Ran haitani. Un chico que a su corta edad se volvió uno de los pandilleros más temidos siendo dueño de todo Roppongi junto a su hermano.
Su vida siempre estuvo llena de mujeres que buscaban de su atención y el con gusto se las brindaba.
Todo era a...
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|• Pov ____ •|
Al día siguiente.
Mientras dormía plácidamente sentí unos ligeros rayos de sol pasándose en mi rostro, me molestaba pero no quería despertar todavía.
La cama por alguna razón se sentía más cómoda de lo normal y lo menos que quería era levantarme.
-«____»
-Mmh~
-«____»
-¿Qué...?
-«Tienes que despertar»
En ese mismo instante abrí mis ojos de golpe al mismo tiempo que me sentaba aturdida.
-Carajo... -Me queje tocando mi cabeza y cerrando mis ojos -Hace mucho que no me pasaba esto... ¿Que diablos te pasa Izana?
La voz que había escuchado muestras dormía era la de Izana. Ya había pasado mucho tiempo que no me pasaba algo similar y me asusté, ya había perdido la costumbre de escucharlo a el o a Shinichiro.
Mientras pensaba en esto una terrible puntaza junto a un dolor de cabeza me interrumpió, agarré mi cabeza con más fuerza y entre abrí mis ojos.
-¿Que? -Murmure al ver una habitación que no era la mía. Lentamente levanté mi cabeza y abrí un poco más mis ojos -¿Qué carajo hago aquí?
La habitación en la que me encontraba la conocía, era la misma dónde había estado hace varias semanas cuando me habían secuestrado.
Lentamente me fui levantando de la cama y mientras lo hacia sentí mi ropa más ligera. En cuanto me mire me di cuenta que tenía una sudadera negra encima y no tenía mis pantalones, pero si tenía mis bragas y mi brasier puesto.
Me preocupe, ya que si estaba asi solo significaba una cosa y me tenía con quién hubiera pasado.
-¿Qué demonios pasó? ¿Donde esta mi ropa?
Sin más empecé a buscar en toda la habitación mi ropa hasta que las encontre. Estaban en una silla dobladas y encima estaban mis demás cosas junto a mi teléfono.
Rápidamente tomé estás y maldije de nueva cuenta sentandome en la cama.
Cómo pude intente recordar lo que había sucedido el día anterior antes de perder mi conciencia y los recuerdos que tenía no eran muy agradables.
