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Hoseok


Sentí un escalofrío cuando me abrió la puerta de su habitación, con una sonrisa que trató de mantener a pesar de saber a lo que venía. Podía notarlo, por el leve temblor en su voz, y el nerviosismo en sus manos inquietas.

Todos nos hacemos los fuertes.

Su piel se ve notablemente pálida, sabes que nunca fue de tener una piel tan lechosa como la de Yoongi, pero esta vez puedo decirte que, lo está pasando mal, realmente mal. Sus ojos no brillan como antes, ha tratado de mantenerse decente, con el cabello perfectamente cortado, pero desordenado, aquella sonrisa que siempre le dijiste que era tan bella y tan cálida.

Parece que el corazón que siempre dijiste que formaban sus labios está roto.

Viste con ropa holgada, siempre lo ha hecho, pero ahora los colores en aquellas ropas son neutros, tal vez los colores llamativos le recuerdan a ti, aún no está listo para verte en todos y cada uno de ellos. Tampoco habla mucho, es como si su ímpetu por explorar y explicar el mundo externo se le fuera del espíritu.

Unos días después de que te fueras, entró a la sala de prácticas, y bailó sin descanso durante horas su cancion favorita, aquella que le enseñaste a bailar y modifaron a su antojo, después no pudo controlarse asi que se rompió a llorar silenciosamente, ahogando los gritos que le partían la garganta por soltar, pero no lo hizo, solo se quedó tirado en el piso, abrazándose así mismo, en un intento desgarrador por consolarse así mismo y de alejar a la insistente sensación de ausencia.

Él jamás lo diría abiertamente para no preocupar a nadie más, lo cierto es que ese día yo lo ví, así que habrá más detalles de lo que hyung quiso decirme.

Hoseok ha dejado de bailar, desde que lo hizo sin descanso con aquella melodía no ha entrado a la sala de prácticas, ni siquiera para por ahí, no quiere entrar y ver que ahora la realidad es otra, una en la que ya no estás para verlo y bailar con él. Una a la que aún no está listo para entrar, tampoco ha escuchado ciertas canciones desde que tu silueta ya no se ve por esta casa.

El alma se le parte cuando en su playlist se reproducen tus canciones favoritas, las que le mostraste y escuchaban juntos. No lo soporta, así que antes de que las lágrimas salgan de sus ojos pausa el reproductor.

Aún lleva la pulsera que le regalaste, aquella con perlas de color morado y las letras de su apodo. Prometió jamás quitársela, no quiere sentir que estás más lejos.

Hace unos días, por la paquetería le llegó un kit de perlas. Ha encontrado entretenido, liberador y una forma de acercarse a ti mediante eso. Nos ha hecho pulseras a todos, incluso aquél brillo de sus ojos vuelve por momentos fugaces cuando lo hace. No te preocupes, él sigue ahí, solo dale tiempo, anímalo de lejos, que ahora no sabe qué hacer con tanta tristeza desbordada en su ser. Y lo comprendo, fuiste una parte tan importante en su vida, que tu ausencia en ella es tan grande que es capaz de volverse loco.























Estrellita, no sé con cuanta precisión te habrá contado Namjoon, no quiero leer en lo que me he convertido estos últimos meses, lo siento tanto.

No sé si leerás ésto desde allá arriba, me tiemblan las manos de forma increíble y los ojos me pican tanto por las lágrimas. No he sido fuerte, te prometí tantas veces que lo sería y no lo soy, ni fui. Porque incluso ahora mismo, estoy luchando con toda el alma el no llorar frente a Nam. Tengo que hacer ésto.

Porque no quiero que me duela tanto el recordarte.

Hay tantas cosas que me hubiera gustado mostrarte, tantas cosas por enseñarte y a lugares qué llevarte. No lo logré, perdóname.

Soy un desastre desde que no estás, sé que no te gusta verme así, prometo estar mejor, es lo que hubieras querido. Prometo volver a ser yo, así que solo sé feliz desde allá arriba, lo mereces después de tanto por mo que pasaste.

Gracias por compartir un poco de tu felicidad conmigo.

Baila con los ángeles, pequeña estrella.

— Hobi.


LETTERS | knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora