Última oportunidad
Solía ser normal, tener una rutina que definía mi vida, debía ser guiada por mis mentores y tener algo por lo que valga la pena luchar. Eso es lo que me han dicho siempre, lo que me han enseñado desde que tengo uso de razón y ahora me doy cuenta de que todo es mentira.
La vida es simple, es sencilla, simplemente nosotros la complicamos día a día, la vida no tiene por qué dar miedo ni pánico, tiene que ser un reto, una ambición, mi vida no había llegado a ese punto, pero estaba más cerca.
00:45 – garaje subterráneo de un edificio desconocido
El silencio, parecía que era justo lo que necesitaba en este momento, pero no era así, me volvía loco, sentía un chillido insoportable en mi oído y la respiración se me había paralizado. A mi alrededor se oían voces, tantas que no podía distinguir las palabras. Las imágenes de su cuerpo se habían vuelto borrosas, aún podía sentir el calor de su piel y su sangre manchando mis manos, y aunque tener las manos manchadas de sangre nunca me había disgustado, hoy sentía repulsión y un hueco en el corazón que nunca antes había sentido.
Unas personas con trajes resplandecientes me apartaron de ella, me sujetaron he intentaron hablarme, pero sus palabras no eran de interés para mí, solo podía mirar su cuerpo mientras la subían a la ambulancia y desaparecía.
No pude reaccionar, era como si mi cerebro se negara a despertarse, como si se negara a mandar órdenes a los músculos de mi cuerpo.
3 meses antes
- Iris, mañana tengo un examen ¿puedes ayudarme a estudiar?
- Claro, pero ahora termina de vestirte que hay que bajar a desayunar.
- ¿Y a mí?
- ¿Tú también tienes examen?
- No, pero quiero estudiar.
- Pues estudiaré con las dos, pero ahora tenemos que bajar.
Las pequeñas eran cada día más cercanas y había logrado de alguna forma que sus peleas sean cada vez más escasas. Sentía que estaba haciendo un buen trabajo, que era capaz de darles un buen ejemplo y dirigirlas en su camino.
Bajaron las escaleras en absoluto silencio y se sentaron de igual forma, como si las niñas que se empujaban para ver quien llegaba primero hubiesen desaparecido.
Aizén era el primero en la mesa como era habitual, su mirada se elevó al vernos llegar al comedor y una sonrisa surgió al ver a sus hermanas. Su relación era muy cercana, las quería mucho y eso se notaba.
Hace tan solo días fue el baile, aún puedo recordar nuestra acalorada discusión, el momento exacto en el que tuve la oportunidad de elegir, de salir de este mundo y continuar una vida normal o permanecer en este camino que no tenía un futuro claro. Y parece que sin dudarlo escogí, no sé porque mi corazón decidió de inmediato y sin arrepentimientos, pero no desearía cambiar nada hasta el momento.
- Iris, me gustaría hablar contigo después.
- Claro.
Desde nuestra vuelta las cosas estaban bien, hablábamos de vez en cuando de sus hermanas o de alguna cosa relacionada, no habíamos tocado el tema que tanto parecía alejar. Pero preferí no darle importancia y esperar.
Tras el desayuno las pequeñas salieron a jugar al jardín mientras yo permanecía inmóvil en la mesa, Aizén me miró durante unos instantes y parecía como si no encontrase las palabras adecuadas. Mi subconsciente sabía con certitud de que se trataba y deducía que iba a ser una conversación delicada.
- Sígueme.
Se levantó y subió las escaleras hacia el piso de arriba, supuse que nos dirigíamos a su habitación, pero sus pasos iban en dirección a la mía. Estaba nerviosa, como iba a negarlo, esta sería la conversación que me cambiaría la vida para siempre. Pero me sorprendí al verlo entrar al cine.
- ¿Qué hacemos aquí?
- Si por alguna razón has cambiado de opinión, es el momento de decirlo, si no ya no habrá vuelta atrás.
- Mi opinión es la misma que la última vez que preguntaste, ¿por qué intentas que me vaya?
- Porque este mundo no es para todos y no quiero que sufras, sabes que te quiero y lo que menos deseo es hacerte daño.
- Esto no tiene vuelta atrás desde que lo descubrí todo, aunque ahora quisiera irme no podrías permitirlo, podría poner en peligro tu familia.
- Sé que no lo harás.
Lo miré fijamente, no me estaba arrepintiendo de mi decisión y eso quería dejarlo claro. Mi vida antes de conocerlo era solo dolor y odio, venganza y desesperación, seguía en una tortura constante por la pérdida de mi padre y las pesadillas de su asesinato no cesaban, pero ahora es distinto, sé que puedo vengar todo ese sufrimiento y puedo hacer más que eso, puedo mejorar el mundo. No será la forma más legal ni más decente, pero esta es mi forma de sentir que la justicia por fin se hace realidad.
- Detrás de esta puerta está todo.
- ¿Qué puerta?
Se acercó a la pantalla del cine y comenzó a tocar su borde, lo miraba confundida hasta que la pantalla se abrió como si fuese una puerta, y así era. Tras el cine había una puerta con código, desde mi posición parecía la entrada a un bunker, 2639 es el código que Aizén introdujo en el panel. Cuando la puerta se abrió Aizén bajó unas escaleras que conducían a un piso inferior, al llegar había otra puerta con el mismo código, pero al abrirla me quede impactada.
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Detrás de sus mentiras #2
Fiksi RemajaSin saber porque, sin saber como pasó, mi mundo cambio de una forma monstruosa. La vida que antes conocía y las personas en las que antes me apoyaba, parecían esfumarse como la ceniza, y yo era la culpable del fuego que las había quemado. No me arre...