capítulo 11.

32 6 2
                                    


Cuando Taehyung bajo por las escaleras, su cara aún tenía un tono rojizo debido a la vergüenza, no se creía capaz de mirar a Hoseok, por lo que al  verlo de espaldas, sentado solo en el comedor creyó que era mejor idea ir a  la cocina donde se encontraban las chicas. 

a Margot no la había visto antes, pero al ver a una chica rubia un poco mayor a Clara y con una redonda panza supo de inmediato que era ella, ambas chicas hablaban en su idioma, el cual Taehyung no podía entender, pero si podía sentir la incomodidad y miedo con el  que las chicas habalaban,no le tomo importancia, el tampoco estaría cómodo si tuviera que compartir sus raciones de comida con extraños.

—¿Puedo ayudarlas en algo?— habló pausadamente para que pudieran entenderle, Clara negó con la cabeza, ella cortaba unas hogazas de pan, mientras Margot revolvía con una cuchara de palo algo que parecía estofado con papas. 

tenía un olor delicioso, Taehyung no recordaba cuándo había sido la última vez que había olido algo tan casero cómo ello, le recordaba a su casa, aunque ciertamente aquel no era un platillo típico de su hogar, pero el toque hogareño era aquello que lo hacía sentir tan cálido. 

observó a las chicas durante unos minutos, en espera de que solicitarán su ayuda para algo, cosa que no pasó, no fue hasta que miró a Margot intentando llevar con sus pequeñas manos la gran olla que decidió no esperar a que pidieran su ayuda.

tomó la olla con las manos, justo donde las de Margot reposaban, la chica lo miró con sus intensos ojos grises, eran bonitos, ahora que la veía de cerca era muy bonita, incluso más que su hermana menor, ella tenía pecas más pronunciadas  que Clara, su piel también era suave  y sus facciones un poco más maduras la hacían ver como un sueño.

—Yo llevaré esto, ¿que tal si vas y pones la mesa?—propuso el pelinegro.— ayudaré a Clara con lo que haga falta. 

Clara lo miró horrorizada por un momento, pero luego asintió bajando la cabeza, Margot por su parte le dio una pequeña caricia en el brazo a su hermana antes de salir de la cocina, la hermana mayor se había asegurado de cerrar la puerta cuando salió, pero Taehyung no dijo nada nuevamente, empezaba a entender que estaba ocurriendo ahí y rezaba a cualquier dios que estuviera equivocado, deseaba que la guerra fuera lo único horrible que le pasará a esa familia.

Taehyung salió rapidamente de la cocina, a sorpresa de Margot, quien caminaba lentamente alrededor de la mesa, poniendo tapetes y vasos, el pelinegro le dio una pequeña sonrisa curva cuando Clara pasó junto a él con la canasta de pan que había cortado. 

—Huele delicioso.— afirmó el castaño tomando un plato y empezando a servirse por sí mismo.

—¿acaso no van a cenar?.

—nosotras....— Clara lo miró sin saber que decir por unos largos minutos, Margot  mantenía la mirada baja, a pesar de ser la hermana mayor parecía que era la que menos contacto con los extranjeros tenía, pues cada vez que Taehyung o Hoseok hablaban la chica miraba a su hermana en busca de respuestas acerca de lo que decían.—¿podemos?—finalizó después de un largo debate interno.

—Están en su casa, ¿ porque no podrían?— Hoseok había optado por hablar lentamente, al igual que Taehyung, miró serio a las chicas, al mismo tiempo que les señalaba con su mano que tomaran asiento.—disfrutemos de la comida, Taehyung y yo limpiaremos después, Margot necesita descansar.

ambas chicas asintieron, pero no estaban seguros de que hayan podido comprenderlos al cien por ciento. 

—¿cuantos años tienes, Clara?

—Quince.

Hoseok se sorprendió cuando escuchó la respuesta de la niña, era aún más pequeña de lo creía, las pesadas bolsas en sus ojos seguramente eran parte de la responsabilidad de aquello, en el camino que había recorrido los últimos años como soldado ya no había muchas cosas que pudieran tocar su corazón, la muerte, la pérdida, la incertidumbre todo eso era parte de su vida desde que tenía dieciocho años, incluso esa mañana cuando en el camino Taehyung parecía horrorizado, para Hoseok aquello era normal, sin embargo esto era diferente, lo que le había permitido vivir de aquella forma hasta entonces era la firme idea de que estaba haciendo un bien común, el mataría gente que había matado gente, ¿acaso eso no era lo correcto? ¿no estaba bien? a su parecer libraba el mundo de los malvados, pero ¿era cierto?, ¿que tenía Clara de malvada? ella no merecía carecer de comida o tener esa mirada triste, era solo una niña, debería estar disfrutando su vida, pese a ello estaba ahí, sirviéndolos, seguramente lo haría alguien después de ellos, a pesar que estaba en territorio aliado, donde se suponía estaba en paz, no había nada de ello ahí.

Cuando la lluvia cese.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora