Foto: Jhoma
Como si nunca hubiese visto una mudanza, Jhoma se encontraba apoyada en el umbral de la puerta de su casa y sentada en el escalón de la entrada otra niña miraba con curiosidad aquel acontecimiento mientras jugaba con un caramelo en su boca. Un enorme camión se estacionó frente a la casa de al lado que por cierto, era fabulosa por fuera.
- Oye Yoli, ¿Tú sabes quiénes vivirán aquí?- Preguntó Jhoma a la niña.
-¿Porqué debería saberlo?- Preguntó Yoli sin mirarla y sin dejar de saborear el dulce que tenía en su boca.
-Pues, tu madre siempre anda chismoseando por ahí. Quizá alguien le contó algo.- Soltó secamente ganándose una mirada fulminante por parte de su amiga.
-Mi madre no es una chismosa..-Respondió Yoli.- Que vaya al supermercado y se entere de lo que pasa en el barrio es otra cosa.-
-Da igual, de todas formas ya veremos quienes serán nuestros nuevos vecinos.-
Siempre imaginaron como sería aquella enorme casa por dentro, y terminaban dibujándola en un papel y luego discutir cual era más bella. Jhoma sonrió al acordarse de aquello pero un señor que por cierto tenía unos ojos tan claros como el cielo se bajó de un auto y las miró con una cálida sonrisa.
- Buenos días...- Dijo el hombre y levantó su mano para saludarlas.- Soy el nuevo vecino...- Sonrió nuevamente señalando con su pulgar la puerta de esa hermosa casa.
No era intención ser irrespetuosas pero, aquel episodio las dejó inmóviles. En ese instante, bajaron dos personas más del automóvil. Un muchacho de no mas de quince años y otro que quizá tenía dos o tres años más.
<- ¿Serían sus hijos?-> Pensó Jhoma con intriga. <- Por supuesto que deben ser sus hijos. El parecido es bastante obvio... Pero ¿Y su madre?->
No vieron bajar a nadie mas y Jhoma supuso que quizá estaba trabajando o de viaje. El chico mas grande apenas las miró, pero el mas chico se detuvo de la misma manera que el señor. Les sonrió a ambas y como si se conocieran sacudió su mano saludándolas. En ese momento, la tensión en yoli había aumentado de tal manera que se ruborizó al instante, ajena a esa incomoda sensación, apenas logró levantar su mano a modo de saludo aunque la articulación de ésta fuese como la de un robot. Mientras más cerca lo tenía, más se animaba a adivinar su edad. Se paró frente a ellas y volvió a sonreír.
- ¿Viven aquí?- preguntó el chico y ambas sólo asintieron con la cabeza.- Me llamo Diego, de ahora en más seremos vecinos.- Se acercó un poco más y extendió la mano.
En el momento que Yoli extendía la suya, un gritó la hizo paralizar antes de rozar su mano en un saludo.
- Yoli... ¿Qué te dije de hablar con extraños? Podría ser un violador, o un secuestrador...- Soltó Hale quien acababa de salir de la casa. Tanto Yoli como Jhoma revolearon los ojos con desinterés por la exageración.
- Dios mio Hale, ese chico no debe tener ni quince años... ¿A quién podría secuestrar?- replicó Jhoma.
El chico había perdido su sonrisa y sólo se paró a escuchar aquel debate. Aquellas tres amigas solían hacer un gran aspamento de algo insignificante y al parecer eso le causó gracia al chico en cuestión.
- ¿Cuántos años tienes?- preguntó Hale.
- Catorce.- contestó Diego.
- Ya ves. Deja en paz al muchacho.- Sonrió Jhoma y se adelantó a hacer la presentación.- Ella es Yoli, tiene diez años. Es una niña muy buena, pero no sabes en que se convierte cuando le llevan la contra. Ella es Haleine...-
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El Dia Que Pueda Amarte.
RomanceTres amigas, quienes a pesar de su corta edad, descubren la atracción por los hombres equivocados. Yoli siempre sintió algo más que amistad por Diego, su vecino. Sin poder decirle nunca lo que sentía, ahora que es mayor de edad, aunque él esté pasa...