El mejor Alfa para la mejor Omega (sesshome)

24. Entre tus brazos

Realmente no sé qué fue lo que pasó en el capítulo anterior, porque creí que saltarían y harían vítores porque Sesshoumaru apareció en el momento justo, pero bueno, ya no pensaré en eso.

Gracias a: sol14salcedo, ValeriaAGuirre556, p1lar1ka_131, AnSaGa9, lucip0411, AbbyTaisho, lizzy2192 y a Faby_Sama

Ahora sí, no sé si mañana podré traer otro capítulo porque hasta este 24 era el que tenía completo, el 25 todavía lo estoy haciendo y no lo he terminado, así que espero no me cueste mucho.

Y bueno, sin más, continuemos con la historia.

¸.•¤•.¸¸.•¤•.¸
Disclaimers:

** Inuyasha le pertenece a Rumiko Takahashi, yo solo tomo los personajes para que hagan mis perversiones.

** No continúo historias, lo que terminó y a lo que le puse FIN es FIN.

** Téngame paciencia, trabajo y tengo vida, escribo en base a la inspiración, pero sobre todo a los comentarios de ustedes, así que mientras más comentarios tengo más escribo, incluso cuando mi vida se pone patas arribas, pero si me dejan muchos comentarios, escribo como loca.

** Recuerden darle like de mi página de romancerotico en Facebook, de esa manera estarán enterados cuando subiré mis fics, si sigo viva o cualquier otra cosa que deseen saber.

¸.•¤•.¸¸.•¤•.¸
24. Entre tus brazos

—•¤•—
Kagome POV

Al abrir mis ojos mi mayor temor es que todo lo he alucinado y que todavía estoy en manos de Naraku o lo que sería peor: de Moryomaru.

Nunca he sentido tanta inseguridad por despertar como la que está corroyendo cada partícula de mi ser, pero no estoy sentada, estoy acostada y en algo que es bastante cómodo y cálido.

—¿Estás bien?

Esa voz puedo reconocerla, es una que estruja mi corazón y mi ser, una que me da confianza, así como miedo.

Abro mis ojos más confiada.

—¿Sesshoumaru...? —intento moverme, pero no hay parte de mi cuerpo que no duela.

—Intenta no moverte Kagome.

Veo a Kikyo frente a mí, estoy acostada en una cama y sé que es una conocida. Miro a un lado y veo a Sesshoumaru que me tiene en sus brazos.

—Quédate tranquila —me pide ella con voz suave y conciliadora, ¿cómo es que Kikyo está junto a mí y a Sesshoumaru y no tiene a Ban encañonándolo?—. Tienes tu hombro derecho dislocado, te cosieron tu ceja izquierda y la parte trasera de tu cabeza, también tienes unos puntos en tu muslo. Creemos que no tienes quebradas las costillas, lo más probable es que solo estén golpeadas, discutiremos luego con tu padre a qué hospital podemos llevarte.

—¿Qué hora es?

—Las 6 am. Del día siguiente al que te rescatamos —trago con dificultad y Sesshoumaru me ayuda a sentarme, Kikyo también se levanta de la silla en la que estaba.

—¿Papá sabe que fueron Naraku y Moryomaru? —ella niega.

—¿Podríamos... hablar a solas? —pero ahora soy yo la que niego con la cabeza.

Le pido a Sesshoumaru que me acomode en el respaldo de su cama, tengo tantas preguntas en mi cabeza que no sé ni por dónde empezar.

—¿Nos delatarás?

—Si lo hiciera, creo que me pondría la soga al cuello yo mismo.

Le coloco mi mano izquierda boca arriba y él la toma para luego entrelazarla con la mía.