Pov. Sesshomaru
-Sí, así me gusta. - susurró mi chica abierta de piernas y yo con la cara hundida en su intimidad comiendo hambriento de su vagina.
-Por supuesto que así te gusta, fui yo quien te ayudó a descubrirlo. - le dije y Kagome río entre los gemidos.
Un par de dedos entraban y salían de su coñito mientras movía mi lengua audaz sobre su sensible clítoris.
-Mi amor, estoy a punto de venirme - decía con voz agitada entre jadeos, yo estaba deseoso por verla correrse.
-Lo sé, no lo contengas pequeña, sabes cuanto disfruto verte explotar.
No contuve el deseo de hundir un dedo en el orificio trasero y mi boca no perdonaba rincón alguno de la vagina de mi azabache. Lamía, mordía, chupaba y besaba toda la zona desesperado por hacerla acabar una vez más.
-¡AAAAH! ¡DIOS, SÍ! - Kagome tomó mi cabeza clavando mi cara en su intimidad mientras me la restregaba, saboree su orgasmo que llegó tan intenso como siempre, yo sabía cómo y en dónde tocar para llevarla al cielo y eso elevaba mi ego.
Nos encontrábamos a la orilla del mar sobre los pequeños sillones blancos en donde horas antes habíamos estado tomando el sol.
Estábamos por cumplir dos semanas en ese paraíso, dos benditas semanas que se habían ido volando para mí.
Me levanté limpiándome el rostro con el antebrazo los fluidos de mi ojiazul, la hice cerrar las piernas y me apoye de rodillas en las orillas del dichoso sillón quedando mi pene a la altura de su cara. Kagome sabía lo que tenía que hacer, tomó mi falo con una de sus manos y comenzó a mamar. Me ayudé del respaldo del sillón y con movimientos de cadera follaba la rica boquita de mi pequeña.
No, yo no quería que mi princesa me hiciera sexo oral, pero cambié de opinión cuando Kagome me expresó que en realidad disfrutaba hacerlo y si era sincero, a mí también me fascinaba sentirla porque de todas aquellas mujeres, esta niña parecía maestra en el tema.
Las manos de Kagome apretaban mis nalgas y viajaban hasta mis bolas jugando con ellas rozando el perineo. Intenté inútilmente reprimir el gruñido de placer que sentía, decidí separarme dándome un respiro para no terminar tan pronto, sabía que teníamos toda la noche pero no desperdiciaría mi semilla sin antes haber entrado en ese sitio caliente y húmedo que me fascinaba.
-¿Estás lista, nena? - pregunté acariciando entre sus labios vaginales y apuntaba la polla a mi lugar favorito, dentro de ella.
-Por el amor de Dios, Sesshomaru, hazlo ya! - En mi rostro se pintó una sonrisa arrogante y me introduje de una sola estocada. - ¡Aaah, sí!
La posición era sencilla pero muy placentera, yo de rodillas con las piernas abiertas y debajo una pierna femenina mientras la otra yo la sostenía a lo alto, besaba su pantorrilla y acariciaba sus cremosos senos. Me sentía como un mocoso puberto e inexperto, tenía que concentrarme en no correrme tan rápido pero es que el exquisito cuerpo de Kagome no me hacían el trabajo fácil.
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Señor Taisho
Fanfiction"-No me interesa una disculpa falsa. Lo que quiero es una explicación. -¿Otra? Ya le expliqué lo que sucedió allá arriba, déjeme en paz, no diré nada sobre su discusión con su esposa si es lo que le preocupa. Ni siquiera entiendo bien el tema. - ¿Ka...