El príncipe estaba dolido,
se sentía tan traicionado,
escapó en el primer carro,
mancha de vino y cigarro.Prometió ser la última vez,
aunque pronto se resignó,
estaba dispuesto a ser sol,
ser como agua sin alcohol.Exilió el rojo de su camisa,
al igual que de su corazón,
anheló ver la luz con prisa,
y se enfrentó a ese dragón.Porque quizá no era amor,
solo capricho de posesión,
y tuvo que asumir el dolor,
decir un adiós a su pasión.Estuvo en segundo plano,
siempre y todo el tiempo,
se sentía muy imperfecto,
y su chico no fue honesto.Su alteza perdió la razón,
le gritó «esto no es justo»,
creía que era solo ficción,
pero colgó, y jamás llamó.Le suplicó por su atención,
podía gritar, llorar, golpear,
pues eso lastimaba menos,
aún menos que un silencio.
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Pintor de siluetas
PoetryEl verano hizo presencia, tras el caos y la dolencia. El príncipe fue exiliado y, en un bósque grisáceo, abandonado; le serví de guía a través de hechos pasados. Vivo entre luces y tinieblas, entre viento y arboledas, entre papel y acuarelas, entre...