Abro los ojos lentamente acostumbrandome a la luz, intento incorporarme pero un repentino dolor punzante de cabeza me lo evita, aún así me incorporo de a poco, toco un poco mi cabeza que duele un poco. Los recuerdos inundan mi mente, miro a mi alrededor alarmada. No estoy en casa. Después miro a mi lado, encontrándome con Patrice sumamente dormida.
—Patrice —la muevo un poco—, Patrice —la única respuesta que obtengo es verla removerse—. Oh por favor Patrice, despierta —sigue sin despertar.—. Patrice... pollo frito.
Ella abre sus ojos de par en par sentándose un poco en la cama.
—Yo, amo el pollo frito —dice adormilada con una sonrisa en sus labios.
—Lamento decirte que no hay pollo frito... —vuela un poco los ojos decepcionada. Vuelve a recostarse—. ¿Qué estás haciendo? —murmuro bajo algo molesta—, ¡Tenemos que salir de aquí!.
—¿Por qué? Esta cama es muy suave, diría que mucho más que la mía —la muevo con algo de fuerza, haciendo que me miré algo molesta.
—¿Acaso no recuerdas lo que ha pasado? —baja un poco la mirada, vuelve a subirla con sus ojos muy abiertos.
—Maldición —susurra y lleva una mano a su costado. — Hey, juraría que había una flecha de este lado.
Miro a donde ha apuntado, y asiento.
—Tenemos que ver la manera de salir de aquí —también susurro.
Abandonamos la cama poniendo los pies con sumo cuidado sobre el suelo, ya que tenemos los zapatos puestos.
Abro lentamente la puerta y asomo un poco mi cabeza. No hay nadie. Le hago una señal para que avancemos, ella asiente.
Salimos de la habitación con prisa, al tan solo avanzar poco aparece frente a mi el chico que me ha salvado.
—Se podría saber... ¿A dónde van? —pregunta tomando de mi brazo.
—Sueltala —le espeta Patrice tomándome del brazo.
—¡Eres mía! —un pelirrojo le reprende.
Ella se queda estática, como si hubiese recibido algún tipo de regaño.
—Lo que faltaba, un loco —digo con sarcasmo.
—¿Loco? —inquiere el "hermoso" salvador que sigue tomándome del brazo.
Espera... ¡¿Hermoso?!... debo de dejar de pensar este tipo de cosas y concentrarme en salir de aquí.
—Sí, loco —afirmo cruzándome de brazos.
—Hay que hablar —imita lo mismo el pelirrojo.
—Nosotras no tenemos nada de que hablar con ustedes, nos vamos de este lugar —tomo a Patrice del brazo.
Al caminar tan solo unos pasos, una mano sobre mi antebrazo me lo impide.
—En verdad, si tenemos que hablar —dice el chico pelinegro. — ¿recuerdas algo de lo que pasó?.
—Escucha, no sabemos porque dicen que "somos suyas", pero no somos juguetes, así que nos largamos... — dice Patrice cruzando sus brazos. — además, yo tenía una flecha justo aquí — apunta su costado. — ¡¿Donde está?!.
—Vamos afuera —ordena.
Me quedo callada, nos quedamos calladas. Ambos chicos comienzan a caminar con nosotras.
Bajamos las escaleras, finalizandolas de bajar vamos hacia una sala grande, hasta al fin salir por lo que parece ser la puerta trasera.
Estando en un lugar despejado, nos sueltan y retroceden unos cuantos pasos.
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¿Mate?
WerewolfElla: una humana, divertida, con un pasado duro, con pocos amigos y una vida no tan agradable. El: un hombre lobo, Alpha, imponente, con un pasado que lo atormenta y una vida en las sombras. Estar juntos puede ser su salvación, o su perdición.