Todo Por Él

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¿En qué momento terminó así? Se encontraba poniéndose sus botas altas y guardando sus cosas mientas un hombre, casi un desconocido la esperaba afuera de los vestidores para llevarla Dios sabe a dónde para desvirtuarla.

Había jugado con fuego creyéndose capaz de darle una lección a ese sujeto, pero cayó en su propia trampa.

-¿Cómo sé que lo cumplirá? - Había preguntado incrédula.

-No hay promesa que valga más que la palabra de Sesshomaru Taisho. Lo que yo hablo es ley. - Respondió con tal seguridad que no pudo dudar.

Sus manos temblaban al cerrar el cierre de su bota de solamente imaginar lo que se aproximaba.

-¿Ya te vas Kagome? - preguntó una de sus compañeras, la chica que le había hecho favor de hablar con Myoga para pedirle trabajo.

-Sí, te agradezco mucho lo que hiciste por mí, Sango.

-No tienes nada que agradecer amiga, sabes que desde que estábamos en secundaria cuando Sota nació, lo quise demasiado. Es la única forma en que podía ayudarles. - Kagome la abrazó con fuerza y volvió a susurrar un "gracias" - Nos vemos mañana.

-Sobre eso... No estoy segura, pero te llamaré en cualquier caso. Y también notificaré al señor Myoga.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Sota está bien?

-Sí, te explicaré luego si todo sale bien. - Tomó su bolsa y salió de los vestidores escuchando el grito de su amiga Sango "¡Llámame, Kagome!"

Solamente esperaba que el grito no fuera tan alto como para que el platinado escuchara.

-"Kagome" bonito nombre. - Comentó Sesshomaru que aguardaba su salida recargado en la pared con los brazos cruzados. - Me gusta más que Black Pearl. - Kagome se sonrojó pero no dijo nada al respecto.

-Estoy lista. - Fue lo único que respondió.

Sesshomaru la miró detenidamente, era muy hermosa pero tenía que aceptar que si se la hubiera topado en la calle, probablemente habría admirado su belleza pero solamente eso, hubiera pasado ante sus ojos como una universitaria más.

Pero ahora conocía sus ojos que ocultaban un pesar muy grande y deseaba descubrirlo, conocía su cuerpo y todo su ser ansiaba poseerlo mil veces, conocía la sensualidad de la que era dueña y moría de ganas por experimentar lo que sería capaz de hac...

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Pero ahora conocía sus ojos que ocultaban un pesar muy grande y deseaba descubrirlo, conocía su cuerpo y todo su ser ansiaba poseerlo mil veces, conocía la sensualidad de la que era dueña y moría de ganas por experimentar lo que sería capaz de hacer en su cama.

Con esos pensamientos le ofreció su brazo para escoltarla hasta su auto.

~ × ~

Sesshomaru había intentado conocerla, descubrir aquel secreto que guardaba en sus ojos tristes, pero se había rehusado completamente. Lo único que logró sacarle fue que su nombre era Kagome Higurashi, eso era suficiente para él, mañana le daría la orden a Jacken de investigar hasta su tipo de sangre.

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