Capitulo 3: Altos Encuentros

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-¿Qué le sucedía al médico?-Vuelvo a insistir mientras subimos a la camioneta.
-Nada.
-Pero si...
-No le sucedía nada.-Vuelve a decir mi hermana algo irritada.
-Claro que si.-Empiezo a sumar dos más dos. La expresión perdida del doctor y los intentos de evadir el tema, por parte de mi hermana, resultan sospechosos.-¿Qué le hicieron?
-¿A qué te refieres?
-¿Qué hicieron para que el médico me dejara salir? Apuesto a que no estaba actuando bajo su voluntad.
-Solo...lo convencimos un poquito.
-¿De qué manera?
-No importa. Estas dada de alta y eso es lo que importa. Fin de la discusión.
-No ha terminado, y si importa la manera.-Quiero respuestas, así que no me doy a dar por vencida.
-¡Kiara!-Contesta exasperada, a lo que respondo con una mirada firme.-De acuerdo, tu ganas. Uno de los nuestros aplicó un poco de su poder persuasivo para que te dejara salir, pero el doctor estaba necio en que no, así que se le autorizó a la persona encargada de convencerlo, que usara todos los recursos disponibles, sin llegar a dañarlo. Afortunadamente no paso a mayores. ¿Estas contenta?
-No. ¿Cómo pudieron haber hecho algo así? Es...
-¿Incorrecto?-Sugiere, al ver que no encuentro una palabra para describir esto.
-No. Si. Es incorrecto, perverso...
-Lo sabemos, pero no había otra forma de sacarte sin causar sospechas. Buscamos...
-¿Y Antony?-Digo, interrumpiéndola, tratando de cambiar de conversación. No me apetece seguir discutiendo de moral, y de lo que es correcto o no, pues no quiero enojarme con ella.
-¿Antony?-Frunce sus cejas confundida.
-Si. ¿Dónde está?-Sólo espero que no se haya ido.
-Después del incidente, se fue a su pueblo a informar al Rey.
-¿Se fue?-La noticia me desanima.
-¿Por qué te importa tanto ese chico?-Interviene mi madre, por primera vez en la conversación.
-Solo...curiosidad, es mi amigo.
-Son novios.-Dice mi hermana.
-¡Oh!Eso explica todo.-Asiente, como un niño que acaba de descubrir que esta en lo cierto.
-¿Explicar qué?-No sé que me pasa, pero estoy muy irritada.
-¿Lo amas?-Pregunta mi madre, ignorándome.
-¿Qué?-Digo sorprendida por el rumbo que esta tomando la conversación. Estoy enamorada de Antony, y si, lo amo, pero no es algo de lo que quiera hablar con una señora que hasta hace poco no sabia que era mi madre. Había compartido tantas cosas con Antony, que sentía inapropiado contárselas a otra persona. Eran cosas privadas.
-¿Amas a Antony?-Insiste.
-Yo...-No puedo evitar sonrojarme.
-Ya veo.-Termina con una sonrisa, lo cual me hace sentir más incómoda. Jamás en mi vida pensé sentirme así por hablar de un chico con alguien. Siempre creí que nada podía superar la incomodidad provocada por los compañeros cuando se burlan de ti, pero creo que me equivoque un poco. Tal vez no sean la misma cosa, lo sé, y es estupido comparar estas dos cosas, pero así lo veo. Además de que es extraño. Aún no puedo acostumbrarme a la idea de que ella es mi madre,y de que he vivido en una mentira durante tantos años. Y ahora espera que le cuente todo, como si fuéramos íntimas amigas.
Durante el camino que queda a "casa" ninguna de las tres decimos nada, haciendo que el silencio lo invada todo, solo se escuchan nuestras respiraciones, lo cual hace todo peor.
Al llegar a la casa, intento bajarme de la camioneta pero un dolor punzante me detiene a medio camino. De la nada una mano aparece, tomando la mía y me ayuda a salir. Cuando mi cuerpo está completamente fuera, me encuentro a Aarón a centímetros de mi cara, respirando el mismo aire que el mío. Su brazo se cierne sobre mi cadera, haciendo que pueda mantenerme en pie, pero también me hace estar más cerca de él. Veo sus ojos azules, los cuales tienen un brillo que no había visto antes en él. Cuando habla, mi vista se va a sus labios, suaves y delicados, tan cerca de los míos. Reprimo un suspiro.
-¿Cómo estás?-Su voz es cadenciosa-Estaba preocupado por ti.
-Yo...estoy bien.-Me obligo a recomponerme, y me regaño. Su presencia no puede aturdirme de esta manera. Es solo mi amigo. Nerviosamente miro al rededor, buscando la ayuda de mi hermana, pero ella esta a unos metros hablando con mi madre sobre algo que no alcanzo a escuchar. Busco un pretexto para ponerle fin a su contacto.-Gracias por la ayuda, pero puedo continuar.
-Todavía no estas bien. Además, no hay nada de malo que te ayude.-<<Creo que me estoy enamorando de ti>> El recuerdo de esas palabras me hacen sentir mal. Él es mi amigo, de los pocos que he tenido, y por eso creo que nunca podré llegar a verlo como algo más, a pesar de su atractivo y su personalidad.
-No. Ya estoy bien.-Insisto, sin saber a quién de los dos intento convencer."Hermana, te necesito" le digo a Anhelisse por medio del léxeon, la forma que tenemos los Arcontes para comunicarnos, intentando que solo le llegue a ella. Segundos después mi hermana se acerca.
-Mamá, quiere hablar con nosotras, ven. Erundür, nos vemos después, yo ayudo a mi hermana.
-Claro.-Le dirige una sonrisa falsa a mi hermana.-Nos vemos, Kiara. Que te mejores pronto.-Se acerca y me da un beso en la mejilla, a unos milímetros de distancia de mis labios. Da media vuelta y se va.
-Gracias, me salvaste.-Al fin puedo respirar.
-De nada. ¿De qué te salve exactamente?
-No sé exactamente.
-¿De Aarón? Se que es tu amigo, pero no me gusta mucho.
-Lo sé. Pero, ¿Por qué?
-No es tanto él, sino más su familia. Creen que ellos deberían de gobernar. No sé si él piense igual, pero no lo dudo. Aunque...se ve que te quiere.-Entramos a la casa, mientras deseo que el calor de mis mejillas no sea visible.

Archai 2: El PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora