CAPÍTULO 8

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Foto: Hale & Logan

Para sorpresa de todos, el pequeño restaurante que había comenzado como un sueño para Logan, Bruno pudo hacerlo realidad. Fue un pilar importante para los gastos del lugar y ahora solo estaba en manos de su hijo continuar superando los altibajos que tiene todo tipo de emprendimiento. Habían hecho publicidad por redes sociales y promociones inigualables para atraer a los comensales y así fue. De un momento a otro, "Garden" fue uno de los lugares más populares en esa zona.

- Disculpe...- Levantó la mano una mujer dirigiéndose a Hale, quién se encontraba cerca de la barra controlando que los pedidos salieran a punto y a tiempo. Ella se acerco con amabilidad, forzando una sonrisa que pocas veces le nacía por si sola.

-¿En que puedo ayudarla señorita?-

- Con mis amigas deseamos conocer al chef en persona para agradecerle y elogiar el maravilloso rato que hemos pasado.- Sus otras dos amigas, soltaban unas risitas cómplices como si se trataran de adolescentes, dejando de lado que ya estaban bastantes mayores.

- No puedo asegurarles que venga personalmente, ya que, como verán...- Hizo una seña a todo el salón abarrotado de gente.- Esta sumamente ocupado.-

- Por favor, le ruego que haga lo posible. Las malas lenguas dicen que es un joven muy apuesto...- Susurro la mujer con unos enormes pechos. Con cautela la tomo de la mano para acercarla y le propino un billete bastante convincente y le guiño el ojo.- Yo se que lo convencerás.-

Hale se alejo de aquella mesa, oyendo susurrar entre risitas a las mujeres a sus espaldas. Odiaba a las personas que lo arreglaban todo con dinero, aun mas que a las que se regalaban con Logan, pero mas lo odiaba a el, cuando accedía con una estúpida sonrisa a esas cortas charlas con algunas mujeres que, con la excusa de elogiarlo, terminaban pasandole sus números telefónicos o improvisar alguna cita.  

- Pss Pss...- Chisto Hale al llegar a la cocina haciéndole una seña con la mano para que Logan se acercara.- ¿Ves esas tres adolescentes de casi cuarenta años?- El busco entre las mesas sin lograr ubicarlas.- Una tiene la boca como pico de tetera, la otra lleva puesto en el cuello una familia de patos y la otra, debes tener cuidado cuando se le vuele el botón de la camisa, de seguro te sacara un ojo cuando la tela entre sus pechos reviente.-

-Ya las ubique...- Dijo el, pellizcando una de sus mejillas.

-¿Iras?- Pregunto ella sorprendida.

-¿Porque no lo haría? Si viniste a avisarme es mas seguro que te dieron una buena propina y eso te conviene a ti.- Soltó de repente dejándola con la palabra en la boca.

Todas las noches, Hale tenia un horario para volver a su casa. Su madre volvía pasada la medianoche, por lo tanto ella llegaba a su casa antes de esa hora. Esa noche entro como todos los días algo apurada para guardar su vestimenta y meterse a la cama y evitar que su madre la viera. Pero cuando entro, la luz de la lámpara acuchillaba sombras a través del rostro de su madre cuando se dirigió a ella fríamente.

- Estoy segura que no vienes de estar con tus amigas.- En ese momento Haleine dejó inexpresivo su rostro, aunque se vio forzada a hacer una breve inspiración cuando sus pulmones se contrajeron.

-¿De donde vienes?- Hale balbuceo sin saber que contestar, la mataría si le dijera que estaba trabajando.- Vienes de verte con un hombre ¿verdad?- La mujer se paro y se acerco lentamente.- Estabas con un hombre.- Aseguro mientras veía la boca de su hija contorsionándose brevemente antes de que consiguiera disciplinar sus rasgos.- Parece que finalmente ha sobresalido la sangre de tu madre.-

Hale no termino de comprender si hablaba por ella misma o por alguien mas. Y aunque quiso aguantar las ganas de corregir la humillante comparación, se quedo callada.

El Dia Que Pueda Amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora