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Namjoon




No había tenido en cuenta lo difícil que era hacer esto, una cosa era escribir sobre los demás y lo que veía en ellos, y otra es escribir sobre mí, sobre mi proceso, mi día a día desde que tú... Bueno, es algo doloroso y hasta cierto punto quieres esconderlo de todos, que nadie se entere por qué sufres, cómo te sientes, cuánto tiempo llevas así. 

Entiendo más a los miembros ahora.

Aún así, no puedo evitar sonreír levemente al hacerlo, no sé sí sea porque la carga en mi corazón se siente menos pesada, por los nervios o por el simple hecho de que ya no sé de qué forma canalizar mi tristeza, a pesar de eso, quiero que sepas que hay cosas que tengo, no, que quiero contarte.

No sé por dónde comenzar, pero, trataré de hacer lo mejor que pueda. Soy honesto, y la verdad te miento si te digo que lo he sobrellevado de la mejor manera, cuando no es así, es imposible no sentirme solo y menos cuando eras una de las más grandes alegrías de mi vida, he llorado mucho, más de lo que me hubiera imaginado pero no puedo hacer más que eso, y por más que pase el tiempo no podré ver al mundo de los mismos colores, o al menos no ahora. ¿Sabes? si pudiera entregarle al cielo o a quién quiera que esté arriba todas mis lágrimas con tal de verte aunque sea cinco minutos más lo haría, sin dudarlo.

No sé qué hacer.

Mi alma solloza cuando el sol se asoma a mi ventana por las mañanas, tan brillante, tan cálido, me recuerda a ti. Eras ese rayo de sol que daba calor en los días de invierno o simplemente en un día lluvioso.

Me pediste que fuera fuerte, e intenté serlo, aunque creo que malinterpreté tus palabras hasta hace unas cuantas semanas, no me pediste que me guardara y cargara el dolor de todos, me pediste que siguiera adelante y superara el vacío que dejarías, que no me rindiera y cayera en una clase de abismo.

Lo siento, mi cuerpo puede parecer fuerte, inquebrantable, pero tú más que nadie sabe que estoy tan roto que me caigo a trozos por dentro.

Hoy, exactamente hoy, volví a usar aquél suerte verde que me regalaste para la sesión del álbum de ese tiempo, recuerdo muy bien que dijiste que hacía lucir bonito el color platinado de mi cabello, sonreí como bobo todo el día. No sé porque siento que el calor de tu espíritu sigue en él, y ciertamente me da temor el no volverlo a sentir algún día. No he vuelto a teñir mi cabello desde hace un buen tiempo, mencionaste que la oscuridad de mi cabello te recordaba al cielo nocturno y cuando brillaba a las estrellas que se asomaban en él. Maldición, hay tantas cosas, tantas fotos, tantos objetos, tantos lugares que me recuerdan a ti y tu simplemente ya no estás.

He comido bien, no me regañes, pero estoy seguro que lo sabes, no he tenido mucho apetito estos días, sin embargo, sé que si estuvieras aquí me advertirías de ello hasta el cansancio, para serte muy honesto, escucho tú voz en mi cabeza repetir la misma frase que siempre decías cuando saltaba comidas.

Namjoon, la comida de ese plato no va a desaparecer sola. Iremos a uno de los museos de tu lista pero, come primero, monnie.

Me hablabas con tanto cariño y dulzura como de un niño se tratara, aunque, no muy lejos de la realidad, contigo siempre pude ser ese niño que aún tengo en mi interior. A mi cerebro le cuesta reaccionar y darse cuenta que, ahora iré a los museos solo después de comer para evitar saltar comidas, que ya no habrá una chica de cabellera oscura, ruidosa, amable que me seguirá a todas partes, y que siendo menor que yo, me trataba como a su hermano menor.

Pero, todas esas ocasiones solo te veo en esos lugares.

Por si te preocupa, he cuidado de las plantas que me diste, ¿Lo ves? estaré bien, siguen vivas, te prometí cuidarlas, así que los retoños florecerán sin alguna clase de problemas para la próxima primavera, para tu cumpleaños.

LETTERS | knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora