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–Capítulo 8–








Voltee a todos lados, pero ya no estaba, pareciera como si nunca hubiera estado ahí, como si nada hubiera pasado

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Voltee a todos lados, pero ya no estaba, pareciera como si nunca hubiera estado ahí, como si nada hubiera pasado.
Pero claro que había pasado, mis labios aún palpitaban y tenían la sensación de los de él.

Tomé rápidamente un trago de mi bebida y la sostuve entre mis manos tratando de asimilar qué había sido eso.

Caminé entre todo ese mar de gente hacia la pista, donde seguían mis amigos, al verlos me detuve, estaban tan felices disfrutando todo que no podía abrumarlos con mis situaciones y pensamientos, así que solo me acerqué a Erick.

—Hey, iré ya a descansar– le dije al oído.

—¿Te vas? ¿Por qué? ¿Estás bien? ¿Alguien te hizo algo?

—No, no, para nada, simplemente estoy cansada y los tacones están matandome– mentí.

—¿Quieres que te lleve?

—No, tu disfruta la fiesta, pediré un taxi.

Le di un beso en la mejilla y caminé hacia la salida.
Apenas crucé el umbral de la puerta, el aire golpeó mi cara, al igual que la realidad de cuánto había tomado. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y la vista a nublarse; todo el mundo entraba y salía sin detenerse y yo no conocía a nadie, intenté sacar mi teléfono y pedir un WenCar, que es como el Uber de Wenvelvey, pero para mi gran suerte, este ya no tenía batería.

Tocará caminar borracha corazón

Me quité los tacones y comencé a caminar por la acera, ¿Qué eran siete cuadras?
El bar/discoteca donde había sido la fiesta estaba por las orillas del sur de este lugar, y las residencias en las orillas del este.

Caminé cómo pude, con mi bolso colgando del hombro y mis tacones en mano, tambaleandome hacia los lados, que ni siquiera me di cuenta cuando ya solo faltaban dos cuadras para llegar a las residencias.

Todas las calles por las que había pasado estaban completamente solitarias, pues todos estaban en la fiesta, sin embargo, había cuatro automóviles estacionados consecutivamente.

Raro

Toqué mi cabeza, seguía doliendo y aún sentía como daba vueltas, cerré los ojos un segundo, solo un segundo, pero para hacerle honor a mi borrachera y a la vez, estupidez, terminé cayendo de culo detrás de la pared de césped que separaba con el muro real de todo el campus.

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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