Narra Marta.
Hacía varios días que no hablaba con Manu, le esquivaba en los pasillos de clase, cuándo coincidíamos en el portal siempre subía por las escaleras o por el ascensor, pero no quería verle, no quería ver nada relacionado con él.
En las clases él se comportaba cómo un auténtico estúpido pero en cambio cuándo coincidíamos en casa era totalmente diferente, y eso no lo podía aguantar. A veces me daban ganas de pegarle cuatro puñetazos en su preciosa y bellísima cara.
Hoy era viernes, por fin, había pasado la primera semana de clase bastante rápido, pero quería que llegara el finde semana y descansar un poco . Al acabar las clases salí del instituto corriendo, llevaba toda la semana igual, cuándo salía de clases me iba corriendo a mi casa, no me quería encontrar con el estúpido de Manu.
Solamente era amable conmigo cuándo estábamos a solas, que eso nunca pasaría, no iba a estar a solas con él nunca, antes me quedo una semana si comer.
-Eh, Marta, espera.-gritó una voz conocida detrás mía.
-No, no por favor...-susurré.
Él me cogió de la muñeca y me giró de golpe haciendo que nuestras miradas chocaran y que me quedara sin respiración.
-¿Qué quieres?-agonicé.
-Quiero que dejes de ignorarme Marta, joder, llevas días esquivandome, ignorarme, ni me miras, ni nada de nada.- gritó Manu.
-¿Me quieres dejar de una puñetera vez? No quiero verte, ni a ti, ni a Claudia, ni a nadie que tenga que ver contigo.- sollocé.-Me hacéis daño aunque no lo parezca.
Manu se pasó los dedos por el pelo, era señal de nerviosismo.
-Joder Marta, una de las cosas que nunca haría, sería hacerte daño, me equivoqué cuando defendí a Claudia, me equivoqué tanto, te lo juro.-gritó Manu.
-Me das asco, que actúes así cuándo solo estamos nosotros juntos y que te chulees de mi cuándo hay gente delante.-gruñí con bastante rabia.-¿Sabes qué? Actúa cómo si no existiera, cómo si nunca hubiera venido a esta ciudad, cómo si tú y yo nunca nos hubiéramos conocido, nunca.
Y después de decirle todo esto, me quité de su agarre y me fui. Estaba harta de que todo el mundo me tratara como una estúpida.
-No puedo hacer lo que me pides.-gritó Manu a lo lejos-No te voy a dejar huir, nunca.-
Llegué a casa, estaba agotadísima, me dolía todo. Hoy mis padres se iban de cena y me dejaban sola en casa. Supongo que vería algunas pelis, y me pondría a leer.
-Pórtate bien y si necesitas algo, están los vecinos.- dijo mi madre mientras s arreglaba el maquillaje.
-Estás guapísima.- le respondí
En todo caso lo último que haría si pasara algo sería ir a mis vecinos, solamente por no ver la estúpida cara de Manu, riéndose porque no había tardado ni un día en ir a pedirle ayuda. Mis padres no tardaron en irse, y me puse a ver la primera película de la lista que había hecho "Ella es el chico" adoraba esta película.
-Dios más hombres cómo tú.- dije en alto al ver a Channing Tatum.-Me iré hacer la cena.
Vi que había una pizza en el congelador, adoraba cenar pizza los viernes, así que puse la pizza en el horno y me fui a ver la película. Mientras estaba la película en marcha empecé a tener bastante sueño y al final me dormí.
-Mamá, ya la llevo yo.-dijo una voz que podía oir a lo lejos.
Entre abrí un poco los ojos, mierda, esta no era mi casa. Estaba en una cama, y recuerdo que la última vez estaba tumbada en mi salón viendo una de mis películas favoritas.
-Cariño, ¿Te duele algo? ¿Estás bien?.-preguntó Manoli.
-¿Qué ha pasado?.-pregunté aturdida.
-Cariño, por poco nos achicharras a todo el edificio, menos mal que Manu pudo cogerte y traerte aquí.-respondió ella.
Dios mío, mis padres me iban a matar si se enteran. Manoli me sonrió y cuándo se estaba yendo se giró y me miró.
-Tranquila cariño, no se lo diremos a tus padres, esto es cómo un secreto de vecinas.- sonrió.
-Gracias.- susurré.
Me levanté poco a poco de la cama y empecé a revisar el cuarto en el que estaba. Me sonaba bastante, claro, yo había estado aquí antes, era el cuarto de Manu.
-¿Marta?.-preguntó una voz ronca.
-¿Si?.- pregunté.
-¿Cómo estás?.- preguntó Manu.
-Bueno, un poco asustada.- respondí.
No le iba a mentir, estaba bastante cagada, que hubiera pasado si Manu no hubiera venido, ¿Me habría muerto? Quien sabe, lo más seguro.
-Dios Marta no me des estos sustos.- agonizó Manu.-Pensaba que te ibas, estaba toda la casa llena de humo, pusiste el horno a mucha temperatura.
-Lo siento.- agaché la cabeza.
-No lo vuelvas a hacer.- dijo Manu.
-¿Porqué?.-pregunté.
-¿Porque te puedes morir?- preguntó irónicamente.
-No Manu ¿Porque te has preocupado tanto?.- dije yo.
-¿Que porque? Porque me importas Marta.-dijo con una voz ronca pero sincera.
HOLA BEBÉS, PONERME QUE OS PARECE LA NOVELA!
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Mi estúpido vecino
Teen FictionLeer esta nueva parte de la historia, comentar que tal os parece, que os gustaría que pasara y muchas cosas que penséis sobre esta novela!