Final.

100 11 1
                                    

—Intenté cambiar, no quería amar a mi padre y esperar que él hiciera lo mismo conmigo. Era inútil tener esperanza en ello, lo sabía, y aun así no podía evitarlo. Lo siento, Shoto. Estoy al tanto de lo mucho que te lastimé, pero yo siempre quise que fueras libre de tales sentimientos de los cuales yo no he podido librarme.

—¡Deja de decir estupideces! Tratas de hacerme cambiar de parecer... no vas a lograrlo.

—No es así, Shoto. Mi único objetivo es ser sincero antes de no poder hablar más.

—¡Touya! -le llamó Shigaraki aterrado por lo que suponía iba a pasar, se acercó un poco y nadie le dijo nada, ni siquiera una reacción del menor obtuvo. —¿Qué piensas hacer? Baja el arma...

—Probablemente, crees que eres un héroe. -le dijo Shoto. —¿Crees que vas a salvarme con esto? ¡Detente de una vez! ¡Piensas que lo sabes todo, pero no es así! Tus heridas... Varias de ellas fueron hechas en tu piel por mi culpa, eso ya lo sé.

—Shoto... -se sorprendió al escuchar aquello.

—¿De verdad te crees que no sé que todo lo que has hecho hasta ahora ha sido por mi maldito bien? ¡Quizá cuando era un niño no pude darme cuenta, pero yo...! Yo te odio.

Izuku y Katsuki parecían estar petrificados en su lugar, no podían ni respirar con normalidad. Mientras Shigaraki estaba nervioso, exaltado y aterrado, se acercaba lentamente sin ser notado, o tal vez solo siendo ignorado. Los hermanos se encaraban manteniendo distancia, Shoto apuntando al mayor y este a sí mismo.

—Por tu maldita acción de héroe yo he sufrido. -declaró. —Ambos, los dos, juntos... Pudimos haber compartido el dolor o quizá hasta escapar de él, en cambio, preferiste ser el único que se sacrificara. Tu obsesión con nuestro padre te ha llevado a esto, hasta este punto... Y también tu estúpida amabilidad...

—Sabía que eres muy inteligente, pero esta vez me sorprendes. -sonrió Touya. —¿Desde cuándo lo sabes?

—Cuando fingiste querer matarme... Para empezar, te apuñalaste primero la mano encima de mi hombro para que yo no fuera lastimado de gravedad. Me diste el tiempo para defenderme y te heriste a ti mismo en el proceso, supongo que para decir que fui yo quien lo hizo y tener la excusa perfecta para no ser descubierto. Estoy seguro de que nuestro padre también lo sabe, e igual lo permitió, porque tu obsesión por él era verdadera. Sin embargo, nunca nos quiso, así que el “perderme” a mí no le afecto en lo más mínimo. Y por eso me dejó ir.

—... Shoto, es raro decirlo, mas quiero que sepas, que me alegro mucho de que estés al tanto de la verdad. -admitió. —Odiarme o no, por lo menos tienes un sentimiento por mí y eso me es suficiente. Dices que soy estúpido por ser amable, no lo creo así, no hice nada de eso por amabilidad, lo hice por amor. Todo lo que he hecho hasta ahora ha sido por amor. -desvío su mirada por un segundo hacia Tomura, quien se acercaba cada vez más. —Sin embargo, creo que el único amable en nuestra familia eres tú. Después de todo, quieres que muera porque es la única forma en que me despida de la maldición de ser un Todoroki.

—No. Te equivocas. Esto lo hago por mí, porque no podré descansar hasta no saber que estás muerto. Y él... Él también morirá.

—Shoto, recuerda el por qué te esforzaste tanto en tus estudios. Querías hacer las cosas de manera legal y sin ensuciarte las manos, ¿No es así? ... Te dejaré un último regalo, por favor acéptalo. -caminó despacio hasta su hermano, este lo dejó, sabía que no intentaría ninguna otra cosa más que lo que dijo. —Es una prueba, y si necesitas más, en mi apartamento las encontrarás. He estado guardando todas las evidencias para ti, para que no tengas que ensuciarte las manos con basura como nosotros. -le entregó los documentos que sostenía en su mano izquierda, los mismos por los que había llegado ahí. —Es una mierda morir delante de ti, pero no hay de otra... ¿O sí?

Luna de miel rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora