CAPÍTULO CINCO.

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Dejo de llorar para acostarme en la cama con mis piernas flexionadas cerca del abdomen, mis ojos arden un poco y mi vista se entretiene con mi dedo jugando con el edredón.

El mismo ardor obliga a mis ojos cerrarse, pero intento no hacerlo a pesar del inmenso deseo de dormir.

La puerta se abre por lo que pego un brinco del susto, creí que era Patrice pero es Ethan, no me incorporo.

—¿Ocurre algo? —pregunto casi sin voz.

—Lo mismo te iba a preguntar, pero, ¿Por qué estás en mi habitación? —abro los ojos como plato e incorporándome.

—Creí que... era donde había despertado —niega ligeramente dejando unas cosas en el tocador, retrocedo un poco creyendo que venía hacia acá, pero toma asiento en un sillón situado en una esquina.

—Pues por lo que dije, no lo es —sonríe un poco—. ¿Quieres dormir? —niego—, Te ves muy cansada, adelante, no me quejo —vuelvo a negar.

—¿Podrías salir un momento? —alza las cejas.

—Pero, es mi habitación.

—Solo un momento, después me iré. Es muy cómoda, más que en donde dormí —vuelve a sonreír negando con la cabeza, se pone de pie para abrir la puerta.

—De acuerdo, no demores —dice antes de salir y cerrar la puerta.

Me dejo caer en la suave superficie abrazando una almohada, el fresco abunda en la habitación gracias a la lluvia y el querer dormir, hace de esto un relajante momento después de lo que ha pasado.

Sumida en mis pensamientos, dejo que mis párpados caegan lentamente hasta que me sumo en un profundo sueño.

Me remuevo un poco escuchando las gotas de la lluvia chocando con los cristales de las ventanas, giro ya que estuve de espaldas. ¿Son mis ojos los que me traicionan? Veo una silueta en una esquina, y el cielo está negro, pocas luces están encendidas dentro.

-—Has dormido mucho, empezaba a creer que despertarias mañana —-confirmo que mi vista no me engaña, me incorporo de golpe consiguiendo un mareo.

—Ay Dios —me levanto de la cama algo tambaleante, camina Ethan a mi pero extiendo la mano para que se detenga, lo cual hace—. Lo siento por estar aquí, tengo que irme —paso por su lado pero me detiene tomando mi antebrazo ligeramente.

—Quédate —con mi mano derecha retiro sin brusquedad la suya.

—Lo siento — repito. Camino rápido a la puerta y salgo de la misma manera.

Bajo las escaleras con prisa hasta llegar al final de estas, restriego un poco mis ojos para terminar de despertarme. Al cabo de algunos segundos sigo mi andar de manera lenta, para así mirar la decoración de la casa para distraerme un poco.

¿Por cuánto tiempo habré dormido?.

Recorro la planta baja notando lo linda que es, es agradable el ambiente en especial el que no sea ostentosa. No he visto a Patrice por aquí, parece estar un poco ocupada con el pelirrojo, creo que fui un poco dura con ella. Ese es uno de mis defectos, el no callar lo que pienso, casi siempre lo digo sin importar si herí a la persona. Por ahora no quiero molestarla, podría interrumpir algo importante. No puedo creer que se tome esto como si nada, ama al pelirrojo es algo que me desconcierta mucho.

Tengo que analizar las salidas posibles, algunas llaves para poder salir de aquí, aunque me lleve a Patrice arrastrando tendré que hacerlo, o si no sola.

Quiero irme.

(...)

A la mañana siguiente al salir de mi habitación escucho ruidos en otra, no quisiera a acercarme sabiendo que es en especial por el motivo en que Patrice no haya dormido conmigo.

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