Foto: Hale & Logan
Para sorpresa de todos, el pequeño restaurante que había comenzado como un sueño para Logan, Bruno pudo hacerlo realidad. Fue un pilar importante para los gastos del lugar y ahora solo estaba en manos de su hijo continuar superando los altibajos que tiene todo tipo de emprendimiento. Habían hecho publicidad por redes sociales y promociones inigualables para atraer a los comensales y así fue. De un momento a otro, "Garden" fue uno de los lugares más populares en esa zona.
- Disculpe...- Levantó la mano una mujer dirigiéndose a Hale, quién se encontraba cerca de la barra controlando que los pedidos salieran a punto y a tiempo. Ella se acerco con amabilidad, forzando una sonrisa que pocas veces le nacía por si sola.
-¿En que puedo ayudarla señorita?-
- Con mis amigas deseamos conocer al chef en persona para agradecerle y elogiar el maravilloso rato que hemos pasado.- Sus otras dos amigas, soltaban unas risitas cómplices como si se trataran de adolescentes, dejando de lado que ya estaban bastantes mayores.
- No puedo asegurarles que venga personalmente, ya que, como verán...- Hizo una seña a todo el salón abarrotado de gente.- Esta sumamente ocupado.-
- Por favor, le ruego que haga lo posible. Las malas lenguas dicen que es un joven muy apuesto...- Susurro la mujer con unos enormes pechos. Con cautela la tomo de la mano para acercarla y le propino un billete bastante convincente y le guiño el ojo.- Yo se que lo convencerás.-
Hale se alejo de aquella mesa, oyendo susurrar entre risitas a las mujeres a sus espaldas. Odiaba a las personas que lo arreglaban todo con dinero, aun mas que a las que se regalaban con Logan, pero mas lo odiaba a el, cuando accedía con una estúpida sonrisa a esas cortas charlas con algunas mujeres que, con la excusa de elogiarlo, terminaban pasandole sus números telefónicos o improvisar alguna cita.
- Pss Pss...- Chisto Hale al llegar a la cocina haciéndole una seña con la mano para que Logan se acercara.- ¿Ves esas tres adolescentes de casi cuarenta años?- El busco entre las mesas sin lograr ubicarlas.- Una tiene la boca como pico de tetera, la otra lleva puesto en el cuello una familia de patos y la otra, debes tener cuidado cuando se le vuele el botón de la camisa, de seguro te sacara un ojo cuando la tela entre sus pechos reviente.-
-Ya las ubique...- Dijo el, pellizcando una de sus mejillas.
-¿Iras?- Pregunto ella sorprendida.
-¿Porque no lo haría? Si viniste a avisarme es mas seguro que te dieron una buena propina y eso te conviene a ti.- Soltó de repente dejándola con la palabra en la boca.
Todas las noches, Hale tenia un horario para volver a su casa. Su madre volvía pasada la medianoche, por lo tanto ella llegaba a su casa antes de esa hora. Esa noche entro como todos los días algo apurada para guardar su vestimenta y meterse a la cama y evitar que su madre la viera. Pero cuando entro, la luz de la lámpara acuchillaba sombras a través del rostro de su madre cuando se dirigió a ella fríamente.
- Estoy segura que no vienes de estar con tus amigas.- En ese momento Haleine dejó inexpresivo su rostro, aunque se vio forzada a hacer una breve inspiración cuando sus pulmones se contrajeron.
-¿De donde vienes?- Hale balbuceo sin saber que contestar, la mataría si le dijera que estaba trabajando.- Vienes de verte con un hombre ¿verdad?- La mujer se paro y se acerco lentamente.- Estabas con un hombre.- Aseguro mientras veía la boca de su hija contorsionándose brevemente antes de que consiguiera disciplinar sus rasgos.- Parece que finalmente ha sobresalido la sangre de tu madre.-
Hale no termino de comprender si hablaba por ella misma o por alguien mas. Y aunque quiso aguantar las ganas de corregir la humillante comparación, se quedo callada.
ESTÁS LEYENDO
El Dia Que Pueda Amarte.
RomanceTres amigas, quienes a pesar de su corta edad, descubren la atracción por los hombres equivocados. Yoli siempre sintió algo más que amistad por Diego, su vecino. Sin poder decirle nunca lo que sentía, ahora que es mayor de edad, aunque él esté pasa...