Capítulo 7.

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-Manu ¿Estás bien?.- pregunté.

-No, no estoy nada bien.- respondió agachando la cabeza y apoyándola en mis rodillas.

Pude oír unos suspiros que venían de Manu y esos suspiros se fueron convirtiendo poco a poco en sollozos.

-Eh, eh, Manu no llores.- le levanté la cara para poder mirarle a los ojos.

Manu me miraba fijamente, con una mirada que expresaba dolor y angustia. No podía ver a Manu así, no podía. Me daban ganas de cogerle y abrazarle tan fuerte. Manu era un chico que tenía una coraza demasiado fuerte, una coraza de chulería y de popularidad pero por dentro era todo corazón.

-Manu siéntate a mi lado va.- dije mientras daba unas palmadas en el sofá.

Manu se levantó y se sentó a mi lado, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá. Pude ver lo agobiado que estaba y no sabía porqué. Él bufó y giró la cabeza hacía mi, sin parar de mirarme. Estaba tan guapo con las manos apoyadas en sus piernas y su camiseta mojada y arrugada de haberse limpiado las lágrimas con ella.

-Manu puedes contármelo cuándo sea, no hace falta que me lo cuentes ahora.- le susurré.

Él me sonrió y miró hacia abajo. Se mordió el labio en forma de nerviosismo y eso provocó que me pusiera muchísimo más nerviosa.

-Marta, lo siento, por todo.- susurró.

-Me gusta.-sonreí.

-¿El qué?.-preguntó.

-El Manu de verdad.- respondí.

Manu sonrió y me acarició la mejilla.

-Solo una cosa.-susurré.

-Dime.- respondió Manu.

-Solo quiero saber el motivo de porqué has llorado.- dije.

Manu agachó la cabeza y sonrió.

-¿No tienes hambre?.- preguntó.

-Vale, vale ya lo pillo, ya me lo dirás otro día.- sonreí.

Los dos nos levantamos y nos fuimos a su cuarto. Yo me tumbé en su cama y empecé a mirar el techo fijamente, pensando en lo que acababa de pasar hace un rato. Manu se había derrumbado ante mi y el motivo del porqué me estaba matando, quería saber porqué Manu, el chico más malo y ligón de toda la escuela había llorado.

-¿En que piensas?.- preguntó Manu sentándose en la cama.

-Nada.- contesté.

-Marta...-respondió.

-En que he quemado mi casa por una puñetera pizza, en que no tengo amigos aquí, en ti, en que mi vida es un agobio, los estudios, todo, todo me hace pensar.- respondí.

Manu se quedó mirándome.

-¿Qué?.- le pregunté.

-Has dicho que piensas en mi.- respondió sonriendo.

-Bu-bueno vamos a ver...-tartamudeé.

-Piensas en mi.- respondió- Yo también pienso en ti.

-¿Piensas en mi?.- pregunté.

-Si, mucho.- respondió Manu.

Hubo un silencio inesperado y bastante largo. Nuestras miradas se cruzaban y ninguno queríamos decir nada.

-¿Porque has llorado?¿Cuál es el motivo?.-pregunté.

-El motivo eres tú.- respondió.



Mi estúpido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora