-No tan rápido, señorita Higurashi. - detuve mis pasos. - Ahora mismo será el primer beso.
Quedé paralizada de momento. No sé cuánto tiempo pasó para que yo diera media vuelta de nuevo. Lo vi sentarse en la silla de su padre y me hizo una seña con los ojos y un leve movimiento de cabeza para que me acercara a él. A paso lento llegué hasta donde me indicó, palmeo sus piernas queriendo que me sentará y así lo hice.
-Pasa tus brazos por atrás de mi cabeza. - Ordenó con voz suave pero firme. Hice lo que me dijo y por un momento quedé atrapada en esos ojos dorados, tan dorados como los de Inuyasha pero al mismo tiempo eran tan diferentes, los de mi Inu son cálidos y dulces, en cambio los de Sesshomaru son fríos me ve de tal forma que pareciera querer desnudar mi alma, encontrar en mis ojos hasta el más profundo y oculto deseo. Me siento atrapada por esa mirada tan penetrante. - Aún estás a tiempo de cambiar de opinión y contarme lo que quiero saber.
-No tengo nada que contar que satisfaga su deseo, ya he dicho la verdad. Entre Inuyasha y yo no hay nada más que cariño y amistad.
-No le creo, señorita Higurashi. - dijo mientras acariciaba desde mi cintura y descendía en mi pierna expuesta por la abertura de mi vestido. Logró estremecerme porque contrario a sus ojos, sus manos eran cálidas, tanto que sentía un calor inexplicable recorrer mi cuerpo.
-No lo entiendo señor Taisho, nos juzga a Inuyasha y a mí de algo que no le consta y nos acusa de adulterio cuando es usted quien estando casado, chantajea a una menor de edad y la obliga a cumplir un trato que implica mucho contacto físico.
-Usted misma escuchó, señorita Higurashi, mi matrimonio fue arreglado y está a casi nada de vencer, pronto no seré más un hombre casado. - contestó mientras pasaba un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y su otra mano reposaba en la parte baja de mi espalda, recargada sobre la curva que da a mis nalgas. Su toque y su mirada me ponen nerviosa.
-Aún así, no me parece corr... - No pude terminar la frase, estampó sus labios con los míos y de momento no supe qué hacer.
-Recuerda que tienes que corresponder. - habló sobre mi boca.
-No sé hacerlo. - respondí de igual forma, juro que no mentía. Desde los 13 años estoy obsesionada con un hombre, que aunque sabía era imposible, gracias a las mil fantasías que me hacía decidí guardarme mis primeras experiencias para vivirlas junto a él.
-No te creo, sígueme. - y siguió masajeando mi boca con sus labios y su lengua. Chupaba mi labio inferior y lo mordía suavemente. - Si no lo intentas les contaré a todos. - intenté hacer lo que él, pero moría de la pena, solamente en una ocasión tuve un beso así de obsceno pero fue especial, esta vez no lo era por que no era con la persona deseada. Sin embargo intenté seguir el ritmo del beso, intenté succionar su labio como él lo hizo con el mío, él lo hizo de nuevo y volvió a morderme ahora un poco más fuerte que me hizo jadear de dolor, pero no le importó, él metió su lengua buscando la mía dentro de mi boca. Cuando tuvieron el primer roce, mi lengua reaccionó como si se conocieran e intentarán acariciarse dándose la bienvenida y sus manos no tuvieron problemas para pasearse por cada parte de mi cuerpo que le apeteció. Nos olvidamos del mundo exterior, no recordabamos que había un puñado de invitados en el jardín principal, en ese momento me olvidé hasta de quien era yo. Y en ese despacho solamente se escuchaban los sonidos de nuestras bocas y alguno que otro gemido que lograba escaparse de mis labios por culpa de sus tortuosas caricias. No sé cuánto tiempo pasamos así, hasta que su celular sonó. Fue en ese momento que nos separamos, aún conmigo sobre sus piernas tomó su escandaloso aparato y contestó la llamada.
-¿Qué sucede? - contestó con voz que aunque calmada se podía apreciar un tono molesto. - Está conmigo... Estábamos platicando, se nos fue el tiempo de las manos... Si ya vamos para allá.
ESTÁS LEYENDO
Señor Taisho
Fanfiction"-No me interesa una disculpa falsa. Lo que quiero es una explicación. -¿Otra? Ya le expliqué lo que sucedió allá arriba, déjeme en paz, no diré nada sobre su discusión con su esposa si es lo que le preocupa. Ni siquiera entiendo bien el tema. - ¿Ka...