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Hinata Tachibana.


Atsushi Sendo, mejor conocido como Akkun, y Hinata Tachibana han hecho acto de presencia entre toda está encarecida multitud de personas, las cuales estaban apuntó de apalizar a Takemichi de no ser porque ellos aparecieron. Todos pusieron sus ojos sobre los recién llegados, no tardaron en dejar de hacer lo que estaban haciendo, como si se hubieran olvidado por completo de todo lo ocurrido con anterioridad. Sus rostros estaban casi pálidos y las pupilas dilatadas, aquel ambiente hostil que dominaba antes desapareció por completo y una incómoda presión emergió.

Draken y Mikey sabían de esos dos pero nunca pensaron que con tan sólo estar ya podían crear cambiar por completo el ambiente, estaban sorprendidos de la influencia que tenían. Pero el más sorprendido de todos era Osanai; intentaba mantener la compostura, o eso aparentaba cuando enrealidad quería salir de ahí lo más pronto posible, sabe que metió la pata y recibiera algún tipo de escarmiento por ello, el pánico se apoderó de él y se paralizó del miedo.

La líder de la Tokyo Manji, o Toman, se acercó junto al capitán de la primera división, Akkun, a Osanai, la expresión en Hinata era la misma de siempre, sonriente y tranquila, parecía que nada la perturbaria. Las personas alrededor se apartaban de su camino para dejate que ellos pudieran pasar, Osanai todavía estaba estupefacto, no podía entender cómo era posible que ellos supieran de esto.

—Así que... ¿Lethal fight?—pronunció Hina.—Es algo original, para ser un sitio donde se arman peleas ilegales.

—C-capitana.—Osanai hizo una reverencia.—No p-puedo creer que esté aquí. Y-

—Cierra la boca.—interrumpió Akkun.—La señora Hinata no a terminado de hablar.

Osanai trago saliva; es la primera vez que Mikey y Draken lo ven tan intimidado. En cierta forma, es satisfactorio.

—Osanai,—prosiguió Hinata.—sabes muy bien que nosotros no hacemos esté tipo de cosas. Tenemos nuestras reglas, como no involucrar civiles en nuestros asuntos. Hacer apuestas ilegales a costa de que se lastimen dos personas es algo despreciable y nos deja con una mala reputación.

—P-pero, jefa, esto solo es un pequeño negocio. T-todos estamos de acuerdo con esto, creo que no p-pasa nada.

—¿“Qué no pasa nada”?—lo fulmino con la mirada.—Fácilmente una de estas personas podría haber muerto sólo por una mala caída o golpe. ¿Eso es un “no pasa nada” para tí?

Osanai tembló, miró al suelo, era incapaz de mantener contacto visual con Hina. Lentamente negó con la cabeza.

—No es la primera vez que haces algo como esto, esté tipo de acciones solo mancha nuestra reputación.—suspiro.—Pero te lo advertí la última vez, si seguías rompiendo las reglas ibas a tener problemas.

—¡E-esperé, jefa!—se sobresalto Osanai.—¡Le prometo que me comportare!, ¡está será la última vez que haga algo que vaya en contra de las reglas!, ¡se lo juro por mi vida!

Aterrorizado de ser expulsado de la pandilla, Osanai rogó, inclinó su cabeza al suelo, haciendo una reverencia pidiendo por piedad y compresión. Hina lo observó por unos segundos, mientras que todos los demás estaban impresionados de la actitud de Osanai, si bien es cierto que Hinata es su líder, ellos jamás lo habían visto comportarse de una manera tan vulnerable, parecía una escena irreal.

Tokyo Sin Revengers. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora