Melione estaba intranquila mientras rodeaba la cintura de Antheia. Ambas iban en el mismo caballo de pelaje negro mientras surcaban el bosque junto a sus dos amigos. Estaban cerca del límite que separaba Emyerald de Neam.
No sabía qué hacer con ella misma. Tenía ganas de salir corriendo y esconderse y no volver a pisar lo que una vez fue su mundo, pero tenía que hacerlo, debía de salvar a la única familia que le quedaba. Y aunque fuera doloroso para ella debía visitar lo que una vez había sido su casa junto a sus padres y sus hermanas.
Se lo debía a su nueva yo, a la que no estaba llena de odio y dolor. A la que había superado todas las adversidades en estos últimos meses y necesitaba encontrar la paz en su corazón. No quería volver a ser la de antes y para ello tenía que dar ese gran paso, aunque el miedo oprimía su corazón y sus sentidos.
Sintió la mano de Antheia sobre la suya y apoyó la cabeza sobre su espalda. Desde que había aceptado la piedra de Milseag había sentido más fuerte el lazo que las unía y sus emociones estaban conectadas. Sabía que su pareja estaba sintiendo ahora mismo todos sus miedos y sus dudas. Para ella ese puente de luz que conectaba sus dos corazones era todo un regalo.
Echó la cabeza hacia atrás mirando el cielo azul que se extendía entre las copas de los árboles. Era invierno y muchos de ellos no tenían hojas en sus ramas y estas estaban desperdigadas por el suelo y crujían bajo el peso de los caballos. Ese sonido le embriagó los sentidos y lo atesoró en su memoria. Donde iban ese ruido tan puro era imposible de oír.
Saoire y Cian iban juntos en la misma montura. La hembra de ojos amarillos llevaba las riendas y Cian hacía de todo para intentar tocarla lo menos posible. Melione sonrió de medio lado y silbó.
―¡Eh, tortolitos! ¿Cuándo es la boda?
Su amigo giró tan rápido el cuello en su dirección que casi se cayó del caballo, tuvo que coger con fuerza el hombro de Saoire para no acabar contra el frío y duro suelo.
Ella se rio a pleno pulmón mientras apretaba con fuerza la cintura de Antheia para no caerse. Un poco de humor le ayudaría a distraerse y que el viaje no le fuera tan difícil. Y qué mejor forma que molestar a esos dos que no tenían nada claro que hacer el uno con el otro.
―Cuando sea la tuya―respondió Saoire lanzando besos al aire.
―Pues creo que eso va a tardar―respondió Melione―. No quiero casarme durante una temporada.
―Entonces no podrás ver la nuestra ―le guiñó el ojo.
―A mí con que folléis me basta. No aguanto más esta tensión.
Movió las manos sobre su capa y la despegó del cuello simulando que tenía calor.
―Eso mismo me pregunto yo, majestad. ¿Cuándo vais a arrodillaros ante vuestra pareja?―sonrió entre dientes.
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Reino de desolación y espíritus quebrados [Legado Inmortal 3]
FantasyUna nueva guerra esta por venir y Melione debe de enfrentarse a la que una vez creyó que era su amor verdadero *** Melione recibe una carta de su hermano Nathaniel pidiéndole que rescate a su familia. Tras reunirse con Nathair y Brielle, y ver con s...