Prólogo

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El ambiente era tenso y silencioso, incluso podía escuchar el ritmo acelerado de mi corazón esperando lo que diría.

—No somos– una sonrisa altanera se formó en su rostro–, y nunca seremos.

La dureza con la que sintieron sus palabras han sido de lo peor que he sentido, pero no le iba a mostrar eso, no le iba a dar el placer de saber que, de alguna forma u otra, me había herido.

—¿Qué? ¿Esperabas que te dijera "me gustas" "Quieres ser mi novia"? Sal ya de tus libros, eso no pasa en la vida real Evelyn.

Apreté los labios, quería decirle tanto y a la vez, ninguna palabra salía de mi boca.

—Da igual, esto es una pérdida de tiempo– tomó su mochila– avísame cuando encuentres a tu novio literario.

Se fue saludando a cualquiera que se le cruzara con una maldita sonrisa landina.

Oh no, esto no se quedaría así.

Les demostraría quien terminaría ganando.

A ambos.

Verdades OcultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora