❍ the endless ❍

[ Semana 3 ]

—No importan los años que pasen, ni la cantidad de arte que tenga que ver. Hay algunas piezas que jamás las entenderé—
Hob pensaba que toda obra de arte era hermosa, pero eso no significaba que las comprendiera todas.
Se había tomado el tiempo de leer la biografía de los autores, la historia detrás de la pintura, aunque simplemente no podia terminar de percibir ese sentimiento que el objeto se esforzaba por transmitir.

Por su parte, Morfeo si lo sabía, lo sentía a la perfección, pero era porque conocía de pies a cabeza los anhelos, tristezas y sueños que llevaron a los creadores a confeccionar aquella pieza. Así como con ese escritor talentoso, al cual ayudó a terminar de perfeccionar la historia que le aseguraría un lugar en cada teatro del mundo.

—Quizá es porque no he experimentado aún la emoción que su autor— El castaño volvió a hablar, viendo como su amigo parecía estar perdido entre la pieza de arte y su conversación. —¿Qué crees que sea?— introdujo un pequeño espacio para que el contrario también se expresara. Al menos una sola palabra, pero quería saber que pensaba, escuchar su ronca voz en su cabeza y así asegurarse de que esa linda tarde no estaba solo en ese museo.

—Pasión— los delgados labios pronunciaron cada sílaba con elegancia. La seguridad con la que miró al otro, hizo sonreír a Gadling. —Más bien, dirigido a unas ganas extremas de sentir, amar, de vivir y morir por alguien—

Sueño sostuvo su mirada en Robert durante sus palabras, luego la guió hasta el objeto en cuestión, el cual, talvez comenzaba a tomar más sentido para Hob.

—¿Todo eso ves ahí?— cuestionó. Viajó sus ojos marrones por todo el lienzo, suspirando. —Tengo mucho que aprender. Podré enseñar sobre estas cosas, pero jamás tendré talento para crear una—

—Pensé que te gustaba dibujar—

Morfeo habia cambiado de posición, repentinamente girandose hacia Hob. Hizo que este también pegara un saltito y quedaran frente a frente.

—Aún no perfecciono mi técnica, además, no creo que sea tan digno de ser expuesto en un museo como este— A manera de evitar ese tema, Hob intentó distraerse viendo una estatua en la siguiente exhibición. Pero un asunto comenzó a molestarle un poco. —¿Está haciendo algo de calor o solo soy yo?—

Pronto, buscó una liga para cabellos que guardaba en uno de sus bolsillos. Pocas veces la usaba y esta seria una de esas veces.
Procedió a recogerse el cabello, dejando una coleta pequeña pero que le quedaba a la perfección, según Morfeo, quien lo veía sin disimular el brillo en sus ojos.

El Eterno se sorprendió al verse en tal situación, pues había mordido su labio inferior solo un poco. Era eso o atender la repentina necesidad de atacar ese suave y hermoso cuello que Hob habia dejado al descubierto.

El rey de los sueños parpadeó a modo de volver en sí y ver como ahora Gadling se cercaba más a otra obra.
El castaño se mostró interesado en esa pintura, pero al parecer, ni estando a esa distancia podía leer.
—El nombre de esta pintura está en letras muy pequeñas— Morfeo hizo una mueca extraña para evitar que una risa se escapara al ver al inmortal acomodarse unos pequeños lentes para leer.

El moreno entendió las intenciones del pelinegro y dijo: —No te burles. La vejez hace de las suyas, ¿sabes?— sonaba molesto, pero su sonrisa decía otra cosa.

Oh pero, a Sueño esto más que gracioso, le parecia adorable. Y de alguna manera, sexy. Esto último no le pareció muy conveniente, pues seguramente su hermano menor ya estaría con un ojo sobre ellos.

—Me sorprende que no esté arrugado y calvo— bromeó, pasando su mano derecha sobre su rostro. Sin embargo, no estaba preparado para lo que su amigo diría a continuación: —A algunos, los años les sientan bien—