26 | Mirarte y ver el mundo.

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Hola, amores! He conseguido subir el próximo capítulo. El final de este capítulo es... <3<3<3<3<3

Estamos ya casi en la recta final, ¿qué opiniones tenéis hasta ahora? Os leo <3 Y ahora, sí, a disfrutar del capítulo!

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Capítulo 26 | Mirarte y ver el mundo.

—Cariño, necesito que vayas más rápido —gruñí en su boca. Se movía con lentitud sobre mí, saboreando cada centímetro de mi sexo que entraba en ella. Una sensación tan deliciosa como demoledora. Sus paredes se apretaban contra mi anatomía, tomando tanto de ella como le parecía posible.

Gracias a Dios, obedeció mis plegarias. Aceleró el ritmo de tal forma que me obligó a enterrar mis dedos en la piel de su cadera con una mano mientras la otra se internaba en la parte interna de sus muslos. Estaba húmeda, tan húmeda que mis dedos resbalaron. Aún así, busqué el punto que le haría delirar y lo acaricié hasta que Amber se estremeció con gemidos ahogados y gritos de placer.

—Garret —suplicó. A pesar de ser ella la que tenía el control, a pesar de que habría dejado que tomara cualquier parte de mí para su propio placer, me suplicó. El sentimiento de anhelo se extendió por todo mi cuerpo y rocé sus pezones llevándola al límite.

Jadeó contra mi boca. Mis ojos la observaron formar esa deliciosa O que me hizo pensar en tener mi polla en su boca. Pellizqué, torturé y acaricié su clítoris mientras ella se sostenía a mis hombros. Mecía sus caderas arriba y abajo sometiéndome al caos más absoluto.

Finalmente, ella se encontró conmigo en el punto en el que nuestros cuerpos formaban uno. Se unió a mi mano y me dirigió. Me fascinó la manera en la que buscaba su propio delirio y encontraba a su paso el mío. No era una batalla por el poder, era una lucha contra toda lógica y cordura, una batalla donde la victoria se lograba con el placer del otro.

Nuestras manos unidas nos hicieron estallar en mil pedazos. Cada centímetro de mí que entraba en ella me destrozaba más. Ella apresuró los envites de nuestras caderas, cayendo sobre mí tan duro que gruñí sobre su boca y las paredes temblaron.

—Eres un puto sueño —gemí. Eso la hizo ir más rápido. Había descubierto que Amber disfrutaba de las palabras cursis mientras follaba, y también de las crudas. Todo en ella explotaba. Y a mí me encantaba pronunciarlas para saborear la delicia de sus labios y la suavidad de sus gemidos.

Supe que estaba a punto cuando la sentí temblar sobre mí. Apuré las últimas estocadas mientras ella perdía la fuerza de sus movimientos. El clímax nos alcanzó a la vez, gimiendo y encontrándonos en una cama que había presenciado tanto y a la vez tan poco. Se quedó desvalida apoyando su frente en mi hombro. Nuestros pechos quedaban unidos en respiraciones agitadas, tratando de buscar el aire donde solo existían besos espontáneos y caricias lentas. Atrapé su mano para entrelazar nuestros dedos y los besé saboreando su deliciosa humedad.

—¿Cuándo me acostumbraré a esto? —preguntó con la respiración agitada. Seguía enterrado en ella.

Sabía a lo que se refería. A la sensación de sobrecogimiento que se encerraba en el pecho como una coraza que nos protegía del resto del mundo. Ese sentimiento de intimidad del que no eras consciente hasta que te dabas cuenta de que no lo sentías con nadie más.

Dejé un beso sobre su hombro y apoyé las manos en sus caderas saliendo de ella. Su cuerpo se estremeció con ese acto.

—Espero que nunca, porque pienso disfrutar de esto durante un buen tiempo.

Con la mentira por delante (#I.P.2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora