Distinto

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Una noche en que llovía, ella no pudo salir a su cita con la lavadora, así que se quedó en el baño, a oscuras, dentro de la bañera, pero con el calzoncillo de ese día. Él se levantó a orinar. Y casi fallece del asombro. La escuchaba gemir, escuchaba sonidos acuosos que reconoció al momento, en su mente apareció parte de la visión adelantada de lo que vería después. El cuerpo le reaccionó. El miembro se le paró, y a la vez pensó que eso no podía suceder, pues su orgullo de macho le imponía creer que su mujer no podía estar masturbándose, mientras él estuviera al lado. Pero el instinto animal pudo más que su orgullo y su pene crecía cada vez más y las cosquillas se acrecentaban tanto que no pudo evitar tocarse el pene y sacudirlo en forma de masturbación.  Hasta que no pudo aguantar sus impulsos y abrió la cortina del baño y allí la encontró, allí la vio………..y allí se murió. No se puede describir a penas la escena ni las sensaciones. Ella estaba semivestida, con uno de sus pechos al aire y el pezón sumamente elevado. El ropón de dormir, dejaba ver una mano de ella metida dentro del blúmer  sacudiéndose fuertemente dentro del blúmer. La otra mano la tenía detrás de la espalda completamente estirada, acariciando su propio ano. La cara de ella?? La cara de ella no se podía ver. Tenía el rostro totalmente cubierto con el calzoncillo de él. Ella no lo podía ver a él, pero sí pudo sentirlo. Sin embargo no paro, no se detuvo ella, no quiso hacerlo, ella siguió incluso con más ímpetu. Él no se contuvo en ningún momento, él no dudo, el solo miraba en la cara de ella el calzoncillo de él, y la escuchaba gemir como cuando hacían el amor juntos. Y ya en breve estallaron ambos ya sin ocultarse, ya con todos los ruidos, ya sin miedos. Los mejores orgasmos que habían sentido ambos y las masturbaciones más genuinas, más intensas que ambos habían experimentado.

Ella más Él son 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora