25. Compromisos

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Todo había salido maravillosamente bien, oficialmente había terminado y por algun motivo no sabia como sentirme, por un lado estaba triste de dejar todo lo que había hecho por años y por el otro estaba feliz porque estaba comenzando un nuevo capítulo de mi vida, tendría mi propia familia y no me malinterpreten, estaba totalmente aterrada por eso, me daba miedo la reacción de Artemis, me aterraba ser una madre horrible y me aterraba el rechazo de mi hermana, no sabia como reaccionaria, después de todo tengo veintidós, aun soy joven y esto no fue algo que planee pero si esto estaba destinado a pasar espero que sea algo bueno.

Salí del teatro media hora después de que la sala quedara vacía y me encontré con todos, todos me felicitaron y se alegraron mucho por mi, me agradó mucho tenerlos a todos aquí conmigo, se sentía como un sueño y yo no quería despertar, después de un rato Artemis tomo mi mano y nos alejamos un poco de los demás, se veía extraño, tenía la corbata desacomodada como si se la hubiera acomodado varias veces y tenía el cabello desordenado como si se hubiera pasado las manos por el muchas veces, ahí fue cuando me di cuenta de que algo pasaba.

-¿Estas bien?-Le pregunté con duda en mi voz

-Si, estoy bien, tranquila-Me dice y yo asiento contemplando mis alrededores, todo se veía bellísimo de día pero se veía aún mejor de noche, aún en el silencio podía notar que algo estaba mal, Artemis y yo no nos veíamos tan seguido, el solía tener viajes muy largos y regresaba a casa muy pocas veces, sabía que esto sería así pero no me esperaba que doliera tanto, estaba asustada, por primera vez en mucho tiempo ese pensamiento invadió mi mente. ¿Que tal si quería terminar conmigo? ¿Que tal si se había cansado de mi? ¿Que tal si el cree que esto ya no funciona? No quería perderlo, no podía perderlo, no ahora.

-Artemis yo...

-Temis, escúchame

-Vale...

-Nos conocemos desde que somos niños, tú eras mi mejor amiga y cuando yo me fui todo cambio, cometí muchísimos errores y voy a arrepentirme de eso toda mi vida, cuando te vi aquella noche tan... sola y ebria no pude hacer otra cosa más que ayudarte, eres mi todo, te volviste mi mundo completo en muy poco tiempo y no tienes idea de lo aterrador y emocionante que es eso, te dejé ir una vez Temis y no pienso volver a cometer el mismo error- Casi chillo cuando su rodilla se clavó en el suelo y de su bolsillo saco una pequeña caja negra, sabía lo que contenía, al abrirla un anillo con un diamante azul fue revelado y mi mundo se detuvo, ¿como sabía que ese era mi color favorito?

-¿Que haces?-Murmure y el sonrío ligeramente

Vale si, estaba totalmente en shock.

-He querido hacer esto por un tiempo pero supuse que este sería el mejor momento para hacerlo, sabes que no soy bueno con las palabras, Temis pero hoy, bajo la luna llena que ilumina esta noche en Nueva York, Super Gato, tu mejor amigo, este idiota, Iceberg supremo y Artemis Hidalgo te pido que te cases conmigo-Termina el y yo solo me congelo un instante mientras una lagrima se desliza por mi mejilla

-¿Es en serio?-Pregunto y un sollozo deja mis labios-Tu... ¿Tu en verdad quieres eso? ¿Quieres que sea tu esposa?-Pregunto y el asiente sonriendo

-¿Tu quieres serlo? ¿Quieres casarte conmigo, griega?

-Mierda, Artemis, claro que quiero, te amo idiota-Le digo abrazándolo aún incrédula y el me sonríe deslizando el anillo por mi dedo, nuestros labios se encuentran y ahí supe que no podía ser más feliz que ahora.

Después de celebrar con todos regresamos al departamento y nos acostamos a dormir, estaba con los ojos cerrados cuando decidí que tenía que decirle, estaba esperando el momento perfecto pero sabía que eso jamás pasaría así que me arriesgué y lo hice.

A través del icebergDonde viven las historias. Descúbrelo ahora