Algo anda mal.
A pesar de que todo está perfectamente bien, Lucas sabe que algo no tiene sentido. Sí, ganaron el partido y llevan una buena racha de victorias, pero no confía en lo que sucedió. En ese momento no importó, por supuesto. En ese momento solo podía concentrarse en las celebraciones, en la forma en que la mayoría de los jugadores lo aceptaba por fin, en cómo Sam lo había abrazado diciendo que él lo sabía, sabía que lo lograría porque era el mejor mariscal y te lo dije, Lucas ¿no es cierto? Te lo dije.Sí, había sido una buena noche. La mejor manera de comenzar la semana de entrenamientos. No pensó demasiado en eso. No vio a Tyler ni al equipo rival cuando terminaron, era bastante evidente dado que después de una derrota, nadie querría quedarse cerca. En algún momento pensó en enviarle un mensaje al 46, pero ni siquiera sabría qué decirle ni estaba seguro de si Rivera querría hablar con él después de su derrota. Prefirió evitarse cualquier situación incómoda y no lo hizo.
Las prácticas fueron mejores. Todavía había quien no lo quería y eso quizá nunca iba a cambiar, pero la mayoría estaba de su lado. Por fin era parte del equipo, finalmente era su mariscal. Parecía que la mayoría de los jugadores solo estaban esperando ese encuentro con Tyler para asegurarse de que el mariscal no iba a dejar que sus sentimientos interfirieran. Bueno, no lo habían hecho y esa había sido la prueba final, al parecer. Así que Lucas estaba feliz y contento y distraído.
Tomson solía enviarle las grabaciones de los partidos para ayudarle a analizar las jugadas, para aprender de sus errores y ser mejor en el siguiente partido. Lucas les prestaba toda la atención posible porque quería mejorar, quería ser de nuevo ese grandioso mariscal estrella. Se dijo que no le prestaría atención al 46. Luego se dijo que le prestaría poquita atención, solo para aprender sus jugadas. Después se dio cuenta de que estaba embobado con él. Menos mal que no había nadie cerca para notarlo.
Y es ahí cuando lo ve. En esa jugada final, en esos quince segundos en el reloj, cuando recibe el balón, nota dos cosas: la primera, hay un enorme hueco en el lado izquierdo, un defensivo pudo haber pasado por ahí sin ningún problema. La segunda, Tyler duda antes de moverse. Lucas regresa la grabación y se acerca a la pantalla para mirarlo mejor. El defensivo mira hacia la izquierda, directo a ese hueco y duda un segundo antes de lanzarse hacia la derecha, estorbando a su compañero, dejándole el camino libre a a Lucas.
Navarro inhala y pausa la grabación. Primero piensa que es un error, es una ilusión, está viendo mal. Así que vuelve a ver la misma parte dos veces más. Nada es diferente. Tyler mira el hueco, duda, cambia la dirección. Mira, duda, cambia. El mariscal no quiere pensar en lo que eso significa porque eso querría decir que Rivera lo dejó ganar. Y eso solo lo lleva a dos situaciones complicadas. En la primera, su orgullo le dice que ese maldito 46 es un bastardo. No necesita su ayuda para ganar. Es el mejor mariscal o está cerca de serlo. ¿Quién diablos le pidió que hiciera eso?
La segunda, bueno, la segunda es mucho más cálida. Tyler sabía lo que estaba en juego, sabía lo que ese partido significaba y no le importó perder el invicto. No le importó su propio equipo, por él. Por Lucas.El mariscal inhala tanto como puede. ¿Qué se supone que significa eso? No quiere ilusionarse, aunque es algo inevitable. Quizá Tyler aún lo ama. Quizá aún siente algo por él y por eso lo llamó la última vez y por eso lo ayudó a ganar. Es una estupidez, pero se permite pensarlo. No importa cuánto se repita que lo que había entre ellos terminó en el instante en que salió de ese departamento. No importa si piensa en lo sucedido en la fiesta. Nada de eso importa. Lo único que puede escuchar es que Tyler lo ayudó a ganar.
Así que se rinde, con esa calidez en el pecho y toma su celular. No piensa en nada mientras el tono suena en lo que parece ser una espera eterna. Y por fin responde del otro lado, con voz ronca y somnolienta.
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Tiempo Fuera [Secuela Medio Tiempo]
Teen FictionLucas y Tyler, en lados opuestos dentro del campo. El mejor dúo de la NFL enfrentándose. Dentro y fuera del campo, hay mucho que merece ser contado.