando Bruno se acercó a ella y la tomó de la mano para hacerla entrar y poder cerrar la puerta. Una vez adentro los brazos de Bruno se cerraron alrededor de su cuerpo. Su mano la aferró por la nuca, sin prestar atención alguna al hecho de que le estaba alborotando el peinado, la obligó a alzar el rostro.
Ella lanzó una exclamación ahogada, hizo un movimiento para zafarse, pero la boca de Bruno descendió sobre ella y capturó la suya, ardiente, insistente, acaparando con ansia su calor y su sabor. El calor y la presión de sus labios constituían una auténtica delicia, y el deseo voraz que sintió de él fue tan grande que, de hecho,
jadeaba cuando se apartó de sus labios.Retrocedió con paso inseguro, luchando por recuperar el equilibrio en una noche que, de manera disparatada, había perdido el rumbo. Su espalda topó contra la pared y ya no pudo replegarse más.
- Aun no te he dicho nada...-susurró ella con el corazón retumbando con dolorosa violencia.
-Dime Jhoma.- dijo él con rudeza. Sus manos recorrían su cuerpo haciéndola estremecer bajo su vestido de verano.- Dime lo que deberías haberme dicho ese mismo día que fui a buscarte.-
Bruno apoyo su frente en la de ella esperando que calmara su respiración. Y cesarán los latidos de su corazón. Ella llevó sus manos hacia su cintura apretando en sus ojos la tela de la camisa blanca que llevaba algo alborotada.
- No sé cómo decir esto, me cuesta mucho, porque no quiero decepcionar a nadie. -
- No deberias pensar en los demás, nuestra felicidad esta en juego.- Respondió Bruno, impaciente por escuchar de una vez lo que le abriría la puerta a una nueva etapa de su vida.
- ¡Si!
- ¿Si?- Pregunto nuevamente sin poder creerlo y ella asintió con la cabeza.
- Si a todo lo que tenga que ver contigo.- Fue la Respuesta definitiva de Jhoma.
Un fuerte abrazo envolvió su cuerpo emanando un calor apasionado y tierno a la vez. Ya no dudaria, ya no dejaría que nada ni nadie se opusiera a que ella fuera feliz. Solo podían ser feliz juntos, mas allá de la edad o de cualquier otra cosa que pudiera oponerse a lo que sentían. De repente Bruno hizo una pausa y con irritación se despego de Jhoma.
-Tienes que irte, Jhoma -le dijo Bruno sin querer explicar el porque.
-;Porqué?
-Porque he deseado este momento con desesperación y si no te vas ahora, dentro de un momento te encontrarás desnuda en mi cama.- Respondió Bruno sin temer lo que ella pensara de el.
Aquellas palabras fueron las mas tiernas y protectoras que haya escuchado de un hombre. ¿Como podría no amarlo? Ella tomo su mano y lo llevo a la habitación. La mirada de Jhoma se clavó en Bruno con una intensidad tal que éste sintió cómo se le erizaba el vello de la nuca.
Permaneció inmóvil, intentando entender el significado de la expresión que acababa de ver en el rostro de Jhoma. Un instante después sus manos se movieron sobre sus pantalones y Bruno sintió cómo sus dedos abrían los botones. Su miembro cobró vida, endureciéndose e hinchándose inconteniblemente.
-Mi amor... -dijo casi sin aliento-. No lo hagas. Si me tocas, no podré... - Se interrumpió con una exclamación ahogada cuando el cierre se abrió y la cálida mano de ella empezó a moverse lentamente por su miembro, subiendo y bajando a lo largo de él. Bruno se sintió palpitar en respuesta a aquel contacto que no podía ser más deliberado.- No podré... -consiguió articular él por segunda vez, alzando las manos para cerrarlas temblorosamente sobre los delgados hombros de ella.
-¿Qué es lo que no podrás? -preguntó Jhoma, dejando que su aliento lo envolviera por completo.-No podré parar-respondió con voz entrecortada, y unió su boca a la de ella.
Bruno sintió como si el pecho se le llenara de fuego, y un zumbido rugió en sus oídos hasta que apenas pudo oírla. Se quitó los pantalones y, tras despojar torpemente a Jhoma de su ropa, la llevó a la cama.
-Te he extrañado y te he deseado todo este tiempo -dijo con voz enronquecida-. Incluso cuando te veía con ese tipo.-
-Lo se, es algo que tus ojos no podían ocultar. - dijo ella con placer, arqueándose hacia arriba cuando él le besó la garganta.
-Me prometí a mí mismo... que haría cualquier cosa con tal de mantenerte a mi lado. -El ritmo de su respiración se aceleró espasmódicamente cuando bajó la mirada hacia su cuerpo desnudo.- Ahora que tengo aquí conmigo, no cambies de parecer esta noche...- respondió en las pausas entre los besos que le iba dando lentamente. Ella lo interrumpió con su boca y, tomando mano, la llevó hacia su pecho desnudo.
- No cambiaré de parecer-dijo con un delicioso estremecimiento que recorrió la espalda de Jhoma.- Hazme lo que quieras. Házmelo... todo.-
A Bruno le bastó con esa invitación. Su cuerpo descendió sobre el de ella, Jhoma se relajó bajo él y cerró los ojos cuando sintió el suave y húmedo calor de su boca se cerró alrededor de uno de sus pechos, hasta que ya no pudo seguir reprimiendo los gemidos que querían escapar de su garganta. Se erguía un poco más con cada suave beso en las partes mas sensibles de su piel, elevando las caderas contra la parte inferior de su miembro erecto. La sensación de su contacto era tan caliente que ella empezó a concentrarse en el movimiento, separando las piernas y siguiendo el ritmo de su movimiento cada vez más rápido.
Un fuerte jadeo broto de su garganta luego de retirarse desesperadamente del interior de Jhoma. Una risa ahogada escapó de sus labios, y rodó sobre el costado de ella. Ambos agitados y saciados de amor.
-Dime que te quedaras para siempre a mi lado.- Dijo Bruno, luego de que cesaran sus respiraciones.
-Me quedare por siempre a tu lado.- Respondió ella abrazándose al cuerpo del hombre que había amado desde que lo vio por primera vez.
Al principio se había convertido en un amor platónico. hoy se había convertido en su amor de verdad.
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Mis queridos lectores... paso mucho tiempo desde la ultima actualización. Espero que me disculpen y sigan disfrutando esta historia. No falta mucho para el final. Por lo tanto les agradezco el animo y el apoyo de siempre... Digan presente si aun siguen ahi. Besostes y abrazos!!!
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El Dia Que Pueda Amarte.
RomanceTres amigas, quienes a pesar de su corta edad, descubren la atracción por los hombres equivocados. Yoli siempre sintió algo más que amistad por Diego, su vecino. Sin poder decirle nunca lo que sentía, ahora que es mayor de edad, aunque él esté pasa...