5.- Vida domestica

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💞

Luz abrio los ojos con pereza. Se levantó y se quedó sentada un momento, estirando los brazos a lo alto mientras bostezaba. Miró el reloj a su costado y sonrió. Nada mejor que levantarse tarde un domingo por la mañana.

O bueno, si, existia algo mejor. Removió su cabello castaño, y con una sonrisa ladina, se giró para mirar detras suyo. Enredada en aquellas sabanas, con el cabello lila esparcido sobre su almohada, se encontraba durmiendo placidamente, el amor de su vida y dueña de sus quincenas.

Luz rio bajito al oir a su amada roncar. Aun estaba muy dormida y ella no se sentia capaz de cometer el crimen de despertarla e interrumpir su viaje con morfeo. Ademas, era domingo. Su novia se mataba toda la maldita semana trabajando en la empresa de su padre, andar de aqui para alla junta tras junta y con una enorme pila de papeles en su escritorio, era su dia a dia, y no imaginaba lo estresante que podria llegar a ser.

Despues de todo, ser profesora de literatura y filosofía, y la arquitectura, no tenian mucho en comun, pero, En esos detalles se encuentra la magia, ¿no?

Suspiro divertida al ver a Amity rodar entre ese monton de sabanas desordenado. Si, merecía un buen descanso.

Se levantó, por fin, y decidió que, por ese dia, consentiría a su chica hasta donde ella tuviera alcance. Lo primero que hizo despues de darse un buen baño y cambiarse, fue preparar el desayuno. Mientras picaba la fruta, no pudo evitar pensar en cómo esa chica, tan linda, fina y educada, habia caido con ella, el desastre andando. Amity era amante del caviar, el buen vino y la ropa de marca (uy no, cara la chica), mientras ella, con comida rapida, un sprite y la ropa mas simple del mundo, era mas que feliz. Dos mundos totalmente distintos, encontrandose por la magia del amor, y ganando terreno a cualquier cosa, incluyendo la económica y las clases sociales.

Mientras terminaba de preparar el desayuno fit de su linda novia, se giró y hecho un vistazo al departamento que ambas compartían ya desde hace un par de años. Sonrió al ver el librero que lucía, inmaculado, en la pequeña sala. Libros de filosofia y novelas, contrastando con libros de economía, numeros y una pila de papeles enrollados y apilados en perfecto orden, los cuales estaban numerados, uno a uno, en el tiempo en el que fueron trazados, y realizados. Suspiro con suficiencia. Si, su chica era una mujer exitosa.

Despues de acabar con el desayuno, decidió sacudir un poco aquel ordenado departamento, barrer y trapear. Y lo acabó en menos de una hora.

Satisfecha, se recostó en el sillón de piel negro, dispuesta a seguir su lectura de la saga de crepusculo, cuando unos pasos apresurados y unas cuantas maldiciones le hicieron girar la vista hacia las escaleras. Se sorprendió al ver a la perfeccion que conformaba Amity Blight, corriendo en traje, tomando lo primero que vio del frutero, mientras giraba la vista hacia ella. La mirada severa de la de ojos miel la sorprendió.

-¡Luz, porque no me despertaste!- reprendió la chica de cabello de algodon de azucar -¡Voy tardisimo, papa me matará-

La castaña la miró confundida, y una sonrisa ladina se dibujó en su rostro. Se levantó con tranquilidad y se acercó a la ojimiel, quien en ese momento se encontraba con un pan tostado en la boca, colocando lo que podía en su bolso con rapidez.

-cariño...-

-Luz, ahora no- murmuró la chica de traje mirando todo en su pequeño escritorio -si, no me falta nada-

Caminó rapidamente por la casa, mientras una divertida ojimarron la seguia tranquilamente.

-belleza...-

-Noceda, no molestes...- Amity buscaba desesperada su laptop, encontrandola en la mesa, reproduciendo canciones de Ricardo Arjona. Suspiró irritada.
-ay, carajo-

-¡Mittens!- reprendió la morena, tomando a la ojimiel por los hombros, y girandola hacia ella. La pelilila la miró con los ojos de par en par.

-¿Que pasa Luz?- preguntó ella, intentando hablar con el pan en la boca y buscando safarse -voy tarde y...-

-¿Ya miraste tu agenda?- la pregunta de la castaña despertó cierta curiosidad en la pelimenta. ¿Habia olvidado algo?

-no hay tiempo, tengo que...- vio los ojos avellana mirandola con seriedad. Ay no ¿Habia olvidado su aniversario otravez?

-vamos, revisa- pidió la castaña. Amity suspiró. No podía decir que no a aquellos ojos. Tomo su laptop y buscó su agenda rapidamente, la cual se actualizaba en dia y hora.

La miró un instante, y su mandibula cayó al suelo. Bufó, y dejo caer su cabeza pesadamente. Volteó hacia atras, viendo como una morena la miraba ahora con una sonrisa divertida, con la ceja enarqueada y de brazos cruzados.

-Maldicion- murmuró, haciendo un puchero y dirigiendose hacia su chica, quien solo abrio los brazos y la recibió con un calido y reconfortante abrazo.

-es la segunda vez en este mes- recalcó la ojimarrón, abrazandola, y acariciando delicadamente su cabello

-lo se, necesito vacaciones- afirmó la chica de traje, con algo de molestia en su voz, tal cual fuera una niña pequeña.

-bueno, que tal si hablamos de eso mientras desayunas dignamente- Luz se separó un poco de la ojimiel mientras veia la tostada a medio comer, que ahora yacía en el suelo -ve arriba, quitate este estresante traje del infierno y baja a desayunar-

Amity sonrió mientras una risa ronca escapaba de su boca -okey- murmuró, separandose de la morena y regresando a su cuarto, para hacer lo pedido.

La castaña negó divertida, mientras que a paso lento, volvia a la cocina.

Mas tarde, suspiró con tranquilidad, al oir los pasos de su novia, ahora mas relajados, acercarse.

Se giró a verla, con esos shorts blancos y una blusa rosa, con el cabello suelto y un semblante mas tranquilo. Suspiro con suficiencia.

-bien, eh aqui su buffet, mi reyna- ofreció, ante la mirada sorprendida de su novia. Fruta, batido, panqueques, y jugo de naranja. Todo lo rico que una persona puede imaginar en un perfecto desayuno. O bueno, era lo que a ella le gustaba.

-¿En que momento preparaste todo esto?- preguntó Amity, sentandose en su lugar, y mirando con ojitos brillantes, el gran plato de panqueques frente a ella.

-no preguntes, y solo disfruta- sonrió la ojimarrón, acercando el plato hacia su amada. Amity sonrió, y comenzó a devorar.

Luz miró divertida por un rato a su novia, hasta que esta levantó la mirada, y extendió el tenedor hacia ella -come-

-disfruta tu, cariño, yo ya desayuné- sonrió con ternura la morena. Amity la miró no muy convencida. Un olor a fresco llego a ella, y extrañada, se giró y observó detenidamente su departamento. Abrio los ojos con sorpresa.

-si, antes de que digas algo, me tome la molestia de limpiar todo el lugar por hoy- murmuró satisfecha la castaña, ante la mirada incredula de su novia

-pero, si hoy me tocaba...-

-pero ya no- sonrió la pelimarrón, depositando un suave beso en la palida mejilla de la ojimiel -asi que desayuna, y sube al cuarto a descansar, que hoy no pienso dejarte hacer nada mas que no sea dormir, comer o leer-

Amity sonrió, enternecida. Se levanto, y abrazó a su chica, regalandole un beso en los labios -¿Que hice para merecerte?-

-amarme, solo eso- ronroneó la castaña, dandole un besito en los labios, y separandose de ella -¿Comida tailandesa o Mexicana?-

La pelilila sonrió. Luz sabia que a ella le encantaba la comida Mexicana, pero aun asi, quiso seguirle la corriente.

-sorprendeme-
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one shots LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora