Capítulo 04

596 34 4
                                    


𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟒

𝐓𝐢𝐤 - 𝐓𝐚𝐤

𝐉 𝐔 𝐋 𝐈 𝐀 𝐍 𝐍 𝐄

Tik - tak

Tik - tak

Tik - tak

El sonido del reloj en la pared me tenía ansiosa. Lo sabía en la forma en que mis ojos recorrían mis manos jugueteando torpemente, hasta deslizarse nuevamente hacia el reloj.

Tik - tak

El hombre de seguridad que me acompañaba, me observaba atento, erguido y con las manos tras su espalda. Sentía sus ojos recorrerme con calma, analizando cada parte de mi. Porque para los hombres de Bucheli era una ardiente distracción o eso había insinuado Massimo, la última vez que lo vi. Y me daba cuenta que esa información era totalmente verídica. 

Tik - tak

Los minutos pasaban con una lentitud agonizante. Estaba cinco minutos retrasado, seguramente echo adrede para colmar mi paciencia o duplicar los nervios de mi visita. Sin embargo, tampoco lo sabía, ya que no dejaba que ninguno de estas escorias me vieran realmente manifestar mis emociones o al menos lo que yo quisiera permitir.

Lloraba en algunas ocasiones por las noches. Se me hacía más fácil conciliar el sueño cuando mis párpados no aguantaban ni un segundo más de tortura.

Pero frente a ellos, mostraba con templanza mi apellido.

Nadie que me hiriera una vez, me lograba ver débil una segunda.

Lo demostré hace tres días al ver a mi principal verdugo. Me mató. Adrián Moore se convirtió en una enfermedad calando tenaz pero discretamente mi piel hasta enredar su vil veneno en mi corazón. Dejándome completamente destrozada, débil...

«Embarazada»

Estaba concibiendo una criatura suya, en mi vientre. De un hombre al cual...

Suspiré, cerrando mis ojos, demandando a mi cabeza dejar de pensar en ese demonio de ojos azules.


«—Podría llegar a amarte.

—Ya lo haces, solo que todavía no te das cuenta.»


No sería honesto de mi parte decir que no me dolió la decisión que tomé hace tres días, porque lo hizo. Trace cada línea diferente, me sumergí en películas creadas todas las noches en mi cabeza, viendo tantas posibilidades pero todas ellas, cada una de ellas, me terminaban desagradando. Dentro de mi, ese sentimiento de «no quiero ser madre» latía tan fuerte, tan vehemente, tan crudo, que llegó un punto en que sencillamente sabía la respuesta. Mi corazón lo sabía.

No estaba preparada.

No quería un niño o niña en caso tal. No deseaba atarnos gracias a un bebé. No deseaba dejar de lado mis planes por un niño que no estaba formado.

—¿Ansiosa? —murmuraron suavemente en mi oído, su voz oscura tensó mis hombros, al tomarme con la guardia baja.

—¿En esta prisión? Siempre lo estoy —admití tranquila.

Su risa sardónica, me hizo hacer una mueca despreciativa al momento que me daba la vuelta para enfrentarlo.

—¿Y tu padre? —cuestione. Desde que gané en el laberinto del infierno, donde se fue furioso con todos y acuchilló a sangre fría a uno de sus perros gritando en italiano lo inservible que era, no lo he visto más.

La venganza del Diablo [Saga Entre cielo e infierno #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora