CAPÍTULO DOS.

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—Pat, no me has dicho nada desde las últimas tres clases —cierra el casillero de un portazo que atrae muchas miradas curiosas. Se mantiene en esa posición; apoyada con ambas manos de la puerta del casillero. Alzó ambas cejas.

— Hoy por la mañana llegaron muchos chicos nuevos — sonríe coqueta bailando sus cejas, — motociclistas, guapos, todos con fachadas rudas.

— Interesante — pongo una mano en mi mentón fingiendo pensar.

— Si o si, tenemos que ir a saludar— me apunta con su dedo indice mientras se pone brillo labial. — ¿Que dices?.

— Claro, sobre todo por qué luzco tan increible —la tomo de sus manos y le dedico una sonrisa—, Vayamos a comer, muero por el almuerzo gigante que me dejó Troy — sacudo la bolsa colgada a mi hombro y ella asiente frenética.

Todo el momento se interrumpe por chocar mi brazo con alguien, siento un calor agradable invadirme desde el brazo hasta mi pecho. Pat sigue hablando y riendo mientras volteo a la derecha, al mismo tiempo la persona con la que choqué voltea. Pat se da cuenta de donde miro por lo que se detiene para ver lo mismo que yo. Se detiene también.

—Disculpa —agacha la cabeza como un caballero de años pasados. Yo sonrío leve correspondiendo su gesto, así que hago lo mismo.

—No te preocupes —antes si quiera de preguntar por su nombre, o por su estado después de lo de ayer, aparece el brabucon de ayer que provoca a Pat jalarme del brazo con insistencia.

El tipo coloca su brazo alrededor de su cuello como si fueran grandes amigos, ¿pero cómo se atreve aún después de lo de ayer?.

—¿Hablando con estas perdedoras? —nos mira de pies a cabeza, pero sus ojos se detienen en mi rostro—. No sabes la mala suerte que fue no haber causado un lindo moretón en esa bonita piel.

Cuando damos media vuelta para seguir nuestro camino, escucho un grueso y profundo gruñido acompañado de murmullos. Ambas regresamos la mirada a esa dirección,  encontrándonos con esos chicos a metros mientras ese brabucon nos mira fijamente, con ojos deseosos de algo, el otro chico mantiene su distancia mientras le murmura algo que no puedo entender.

—Vámonos —ordena Pat con agresividad, mirándolo de la misma manera. Asiento sin mirarlo.

Estando lo mas lejos posible Pat hace respiraciones entre cortadas, en situaciones como estas suele ponerse muy nerviosa.

— ¿Todo bien? —sonríe haciendo un ademán con la mano.

— Ese tipo si que me da miedo, todavía más por confirmar que de verdad quiso hacerte daño, pero ese chico lo evitó —miro otra dirección sujetando con fuerza la bolsa del almuerzo.

— Otra razón para querer desaparecer y dejar la universidad — mi amiga chasquea la lengua.

—Tal vez esté ese niño bonito para protegerte —se hecha a reír codeandome.

— ¿Crees que sea un alumno nuevo? — preguntó. — jamás lo había visto antes.

— Tal vez vino con los motociclistas — sube y baja ambas cejas. — una razón más para ir a verlos de cerca.

—Dejemos el tema por ahora, no quiero que el almuerzo me caega mal a la otra mitad de clases, será un fastidio ir a cada rato al baño —se echa a reír pero asiente.

—Igual yo.

"Como sé que "cierta personita" te quita el almuerzo, que con sudor sueño y esfuerzo te preparo, hice el doble esta vez para que al menos comas bien, por "esa personita" roba comida no me preocupo solo doy otra ración para calmar a tu bestia. Con cariño, tu Troy. Jodete Patrice"

¿Mate?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora