i Will ; Ruikasa

3 - !!

rui solo rogaba para que tsukasa no se alejase de él, pero todo le tenía tan mal que ni siquiera podría volver a acercarse de una buena manera, tenía miedo de que se apartara de él y que eso también afectase en los futuros shows que harían juntos. Llegó a su casa y lo primero que hizo fue deprimirse mucho más, quizá parecería alguien fuerte y serio, pero era todo lo contrario, rui quería romper en llanto, no quería alejarse ni lo más mínimo de tsukasa, es decir.. ¡Era una gran persona! ¿Cómo permitírselo? Además.. no quería hacerle daño, dios, se lamentaba de todo lo que hizo.
Rui estaba en la cocina viendo qué comer, sus padres no estaban y como siempre, no había rastro ni lo más mínimo de ellos, tenía 15 años y tuvo que aprender a hacerse todo solo ya que ellos jamás estaban en casa, y cuando estaban no le prestaban ni la más mínima atención, parecía que estaba muerto para ellos. Realmente no sabía qué hacía en la cocina si no tenía hambre, salió de allí y no quería ni verse a si mismo, ¡solo fue una declaración que rechazó! ¿Por qué se sentía tan mal como para llegar a ese punto? subió hasta su habitación y allí, se encerró, no volvería a salir en todo el día, así que no había problema en cerrar completamente esa puerta. Cayó de inmediato en cuanto la cerró, su espalda estaba contra la pared y no evitó llorar, ¿por qué se sentía así? no lograba comprender sus sentimientos, solo era un llanto imposible de controlar para él, realmente deseaba ser otra persona en ese momento, cualquier otra persona.. una la cual no dañase a los demás sin querer.

Rui ya no sabía qué hacer, habían pasado unos minutos y no quería pararse, tomó una de las herramientas que tenía por el piso y dudando, comenzó a golpear su brazo; Aquello le sacó un pequeño quejido, suspiró, sabía que no era una buena opción, pero solo le quedaba eso. Recibió una llamada con un tono especial, rui se acercó hasta su celular y contestó, al menos eso haría que dejase de lastimarse. Su amiga le estaba reclamando por no contestarle los mensajes en todo el día, rui no sabía cómo contestar ante ello.

Mizuki.. lo siento.— Dijo, para que luego su voz se quebrase, con preocupación su amiga preguntó el por qué se disculpaba, al no haber respuesta esta siguió insistiendo.

Rui, está bien. Contestame, ¿sí?— Mizuki solo escuchó algunos leves sonidos los cuales solo indicaban que rui estaba sollozando.

¿Estás bien?— Preguntó aún sabiendo la respuesta de ello, no habló con su amigo en todo el día, supuso que le pasó algo, pero por teléfono le era difícil darle el apoyo que necesitaba y que le gustaría darle, no era buena con las palabras, pero si con el contacto físico.

Mizu.. yo hoy hice algo y... no sé qué hacer, arruiné todo.. yo..— decía con una notoria dificultad, esto entristeció a mizuki, era su amiga desde hace mucho y siempre vió los momentos de debilidad de este, pero estaba siendo diferente esta vez, nunca escuchó a rui hablar de tal forma.

¿Rui, qué pasó? ¿Puedes contarme?— El de mechas celestes sintió una gran presión en su pecho, ¿cómo le iba a contar eso? ¡Ella era la persona que le interesaba! No podía decirle sobre lo de tsukasa.. eso le haría peor.. ¿Y si pensaba que la estaba utilizando? Oh, dios, no quería más problemas con eso, solo respondió con un leve "no" y se calló; Aún salían lágrimas de sus ojos, golpeó su cabeza con el marco de su cama y se despidió de mizuki, esta luego de unos segundos le escribió y le dijo que si era necesario hablar, estaba para él. Esto solo le hizo confundirse más, ¿amaba a mizuki y a tsukasa? ¿o solo confundió amistad con amor? pero.. ¿con quién de los dos? esto era un lío constante, hasta el momento no había dado muchas vueltas con eso hasta que tsukasa se le declaró. Es decir, ¡él empeoró todo! NO, no podía pensar así, no.. dios, se negaba a pensar negativamente sobre ese chico el cual solo le daba sonrisas, pero en este momento no.

El rubio tras terminar de comer fue a su habitación con akito, fue interrogado por este mismo, notó la mirada que tuvo durante la cena, eso le había preocupado y como no estuvo al tanto, solo le hizo pensar que estaba incomodo con él. Entre tantas preguntas llegó al punto. El mayor de los dos comenzó a contar todo lo que pasó ese día aunque se estuviera dar por vencido con mantener esa sonrisa, todavía la tenía. Se iba rompiendo por cada palabra que pronunciaba, akito comprendió a tsukasa y le dió un abrazo, uno el cual tsukasa hizo durar, nuevamente, no se quería separar. El pelinaranja solo fue tocando la espalda del contrario en forma de consuelo.