❍ the endless ❍

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Su memoria escudriñaba en lo más profundo, tratando de recordar en donde exactamente habia visto aquellos escenarios que se encontraban delante.
En todas las direcciones habia un paisaje diferente y en estos, personas caminando de un lado a otro entre sus propias historias inventadas.
Hablaban solos, sin ver a un punto en específico, simplemente concentrados en su imaginación.

Claro que Hob los reconocía, no quería aceptarlo, pero sabia que esos lugares los había visto en sueños, todas las noches. Es por ello que se negaba a confirmar que esos sueños eran reales, porque se supone que tendrían que ser parte de su imaginación, solo eso.
Admitir que su vista no le estaba jugando una broma, era admitir que todas las cosas que acontecieron ahí alguna vez, sí sucedieron realmente.
De alguna forma.

Quería desaparecer en ese instante al solo pensar en lo que habia acontecido, lo que habia hecho y dicho ahí. Trató de desviar su mirada hacia el cielo para ocultar su sonrojo, cosa que funcionó, pero su vergüenza pasó a total confusión.
Sobre él pasó una niña aclamando a todo pulmón "¡Vuela como el viento Señora Cupcake!", mientras montaba lo que claramente era una vaca.

Gadling frunció el ceño y movió sus labios en una mueca sin saber bien por donde empezar a preguntar, porque ¿Él tendría que cuestionar, no?
Puesto que su amigo simplemente permanecia a su lado, como verificando que todo estuviese yendo bien en ese lugar.
La Ensoñación, le habia llamado.

—¿Todo esto, es normal?— con su palma derecha formó círculos pequeños frente a su persona, en busca de abarcar el paisaje hermoso y bizarro.

Morfeo guardó silencio unos momentos más, esperando a que su amigo le brindara otro dato que le ayudara a saber responder.

Hob comprendió que su consulta era demasiado generalizada y poco objetiva, así que optó por buscar palabras mejores. —Me refiero a que, ¿se supone que todo esto suceda?—

—Me sorprende que te sientas desorientado, tu vienes aquí también— confirmó con ello, una de las tantas dudas de Gadling.

Sandman colocó sus manos tras su espalda, adoptando una posición más firme, si es que eso era posible en aquel hombre de postura correcta. —Y si, esto es normal. De hecho, ahora parece estar más tranquilo a comparación de otras noches— dijo orgulloso.

Su amigo manifestaba aquellos datos con tanta seriedad, que dejaba al inmortal sin poder dudar.
Esto era tan improbable, sin embargo, no imposible. Habia vivido suficientes acontecimientos como para afirmar, que cualquier cosa podía pasar en esta y otras tantas vidas del universo o multiverso mismo.

Aun así, Hob botó por deshacerse de cualquier mínimo conflicto que su mente presentara. Solo para estar seguro. —¿Todo esto es real?, ¿Estoy en un sanatorio mental, verdad?— bromeó. Aunque segundos después tomó su chiste como una probabilidad no descartada.

"Ya decía yo que vivir tanto, en algún momento me rendiría cuentas", balbuceaba mientras Morfeo era testigo de su pequeño ataque de pánico. "Espera un segundo"

—Si dices que no vendí mi alma, ¿Cómo es que he vivido tanto tiempo?— comenzó a respirar agitado. —¿Quién eres tu?, ¿Qué es este lugar?—

Por fin, Hob disparó toda duda que había acumulado en esos años.
Sueño se aproximó más a él, pensando en alguna manera de calmarlo.

Los ojos marrones de Robert no dejaban de mirarlo, suplicando o podría jurar que exigiendo, una explicación.

—Creo que el pobre ya ha confiado demasiado en usted jefe, ¿No cree que es hora de aclararle todo?— Matthew apareció de un segundo a otro sobre la cabeza de Morfeo, agitando sus alitas y desordenando, si eso era posible, más aún el cabello del Eterno.