Camiseta azulada y tulipanes,
es claro por qué te enamoraste,
ojos pequeños y cabello negro,
para ti eso era como un sueño.
Di que miento frente al espejo,
porque ensuciaste mi nombre,
me enojé, ya no me arrepiento,
juro que intenté ser el perfecto.
Dijiste que debíamos ir más lento,
porque era pronto para algo más,
ni siquiera expresabas «te quiero»,
y quería darle nombre a lo nuestro.
Recuerdo tan bien ese momento,
caminata a la par y total soledad,
tú dijiste «es raro que me gustes,
porque me gustan pelinegros».
Suéter celeste y poesía rebelde,
es evidente el porqué lo elegiste,
ojos redondos y cabello marrón,
no fui eso que siempre quisiste.
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Pintor de siluetas
PoesíaEl verano hizo presencia, tras el caos y la dolencia. El príncipe fue exiliado y, en un bósque grisáceo, abandonado; le serví de guía a través de hechos pasados. Vivo entre luces y tinieblas, entre viento y arboledas, entre papel y acuarelas, entre...
