La aldea de Lèyuán reposaba en silenciosa contemplación bajo el manto estrellado de la noche. En este rincón olvidado del vasto cosmos, JunXiang, un joven humilde pero dotado de un talento único, estaba a punto de emprender un viaje que trascendería su propia existencia. La noche estaba preñada de misterio y magia; los límites entre lo terrenal y lo empíreo eran tenues.
Después de un sueño profundo y enigmático, despertó bajo la protección de la sombra de un antiguo roble, con su mente aún enredada en las visiones cósmicas que lo habían envuelto. El recuerdo de los camaradas caídos, del santuario Shèng suǒ y las voces de los trascendentales resonaban en su ser, sus palabras impregnadas en su conciencia como las estrellas que adornaban el firmamento.
Cerró los ojos por un momento, sintiendo cómo las imágenes del sueño seguían danzando ante él, como las piezas de un rompecabezas cósmico que resistían encajar. No eran solo imágenes, sino emociones que parecían más reales que cualquier experiencia vivida en la aldea. La sensación de responsabilidad, de ser elegido para algo mayor, lo llenaba de una emoción arrolladora y, al mismo tiempo, de una intriga insondable.
Con un sentido palpable de anticipación, se puso de pie y contempló la aldea que había sido su hogar durante toda su vida. Las calles familiares, las casas que albergaban risas y alegría, todo parecía lleno de un significado renovado en la oscuridad de la noche. Sabía que su destino estaba entrelazado con algo más grande, con un propósito que trascendía las fronteras de su pequeño mundo. La aldea lo miraba con ojos llenos de afecto y orgullo, pues JunXiang era amado por todos debido a su habilidad única para sanar y calmar las mentes agitadas.
Los ancianos de la aldea se habían congregado en el centro, sus rostros iluminados por la tenue luz de las estrellas. "Tu corazón es como el invierno que trae la calma y la serenidad", dijo el anciano líder con reverencia. Sus palabras resonaron en el aire como un susurro de los vientos cósmicos que habían acariciado a JunXiang en su sueño. "Sabemos que estás destinado a seguir un camino que nos llevará más allá del cosmos y las estrellas."
Los niños curiosos se habían agrupado alrededor, ansiosos por escuchar las historias de JunXiang. Sus miradas brillaban con curiosidad insaciable, como pequeñas galaxias ávidas por absorber la luz de una nueva estrella. "¡Cuenta la historia de la deidad celestial!" exclamó uno de ellos con entusiasmo, y su voz pareció resonar en armonía con los latidos del universo mismo.
JunXiang sonrió, sintiendo cómo su corazón latía en sintonía con el pulso del cosmos. Se agachó para estar a la altura de los pequeños, y mientras hablaba, sus palabras parecían tejer una red invisible que conectaba a todos en un tejido cósmico de entendimiento. "Escuchen, queridos niños, porque esta historia habla de un viaje que trasciende el tiempo y el espacio. Un viaje que nos recuerda que nuestras acciones pueden brillar como estrellas en la oscuridad."
"¿Qué significa eso?" preguntó otro niño, con curiosidad en sus ojos brillantes, como dos luceros que reflejaban el infinito.
"Significa que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer el bien y marcar la diferencia, incluso cuando enfrentamos lo desconocido. El santuario Shèng suǒ representa un lugar de sabiduría y guía, y los trascendentales son seres que nos muestran que todos estamos conectados en el vasto tejido del cosmos."
Los niños asintieron, absorbidos por las palabras de JunXiang. Sus mentes jóvenes, como planetas en formación, absorbían la esencia de su relato como una energía cósmica que los llenaba de asombro y comprensión. "Así que, incluso cuando nos aventuramos más allá de nuestra aldea, recordemos llevar con nosotros la serenidad del invierno y la luz de las estrellas en nuestros corazones", concluyó JunXiang con una sonrisa, su voz resonando como un eco en el espacio profundo.
Antes de partir, se dirigió a la iglesia de la aldea para dejar un recado y encender una vela en agradecimiento a los trascendentales. Allí, mientras el resplandor de la vela danzaba en el aire, un hombre de aura imponente y poderosa se le acercó. La atmósfera pareció vibrar con una energía enigmática mientras los ojos de ambos se encontraban en un instante de conexión cósmica. "He oído hablar de tus habilidades extraordinarias, joven JunXiang", dijo el hombre con una voz serena pero llena de autoridad, como el susurro del viento cósmico que lleva consigo los secretos del universo. "He visto el destello cósmico en tus ojos y siento que estás destinado a algo más grande. ¿Estarías dispuesto a venir conmigo y seguir un camino que podría llevarnos a la paz con sabiduría?"
JunXiang aceptó, sintiendo una mezcla de emoción y anticipación que fluía como una corriente misteriosa a través de su ser. El hombre le reveló su nombre, Dao Feng, antepasado de linaje ancestral, y le informó que sería inscrito en el Pabellón Zhìhuì. "Tu viaje apenas comienza, JunXiang", dijo Maestro Dao Feng con una sonrisa enigmática que parecía contener secretos ancestrales. "En el Pabellón, descubrirás los secretos del universo y desentrañarás las verdades que yacen más allá de lo que los ojos pueden ver."
Con la aldea disminuyendo a lo lejos, JunXiang dejó atrás su hogar y se dirigió hacia lo desconocido. Cada paso lo alejaba del pasado y lo acercaba a un futuro incierto, una travesía que resonaba en su corazón como el eco de una melodía cósmica.
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Cefiro de otoño VOL. 1
DragosteEmbárcate en un viaje cósmico y emocional en "Cefiro de otoño", donde JunXiang, un humano bendecido por constelaciones, despierta a un destino trascendental. Enfrentando desafíos cósmicos y la lucha por el equilibrio del universo,tejiendo una histo...