DE VUELTA A MI VIDA

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Una vez que todos se alistaron para irse, los anbu los transportaron a la entrada de la aldea por medio de pergaminos.

La procesión de ida a la torre Hokage fue dura, porque transportaban el cadáver de un shinobi muy conocido, que recién había dado su vida protegiendo la aldea. Debido a su reputación, toda Konoha sabía sobre las batallas que había librado y se sorprendieron al ver aquello, pues daba la impresión de que la muerte y el habían pactado no encontrarse.

Cuando pasaron cerca de la casa de té, la preciosa chica que pretendía a Kakashi, corrió hasta la entrada para darle la bienvenida al peliplateado. Lo buscó con la vista sin poderlo encontrarle, hasta que la dueña de la casa de té le tocó el hombro, dirigiéndole una mirada triste – Cuanto lo siento – Dijo en un tono compasivo. La chica, al escuchar eso, instintivamente dirigió con desesperación su mirada hasta atrás de la comitiva, donde Yamato llevaba la carreta con el cuerpo de Kakashi. La chica soltó a llorar, derrumbándose en el piso, siendo consolada por sus compañeras.

Aquella chica era nueva en la aldea, pero todos los habitantes antiguos, viendo pasar a los ninjas que acababan de llegar, dirigían fijamente sus ojos hacia Naruto, aturdidos.

Konohamaru vio a la muchedumbre y los hizo a un lado para preguntar a los recién llegados sobre lo sucedido.

De repente, también él veía fijamente aquella aparición, con un ojo azul y el rinegan. Lo contemplaba temblando, tragando saliva, con la boca entreabierta sin poder articular palabra alguna.

Después de unos segundos, corrió hacia aquella aparición, apretándolo por uno de los costados en un fuerte abrazo. Elevo su mirada aún incrédulo. Naruto le devolvió la mirada con un semblante triste. Aquel pequeño ninja, en su dimensión, había sido uno de sus primeros oficiales, serio y dedicado hasta la médula de los huesos y había sido uno de los primeros en morir en batalla.

-Me temo que no soy quien crees – Suspiró el rubio.

-Lo sé – Respondió el chico sollozando – Sé que no puede ser la persona que creo, y aun así te pido que no me apartes tan pronto.

Naruto asintió y volteo a ver a todos, que lo miraban respirando pesadamente. Un ambiente de nostalgia y suplica se elevó en el aire.

Después de unos segundos, Naruto se dirigió de nuevo a Konohamaru.

-Joven ninja. Decidí acceder a tu petición, pero me temo que esta comitiva no trae buenas noticias.

Konohamaru se separó deprisa y volteó más atrás. Resopló asintiendo y movilizándose de inmediato a preguntar a Yamato lo ocurrido, reaccionando tranquilo, cuando Naruto pensó que se derrumbaría al ver a Kakashi postrado, sin vida.

No era que Kakashi no le importara, era más bien que desde hace algún tiempo estaba acostumbrado a esas noticias y asintió simplemente ante las explicaciones de Yamato.

– Me adelantaré para informar de su regreso a la torre hokage – Dijo desapareciendo en una pila de hojas.

La procesión fue parecida en todo el trayecto.

Naruto miraba a todas direcciones, sin saber que decir, ante el asombro de los aldeanos. Rostros de miedo, alegría y confusión se presentaban ante él. Sakura permanecía en sus brazos sin reaccionar.

De la torre Hokage, salieron un grupo anbu y la anciana Koharu.

-Los anbu nos han dicho todo – Dijo la anciana.

Tsunade se adelantó a la comitiva, con una reverencia.

- Por ahora, por favor déjenlos pasar. Konoha ha sido salvada... no...este mundo ha sido salvado por estos ninjas. Debo revisar a algunos malheridos y Kakashi...

OJOS DE JADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora