-6-

22 4 5
                                    

—Capítulo 6—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





—Capítulo 6—





El agua cayendo por mi cuerpo, la temperatura perfecta, lo suficientemente refrescante como para estar bien todo el día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El agua cayendo por mi cuerpo, la temperatura perfecta, lo suficientemente refrescante como para estar bien todo el día.

Salí y miré la hora que marcaba el despertador.

Ocho treinta.

Hora y media de ejercicio matutino, donde el cuerpo podía liberar el estrés acumulado de la noche infernal de tareas que había hecho.

Me puse un pantalón deportivo y una camiseta, la hora del desayuno había llegado, ojalá Carlo esté preparando sus exquisitos waffles de chocolate.

Salí de mi habitación, y enseguida el olor invadió mis fosas nasales.

Había acertado

—¡Por fin waffles! Por eso eres mi favorito.

—Eso le dices a medio mundo.

—Pero siempre digo esas cosas sin sentimiento para los demás, tú eres mi mejor amigo, a ti sí es real.

Me acerqué y tomé uno de los que ya tenía cocidos para untarle chocolate.

—¿Enserio vas a ponerle más chocolate?

—Tú le pones más miel a los cheerios.

—Touché.

Encendí el televisor y me senté en el sofá mientras comía.
Una puerta se abrió fuertemente de repente, y acto seguido, una chica cruzó el salón furiosa y salió del piso azotando la puerta.

—Buenos días amigos míos– salió Leví por la puerta de su habitación tranquilamente.

—¿Enserio Leví?– dijo Carlo mirándolo fijamente y negando con la cabeza.

—¿Qué?– dijo mordiendo un waffle que tomó del plato.

—¿Cuántas malditas veces tengo que decirte que si estarás con una chica, no debes traerla al piso? Ni siquiera a pasar el rato.

Verdades OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora