Capítulo 7: Visita Inesperada

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-¿Qué es todo esto?-Le pregunto a uno de los ayudantes del castillo. Desde que desperté, la casa ha estado sumergida en un inmenso caos. Personas suben y bajan las escaleras, cargando cajas de contenido desconocido.
-Cosas, princesa.-Contesta de forma cortante, como si le agobiara hablar conmigo. El chico se me queda viendo durante unos segundos, esperando, pero como no le digo nada, se desespera y se hace a un lado.-Si me disculpa, princesa.-Hace una pequeña reverencia y se va. Aún no me acostumbro a todo esto. Cada vez que alguien me llama princesa o me hace una reverencia me siento como un marciano.
Bajo las escaleras en busca de mi hermana o mi madre, para que me den una explicación sobre esto. Tengo un presentimiento y no es nada bueno. Los miembros del consejo han estado varios días en sesión a puerta cerrada, discutiendo algo de gran importancia, según me informó Anhelisse ayer. Ya han pasado cuatro días desde que me aparecí en Ypógeios. Mi pierna ya se ha curado del todo, y la quemadura provocada por el dije ha desaparecido. Llego al final de un pasillo y veo a una de las asistentes de la reina hablando con Lord Wifderk
-Disculpe Lord-Digo siguiendo la etiqueta. Lord Wifderk hace una pequeña reverencia.-Mëleanné, ¿sabes dónde se encuentra mi madre o mi hermana?-Digo atropellando las palabras.
-Princesa.-Mëleanné hace una reverencia más larga que la de Wifderk-Tengo entendido que la reina esta en una reunión y su hermana, creo que ha salido al jardín a tomar aire. ¿Gusta que le agenda una cita con su madre? Ha estado muy ocupada estos días.
-No, gracias Mëleanné. Iré a buscar a mi hermana.
-¿Necesita algo más, princesa Kiara?
-De hecho, sí. ¿Podrías decirme porque tanto ajetreo en el palacio?
-Es confidencial.-Dice bajando la vista. No estando satisfecha con la respuesta, me quedo enfrente de ella, con los brazos cruzados. Mëleanné mira nerviosa a Wifderk, el cuál suspira fastidiosamente,muero al final asiente.-Una visita. Su madre está ocupándose, junto con el consejo de todos los detalles, políticos. Siento que sea todo lo que pueda informarle.
-No importa, Mëleanné, gracias. Me retiro a buscar a mi hermana.
Dicho esto doy media y me dirijo hacia una sala de estar que da al jardín. La temperatura exterior es fría, pero no quiero perder la oportunidad de hablar con mi hermana, así que no busco mi abrigo. Una ráfaga de viento atraviesa el jardín, haciendo, a su paso, cantar a las plantas. Mi cabello me tapa la cara, e intento apartarlo, pero el aire impide que se este quieto. Camino entre los árboles, siguiendo el sendero, en busca de mi hermana, pero no la encuentro. Creo que me tardé mucho tratando de conseguir información con Mëleanné, y he perdido la oportunidad de hablar con Anhelisse. Me siento en la banca más cercana y suspiro. El viento helado va entumiendo lentamente mi cuerpo, hasta el punto en el qué me siento como una paleta helada.
Unas manos cubren mi boca y lo único que pienso es en gritar, pero no sale ningún sonido por mi garganta, no sé si es por el miedo o porque me he quedado congelada a causa del aire. Quien me tapa la boca se acerca a mi oído y me susurra: <<No vayas a gritar. Tengo que hablar contigo>> Lentamente retira sus manos de mi boca. Me doy la vuelta para ver de quién se trata y por poco me da un ataque. Sus ojos me examinan desde lo alto, haciéndome sentir incómoda, así que me pongo de pie, para estar casi a la misma altura. Nunca me ha gustado estar hablando con una persona que esté de pie, mientras me encuentro sentada, eso me hace sentir vulnerable.
-¿De qué tienes que hablar conmigo?-Pregunto mirando nerviosamente a todos lados, preguntándome porqué lo hago. No sé si es por miedo a que lo vean aquí o porque no creo que ha venido sólo.
-Hola.-Dice con una sonrisa deslumbrante en su rostro.-Tranquila, he venido sólo.-Agrega, leyendo mis pensamientos.-Y no, no voy a hacerte daño, aunque todos estén ocupados en sus cosas, y nos hayan dejado solos.
-Hola.-Me relajo un poco, pero aun así sigo atenta por si intenta hacer algo.-¿Por qué te arriesgaste tanto a venir aquí?
-Ya te lo dije. Necesito hablar contigo.-Da un paso hacia delante, acortando la distancia que nos separa.-Inttyälle está histérico. Cuando te fuiste, inmediatamente fui a darle el pequeño regalo de £. Casi le da un ataque. Al parecer se creyó la historia que le vendimos, aun así está investigando si realmente estuviste en Ypógeios. De nada.
-Gracias. Realmente fue un increíble plan el tuyo. Aún así no entiendo porqué me ayudaste. Inttyälle te ha mandado varias veces a matarme. Tenías la oportunidad perfecta, pero me dejaste ir...-Empiezo a pensar en voz alta, sin la intención de hacerlo. Aún así Calatar escucha atentamente.
-Te preguntas porqué lo hice,¿verdad? Puedo darte dos respuestas. La verdad o sólo un pedazo de ella. Sinceramente no me place contarte todo, aún no. Sólo te diré que eres importante. Hay...hay una profecía, pero no estoy seguro si se trata sobre ti. Aún estoy investigando eso. Pero realmente creo que eres tú. Tienes algo especial, diferente, en un buen sentido.
-¿De qué profecía me hablas? ¿Por qué hablaría de mi? ¿Y si no soy yo? ¿Me matarías?
-Créeme cuando te digo que tengo más razones para no hacerlo. Y respecto a la profecía, creo que tu gente ha hecho un tipo de canción respecto a ella. No lo sé. ¿A quién se le ocurre hacer una canción basada en una profecía? Es algo vaga, la verdad, ¿porqué no se la preguntas a tu hermanita?
-No puedo preguntarle. Esta terriblemente ocupada en no sé que asuntos, igual que mi madre, casi no las veo, y cuando lo hago no hablamos más que para ver como voy con lo de la pierna.-No sé porqué le estoy contando esto. Él sigue trabajando para el enemigo, a pesar de haberme ayudado a escapar en Ypógeios.-No sabrás algo ¿o si?
-¿De esa aburrida visita burocrática y de tu futuro viaje al bosque de los duendecillos? No. No sé nada.-Dice con una sonrisa sarcástica.
-¿De qué viaje hablas?-Digo un poco molesta con él por restregarme que el sabe más de todo esto que yo, lo cuál me hace pensar cómo puede ser eso posible.-Tienes que decirme de que viaje al bosque de los duendecillos te refieres.
-Suena tan gracioso en ti. Realmente no sé si el viaje se va a realizar. El rey de los elfos ha solicitado a tu madre un permiso para enviarte a Gyúxst, su reino, para conocer a la nueva princesa del reino Arconte, aunque creo que es más para asegurarse de que no eres una amenaza, y qué no te has aliado con nosotros, para, bueno tu sabes, acabar con ellos.
-¿Por qué creería que soy una amenaza? No creo que mi madre permita que vaya a Gyúxst. Además, como puede pensar que me he aliado con los drows cuando ellos me persiguen e intentan aniquilarme, para asuntos políticos. Afortunadamente he sobrevivido.-Suspiro largamente. Un escalofrío recorre mi columna vertebral, mientras intento controlar los temblores causados por el frío. Calatar se quita la chamarra negra de piel que trae puesta y la coloca alrededor de mis hombros.
-Si no entras en calor, tal vez se termine tu racha. Y respecto a lo de la alianza...es sospechable. No es muy lógico que hayas sobrevivido a ataques drows, a menos que hayan sido planeados para ganarte la confianza de todos, evitando alguna relación con los drows y...
-Vale, ya entendí. Es posible pensar así. Gracias por la chamarra. Aunque se me hace extraño que vayas vestido de esa forma tan moderna: chaqueta de cuero, una playera negra de Muse, vaqueros negros y zapatillas converse.
-¿Es qué tengo que ir vestido como los villanos de las historias? ¿Con capa, y esas cosas tenebrosas?-Lo dice de una forma tan chistosa que me hace reír. ¿Quién diría que un drow puede ser amable? Tal vez sólo mi madre podría afirmar eso de mi padre.-De nada. No quiero que mueras de hipotermia. Estás más azul de lo qué un arconte podría estar.
-Es muy amable de tu parte, Calatar. Y no, no tienes que ir vestido como Megamente. Puedes vestir como quieras.
-Me alegra que pienses eso. Y sinceramente, volviendo a lo del viaje, tienes que buscar la forma de que no se lleve a cabo. Inttyälle está esperando a que salgas de Airwood para terminar lo qué ha empezado. Tu madre esta buscando una forma diplomática de eludir la invitación, por eso va a venir a visitaros uno de los consejeros del rey. Así que no te desesperes. Ella lo conseguirá. Y si no...haré todo lo posible para...-No lo dejo terminar, lo cual es un error de mi parte, pues ya no sabré lo que me quiso decir.
-¿Sabes? Me alegra haberte encontrado a ti. La he pasado fantástico, pero tengo que volver, o se preguntaran en dónde me he metido.-Doy unos pasos atrás y me quito la chamarra,extendiéndosela.-Gracias.
-Kiara, puedes quedártela. Hay más de dónde vino esa. Y por cierto, te queda muy bien ese dije. El cuervo...a tu padre le encantaba esa ave.-Me dirige una ultima sonrisa antes de esfumarse en el aire.

Archai 2: El PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora