-¿No lo entiendes? La mocosa sobrevivió. Otra vez. Y todo por tu incompetencia. ¿Es que acaso no quieres que muera? ¿O te has enamorado de ella, Calatar?
-Yo...Señor. No. No es así, Señor.
-Si fuera cierto, ella ya estaría muerta.
-No es eso, Señor. Ella...siempre busca la forma de sobrevivir. Es como si estuviera destinada a...
-Cállate, Calatar. No me recuerdes esa despreciable profecía. Lo que dijeron es una farsa. Y si fuera cierto, ¡qué mejor razón para que muera!
-Si, Señor. Coincido con eso.
Mi corazón se detiene. Estaba en lo correcto. Es él. Inttyälle y Calatar, y están hablando de mí. Ya se enteraron que no morí esa noche. Miro a los lados, nerviosa de qué alguien me haya seguido o me esté observando. Analizo el lugar en donde me encuentro. Las paredes, aunque son de piedra, son muy elegantes. Algo inapropiadas para un lugar cómo este. Hay algunos muebles y estantes llenos de libros y de piezas extrañas; una de ellas me llama la atención y la agarro, es un cuervo de algo parecido al ónix, lo agarro y sigo viendo cosas. La habitación en la que me encuentro no tiene ningún lugar seguro dónde me pueda esconder si alguien aparece de la nada. Me siento cansada, mareada, y el dolor punzante de la pierna reclama mi atención, pero lo ignoro y me concentro en la conversación que se desarrolla al otro lado de la puerta.
-¿Entonces por qué no esta muerta? Mira, Calatar. Solo una. Te voy a dar una última oportunidad. Espero que no me falles. Vas a aguardar a que salga de la ciudad de esas criaturas desagradables. Entonces terminaras con esto.-Se oye rabia, pero al mismo tiempo gozo en su voz. Como si algo lo alegrará demasiado.
-Es imposible que salga. Su madre jamás la dejará salir de ahí. Después de...de eso...la përzierje esta protegida.-La voz de Calatar es apenas audible. ¿Se refiere a lo del derrumbe? Calatar debe creer que es su culpa, y por eso no puede decirlo, sino él se enojará con Calatar.
-Calatar, Calatar. Confía en mi. Ella va a salir, y su madre no va a poder hacer nada. Ni siquiera su insignificante hermana. Creen que la pueden proteger, pero no tienen la fuerza.
-¿Y ese Antony? O ¿cómo es que le dicen? ¿Öatar, Ötar? No importa. Ese tipo elfo. ¿El puede protegerla? Ya lo hizo una vez. La primera vez.
-No lo creo. El tampoco es fuerte. Sólo ella misma puede hacerlo. O su padre. Pero el no podrá hacerlo. Lleva muerto bastantes años. Creo que han pasado dieciséis años desde que lo mate. No, nadie puede protegerla. Pronto será un blanco fácil. Nada podrá impedirnos aprovechar esta oportunidad.
-¿Señor...?
-Si, Calatar. Yo también sentí eso.-Inttyälle interrumpe a Calatar, como si ya supiera lo que le iba a decir.-Esta aquí. Puedo olerla. Pero, ¿Cómo es eso posible? La seguridad de este lugar es impenetrable...- "Párate lentamente, Calatar. Esta al otro lado de la puerta. Sorpréndela y mátala. Es tu oportunidad, Calatar" Siento un latigazo en mi cerebro. Sus fortalezas mentales son más fuertes de lo que pensé. Empiezo a retroceder cautelosamente a la salida. No escucho ni un ruido, sin embargo puedo sentirlo, esta frente a la puerta. Si no salgo de aquí, estaré muerta.
A solo unos pasos de la salida, me topo con algo, una pared que no estaba allí cuando llegué. Me doy la vuelta para descubrir que no es una pared. Es el mismo Calatar en persona. Me quedo helada sin poderme mover. Sus ojos amarillos centellan. Mi cerebro y mis instintos me gritan que huya, que me mueva, pero no reacciono. No sé si es por el miedo, o porqué su rostro me resulta tan familiar y seguro.
Consigo abrir la boca para liberar un grito, pero antes de que logre liberarlo, Calatar me susurra:
-Tranquila. No tengas miedo. No voy a hacerte daño. Por favor no grites, sino él sabrá que nos encontramos y me matará, si yo no te mato primero. Sé que puedes escapar. Hazlo. Regresa con ellos y mantente ahí.-Su declaración me confunde. ¿Es una trampa? ¿Me esta engañando?
-¿Cómo sé que puedo confiar en ti?
-No sabes, pero tienes que hacerlo. Nos queda poco tiempo o sospechará. ¿De casualidad puedes crear cosas con solo desearlo?
-Si.-Digo mientras me cruzo de brazos. Un intento poco útil de protegerme.-Si puedo.
-Bien. Necesito que hagas una muñeca parecida a ti. Oh y una pluma y papel.-Estoy aún en shock, pero hago lo que me dice. En mi mano aparecen los objetos. Le ofrezco las cosas ya más relajada. Si quisiera matarme ya lo habría hecho, ¿no?.-Excelente. ¿Has estado practicando?-Empieza a escribir en el papel algo parecido a <<Dulce o truco. Siempre un paso adelante. £>>
-¿Qué significa esa £?
-Nada importante. Dame un mechón de cabello. Rápido.-Le doy un pedazo de mi pelo. El lo toma, algo nervioso y se lo ata a la muñeca.-Ahora vete.
-No sé como hacerlo. Sólo sucede. Tal vez si pienso en mi familia...-Otra vez ese tirón en el estómago. Me inclino y todo vuelve a estar negro. En unos segundos estoy de vuelta en casa. No hay nadie. Intento entrar a la mansión, pero sólo consigo tirar unas macetas, haciendo mucho ruido. Vagamente veo dos figuras corriendo hasta dónde me encuentro. Cuando se detienen, frente a mi, las identifico.
Mi madre y mi hermana me miran algo aterrorizadas, y no entiendo porqué.
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Archai 2: El Poder
FantasySegunda entrega de Archai:El Origen Kiara se ha acostumbrado a la idea de ser diferente, de ser un Arconte. Pero un viaje inesperado la llevará a conocer el principio de su poder y otros misterios. La guerra se avecina. Y Kiara tendrá que escoger d...