HEARTBLOOD

Dos Sobre Uno / capítulo 8

Esta bien, he cambiado de opinión, no lo pensé bien. Mejor dicho, nunca pienso bien las cosas. No debí emocionarme o alegrarme de esto, creí que iba a ser algo suave. ¿De quién fué la idea? y ¿Quién fué
el tonto que aceptó esto? Si, yo fuí el tonto que aceptó.

Sam sentiá esa gran presión que emanaba Sirs mientras apuntaba con su guadaña. Aún no había sentido un golpe de ella pero ya estaba decidido a no recibirlo.

–¿Listo? Decía Sirs mientras apuntaba a Sam.
–Aaaam ¿noo?... decía Sam mientras esperaba que algo detuviera la pequeña batalla.

De pronto Sirs lanzó su guadaña directamente hacía Sam y este podía ver como poco a poco se acercaba a gran velocidad, lo que no percibió fué qué al fijar su vista al arma que se dirigía hacía no se percató que Sirs ya no estaba en el punto dónde lanzó su arma.

–¿Que? La perdí de vista tan rápido ¿Cómo? En don... el arma.

Cuando Sam intentó bloquear la guadaña con sus cuchillas, Sirs apareció del lado derecho e iba preparando su puño directo al costado derecho del rostro de Sam. Él miró de reojo y sin tiempo de reaccionar, el golpe iba a ser recibido pero Sirs se detuvo.

–Eres muy lento.

Sirs desapareció de nuevo.
–¿Que? ¿De nuevo?

De pronto Sirs apareció delante de Sam y sosteniendo el mango de su guadaña golpeó su pecho con la parte de la hoja sin filo de su arma.
–¡Mierda!

Sirs empezó a girar su guadaña y empezaba a jugar a que cortaba a Sam, mientras él se tomaba en serio esquivar cada golpe.
Saltando, bloqueando, girando en el suelo de un lado a otro, un salto hacía atrás, bloqueando y bloqueando. Se mantuvieron así hasta que Sirs saltó y con sus dos manos agarró un impulso como si fuera a dar un martillazo al suelo.

–¡Nooo AAAAAAAH! Decía Sam mientras saltaba hacía atrás esquivando el golpe de Sirs.

Sirs clavó su guadaña al suelo y agrietó la tierra y sacando su arma siguió persiguiendo a Sam por todo el campo.

–¿Qué hace? Decía Kiliam.
–Es un tonto ¿que se puede esperar de un mocoso?
–Solo está huyendo y la chica ni siquiera está yendo en serio, parece que le divierte lo que está haciendo.
–Se lo dije, le dije que no hiciera esto y no me hizo caso, por estas razones no me gustan los niños y los adolescentes.
–Pero... si tú también fuiste uno.
–Cállate, ojalá estuviera muerto, para no ver esta estupidez.
–Creo que si lo estamos, solo mira, no nos matará la chica, si no un infarto de él.

–Mira viejo estúpido. ¡AAAAH! Lo siento ¿Ok? Tenías razón ¡AAY! ¡Corre, corre! Pero sácame de aquí te...te ¡AAAAH! TE LO PIDO. Dijo Sam mientras huía de los ataques de Sirs.

–No lo haré, no te ayudaré. Menos sabiendo que ese cuatro ojos está mirando. Es lo que quiere. ¿Por qué no mejor le pides ayuda... a tu...verdadero...
уо?

–Oye, no seas así en serio, no seas tan malo. ¡AAAAAH! Alguno de los dos, ayu... ayúdenme ¡Dios santo! ¡AAAAH! Solo para vivir más.

Killiam miraba a Vergil y este con cara de decepción y negando suspiraba.
–Pues a ver es una usuaria de TransferBlood. Tú eres InnerBlood, puedes contrarrestarla. Decía Killiam.
–¿Qué es un ¡AAH! Transfer inner Blood ¡AAAH! ¿Qué soy un qué?
–No te hablo a ti, le hablo a él. Refiriéndose a Vergil.
Kiliam seguía mirando y continuó. –Podrías igualar su velocidad, sabemos muy bien que no desaparece, solo es rápida. O incluso... superarla.
–Ya lo dije y no lo volveré a repetir, no lo haré.
–Bueno amigo, lo siento, no te podemos ayudar, intenté convencer a la pasa esta pero al parecer le da miedo que lo vea el asesor de traje.