Entro a la casa, con la chamarra de Calatar cubriendo mis hombros. ¿Por qué todo tiene que ser tan confuso? A pesar de ser mediodía me siento exhausta, tal vez será porqué el sol está oculto tras las nubes, haciendo creer que ya es de noche. Voy a la cocina por comida, pero no encuentro nada interesante en el refrigerador, y la chef personal de mamá no se encuentra, así que me dirijo al frutero y agarro unas manzanas.
Como hoy no tengo nada planeado, ni reuniones ni visitas, me voy a la sala de estar que se encuentra a dos puertas de distancia de mi cuarto, y me siento a ver Pretty Little Liars. Es una serie muy interesante y adictiva, tanto, que cuando me doy cuenta, ya son las seis de la tarde y muero de hambre. Cuando salgo de la habitación, toda la casa se encuentra en silencio. Al parecer, por lo que resta del día,muy se han terminado las reuniones, lo cual significa que mi madre y mi hermana han de estar desocupadas.
Camino entre pasillos poco iluminados, en busca de alguna señal de vida, pero todo esta tan silencioso que creo que podría escucharse el latir de otro corazón a diez metros de distancia. Llego a la ala oeste, donde hay una biblioteca. La puerta esta cerrada. Cuando la empujo escucho susurros. Entro por completo y veo a mi hermana agachada, leyendo un pergamino que parece ser muy viejo.
-Anhelisse, ¿estás ocupada?-Pregunto suavemente, para evitar sobresaltarla con mi presencia.
-No, Kiara, ¿qué necesitas?-Deja el pergamino para verme fijamente a los ojos. En su cara puede verse el cansancio, como si no hubiera dormido en varios días. Un termo de café sustenta mi teoría. Su perfecto cabello dorado, se encuentra algo despeinado, de tanto que pasa sus manos por su cabeza.Trae puesto unos vaqueros y un jersey morado. Me siento a su lado.
-¿Estas bien? Luces cansada.
-Si, si. Sólo he estado muy ocupada. Hay demasiado trabajo diplomático, y una situación que no sé como resolverla.-Pasa una mano por su cara, frotándose sus ojos.
-Entonces sabes del viaje a Gyúxst, ¿no? Y de la visita del consejero del rey. ¿Es por eso que hay tantas personas trabajando en la casa, moviendo muebles, cargando cajas de un lado a otro?
-¿Cómo lo...?¿Quién te ha Contado? Se supone que es un asunto confidencial del consejo con la Reina. ¿Mëleanné te ha contado esto?
-No,con fue ella, y no importa quién me lo contó. ¿Por qué tanta insistencia en ocultármelo. No es que piense en escaparme otra vez y crear problemas, e invitar a los drows a armar una fiesta, para acabar con los elfos.
-¡Kiara! ¿De qué narices estás hablando?-Sus pupilas están como platos.
-Significa que tengo razón. Todos creen que me he aliado con los drow, sólo porqué he tenido suerte de sobrevivir a sus ataques...
-Nadie cree que te hayas aliado con ellos. No hay ninguna razón lógica para que piensen que has hecho un pacto con esas criaturas. Sólo unos cuantos conocen tu verdadero origen. Mamá ha tenido cuidado en escoger a las personas que saben sobre tu parte drow. Además ellos mataron a tu padre.
-Tienes razón. ¿Puedo hacerte una pregunta?-No me responde con palabras pero asiente, estando de acuerdo.-¿Crees que existan drows amables, como mi padre?
-No lo sé, Kiara, creo que si pueden existir, casi siempre hay excepciones. Pero debes tener cuidado. A veces son engañosos. Preguntas por Calatar, ¿no es verdad? Y por cierto, de dónde sacaste esa chaqueta.-Reparo en la chamarra que llevo puesta, la misma que Calatar me dio hace unas horas. No puedo decirle a mi hermana que pertenece a él, pies podría alterarse por su presencia en el palacio.
-Tenía frío y desee que apareciera una chamarra, y salió esto.
-Se parece mucho al estilo de las capas que usan los drow.
-No me había fijado. Sólo me importaba que fuera caliente. ¿Y cómo está mamá?
-Haciendo todo lo posible para evitar ese viaje. No es nada seguro para ti, y lo peor es que no me permitirán quedarme contigo, sólo acompañarte y dejarte, aunque si se enteran de tus poderes de teletransportación, no será necesario hacer un viaje como tal.
-¿Viaje? Sabes que no se me da bien eso de volar.
-Lo sé, por eso el viaje se haría por tierra. Dándoles a los drow, la oportunidad perfecta para atacar, puesto que son bastantes horas de camino y paradas a repostar, podría presentarse su ocasión y terminar...
-Vale, ya lo tengo.-La interrumpo, pues no me gusta la idea de hablar de mi posible final.-¿Esa es una de las razones para que no vaya? No sé puede hacer otra cosa para convencerlo de que no soy una amenaza.
-Eso es lo que estoy investigando. Nuestra madre esta en lo mismo,color eso tanta reunión. No queríamos decirte nada hasta tener algo en concreto, pero ya te enteraste, de una forma que desconozco. ¿Leíste mi mente?
-No, no fue eso. Desde lo de Ypógeios no he podido hacer eso, es como si me hubiera bloqueado, no lo sé es muy extraño. Tampoco he podido usar el lexeón. Es como si Inttyälle...
-No, no creo que Inttyälle lo haya hecho. Puede ser que ir a Ypógeios te afectó demasiado, aislando tu parte arconte. Es solo una teoría.-Se aprieta el puente de la nariz y suspira.-Tal vez si practicas usar el lexeón puedas salir, regresar a usar tus poderes al cien. Ahora dime, en que estaba pensando.
-¿En un mundo hecho de bombón donde los unicornios hablan y vuelan sobre un cielo lleno de arco iris?-Bromeo tratando de ocultar la desesperación que siento
-No.-Dice entre risas.- No pensaba en eso, aunque ahora no es mala idea pensar eso. Concéntrate. Vuelve a intentar. Si no lo consigues, no te frustres, eso solo hará que el bloqueo crezca. Tal vez si te digo un tema o ¿intentamos jugando al adivina un número?
-Vale, no es mala idea. Probemos primero con los números, tal vez funcione.
-Bien. Estoy pensando en un número entre el cero y el veinte.
-¿16?
-No, Kiara, no lo inventes. Cierra los ojos y escucha, trata de captar lo que pienso, como si fuera una estación de radio, solo tienes que encontrar la frecuencia correcta. Y por cierto era 13.
Probemos de nuevo, confío en que podrás. Un número entre el cero y el cien.
-95-Dije, concentrándome al máximo, hasta que la cabeza empezó a zumbarme.
-No. Intenta otra vez, no es tan difícil. Visualiza el radio...
-¿Estas de broma? Hay más posibilidades de que me equivoque.-"Vamos, sé que puedes. Apuesto por ti, chica en llamas. Solo di el número. Sólo di 43."-Pero que...¿Por qué estabas citando a Cinna de los Juegos del Hambre? No soy la chica en llamas, y 43 es un número un poco obvio...Espera, ¡funcionó! ¡Es fantástico! Prueba de nuevo, piensa lo que sea.
-¡Excelente! De acuerdo pensaré en otra cosa, esta vez sin ninguna cita de los Juegos del Hambre.-"Aunque tengas más encanto que una babosa muerta." "Oye, ya basta.-le conteste usando lexeón, lo cuál me sorprendió más a mi que a ella.-Esta bien que amemos esa trilogía, pero no te pases. ¿Y porqué no te sorprendió que lo lograra?" "De acuerdo, ya no más sesos de alga.-Me le quedo viendo con mala cara, lo cual provoca un ataque de risa en Anhelisse.-Solo necesitabas un empujón para lograrlo, y uno de los mejores, a veces es con algo que le interesa a alguien, o haciéndole enojar en el caso"--Perdóname, enserio, no quería molestarte, pensé que los libros te ayudarían un poco. Te interesarías en captar mis pensamientos. Uno no da con la estación correcta de música, a menos que la estés buscando y te interese escuchar esa estación, de lo contrario no funciona.
-No te preocupes, no me molestó, solo estaba jugando contigo. Gracias. Por cierto, ¿cómo sabes tanto?-Le digo sonriendo. Mi hermana se ve menos cansada que hace un rato.
-No eres a la única a la que le da un bloqueo. Estuve presente cuando los Antiguos ayudaron a Aarón a abrirse al lexeón. El no podía comunicarse como nosotros, en nuestro lenguaje. Los Antiguos le dijeron algo parecidos lo que te mencione, solo que con palabras más complicadas y elevadas. Al pobre de Aarón le costo mucho entender lo que le decían, pero al final lo consiguió.
-¡Wow! No sabia eso. Pobre Aarón, no debió gustarle eso. ¿Cómo son los Antiguos?
-Viejos.-Nos reímos ante el chiste de Anhelisse.-Un poco aterradores para un niño, pero es más como una junta de abogados expertos, con el cabello platinado. Nunca los he visto reír. Espero que no tengas que conocerlos.-Mi hermana deja escapar un bostezo.
-Suena aterrador. ¿Por qué no vas a dormir? Puedo ayudarte con los pergaminos...
-No es necesario. Mañana seguiré. Lo dejaré por hoy.-Se pone de pie, y yo la imito. Anhelisse guarda el pergamino en su lugar, y salimos de la biblioteca. Mi hermana me acompaña hasta mi habitación. Mientras caminamos por los pasillos, los sensores de movimiento hace que las luces se vayan encendiendo según seguimos nuestro camino. Cuando llegamos a mi puerta, Anhelisse me da un abrazo y un beso en la mejilla y me desea buena noche, yo hago lo mismo. Entro en mi habitación y espero adentro hasta que escucho los pasos de mi hermana lo suficientemente lejos. Después de unos minutos me decido a salir, tomando el pasillo de la derecha que lleva a la biblioteca.
Hoy va a ser una larga noche.
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Archai 2: El Poder
FantasySegunda entrega de Archai:El Origen Kiara se ha acostumbrado a la idea de ser diferente, de ser un Arconte. Pero un viaje inesperado la llevará a conocer el principio de su poder y otros misterios. La guerra se avecina. Y Kiara tendrá que escoger d...