Capitulo 3: "El escenario está montado" Lidia

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«No puedo creer que alguien de Caster-Can se encuentre en Sender-pensaba mientras caminaba por los callejones de la ciudad-. Si Elisa supiera, lo importante que es su descubrimiento para nosotras. Solo espero que por una vez la vida nos sonría y ella sea capaz de dar con esa mujer otra vez»
«Durante años hemos estado viviendo del crimen, poniendo nuestras vidas en peligro por un techo y un pedazo de pan; pero si esa mujer nos puede dar las respuestas que buscamos, podremos irnos de aquí. Aceleraría todos mis planes con tal de darle a mis hermanas las respuestas de nuestra existencia»
«Elisa, mi buena niña. Por fin podré darte lo que tanto habías soñado. En cuanto a Alis, se alegrará mucho cuando sepa que pronto nos iremos de Sender»
«Irnos...-interrumpí mis pensamientos unos segundos-, sí, está decidido. Ya estoy cansada de esperar en planes frustrados, mis hermanas no lo merecen»
Seguí por los callejones en dirección al Puente Norte de Sender. Ya eran pasadas las 5:00 de la tarde, así que me propuse encontrarme con mi hermana Alis.
Ella siempre se refugia bajo ese puente. Es un hábito desde que llegamos a casa de Bousnet hace 6 años. La pobre no ha sido capaz de superar la muerte de Nana. La verdad es que de las tres, ella era la más cercana a nuestra querida maestra.
Todavía recuerdo ese día terrible. Era temporada seca y el canal estaba casi vacío. Elisa jugaba en el río mientras yo la vigilaba de lejos. A mi lado estaba Nana cantando una canción, y acostada en su regazo, con un rostro angelical, tan hermoso que ahora solo soy capaz de verlo en mis recuerdos, yacía Alis, dormida, tranquila y confiada.
Yo también había serrado los ojos por unos segundos. Disfrutaba de la dulce voz de nuestra madre adoptiva, hasta que su voz dio paso a pequeños quejidos, y esos quejidos a una terrible tos seguida de sacudidas muy violentas que estremeció todo su cuerpo.
En cuanto escuché los quejidos, me acerque a ella y trate de ayudarla pero en vano. Para la tos ya Alis se había despertado preguntando qué ocurría. Pero fueron las sacudidas las que terminaron arrebatándola del regazo de Nana.
El resto es historia.
Elisa llegó corriendo entre lágrimas y gritos, Alis estaba temblando, paralizada de la impresión. En cuanto a mí, solo me quedó abrazarlas, y darles consuelo, un consuelo que hasta el día de hoy yo no he querido recibir de nadie, eso fue lo que me tocó.
Mientras recordaba la escena del fallecimiento de nuestra madre de crianza había llegado a la orilla del canal, y observé que Alis estaba bajo el puente, con los brazos cruzados sobre sus rodillas, y la cabeza encogida entre ellos.
«Pobre hermana mía-pensé-. Te prometo que todos tus problemas se acabarán pronto»
Me acerque hasta ella y se me ocurrió romper el hielo con una vieja broma.
-Alis, Alis, hermana, ¿qué estás haciendo aquí? Lidia está muy molesta-le dije con voz infantil.
Ella no respondió al momento. Levantó la cabeza, se secó las lágrimas que aún le quedaban en las mejillas, y mirando hacia arriba, contesto.
-Sé que eres tú, Elisa nunca ha sido tan sigilosa.
Respondí sentándome a su lado.
-Debí de haber hecho un poco de ruido.
-¿Y como ocultarías tus ojos?-contesto mi hermana mirándome de frente-. Elisa tiene ojos verdes como la esmeralda. Los tuyos son dorados como el Sol, en cambio, yo.
-Tienes una parte de las dos, eso es lo que importa-le interrumpí.
Regresó su mirada hacia el lado inferior del puente que alguna vez nos sirvió de techo.
Mientras tanto yo la veía y me llenaba de tristeza verla así de triste y fría, despeinada y desaliñada, y recordar la niña alegre y bonita que alguna vez había sido.
-Escucha-le dije rodeándola con mi brazo-, sé que hemos tenido algunos problemas últimamente, pero te ruego que tengas paciencia, todo está a punto de cambiar. Solo tengo que...
-¿Paciencia?-me interrumpió airada-, me dices que tenga paciencia cada año Lidia, y cada año yo te obedezco como una tonta y te creo todas tus mentiras ¿Qué ocurrió hace dos años?, dime, cuando dijiste que nos iríamos de la ciudad al día siguiente. No paso nada. O si, si pasó, desapareces durante todo un mes y luego reapareces como si nada hubiese pasado diciendo que no nos iríamos hasta que tuviésemos suficiente dinero para establecernos en algún otro lugar. Lo mismo me dijiste el año pasado, y hoy ocurre igual.
Escuché a mi hermana con mucha atención sin evitar temblar de cólera. Es increíble que me hable así después de todo lo que he hecho por ellas. Después de todo lo que pase. Pero me contuve, a fin de cuentas, ellas no saben nada, ni tampoco son culpables. Cuando terminó hablé lo más serena que pude.
-No es justo que me hables así, hermana, ¿qué he hecho mas que cuidar de ustedes dos? Dices que quieres irte, bien, ¿de qué vas a vivir, sino del robo como aquí?, ¿dónde dormiremos?
-Elisa es talentosa. Podríamos ir de ciudad en ciudad actuando o creando manualidades para las gentes. No sé, pero cualquier cosa es mejor que esta ciudad.
-Alis, crees que yo no quiero irme de aquí. Las dos sabemos que he hecho enemigos peligrosos en Sender, pero es el único lugar en donde también tenemos aliados. Si nos quedamos aún es porque estoy trabajando en algo mucho mejor que vivir como nómadas.
Alis explotó y comenzó a gritar aún más fuerte.
-Ese es el problema, nunca escuchas, siempre eres tú, tú y tus planes, ¿cuándo ha sido el día en que nos los has compartido? Elisa y yo no hemos hecho más que obedecerte, seguirte en todos tus proyectos. Pero no puedo seguir tolerando que nos persigan por ladronas cuando hay gente que se llenan los bolsillos con el dinero del pueblo. Que vivan como reyes por hacer lo mismo que nosotras. La diferencia es que nosotras robamos para otros, ellos para sí mismos, y tenemos que escondernos ¿Crees que es justo que una niña tan talentosa como Elisa tenga que vivir esta vida? Ella puede ser mucho más.
Escuché con paciencia, solo esperando que los gritos de mi hermana no atrajeran a compañías indeseadas.
Cuando terminó quise poner mis manos sobre sus hombros para hablarle, pero ella me rechazo y volvió a darme la espalda.
-Tienes razón, Elisa tiene el talento y la clase de una señora de sociedad-le dije-. Tú, mereces ser feliz al lado de personas que te amen. Y es por eso, y quiero que me escuches bien, es por eso que nos iremos pronto.
Coloque una de mis manos sobre su hombro derecho, mientras que con la otra le agarraba el brazo estrechándola en un fuerte y cariñoso abrazo.
-Confía en mí, por última vez, prometo que esta vez no te defraudaré.
Alis aceptó mi abrazo y comenzó a llorar sobre mi pecho.
Nunca fuimos capaces de saber cuál de las tres era la mayor por orden de nacimiento, pero yo siempre fui mayor en altura y constitución física.
Mire el cielo y el Sol ya estaba muy abajo, casi rozaba los tejados de los edificios.
-Alis-la llame-, ya se hace tarde, ¿por qué no vas a comprar algo de comida con el dinero de la catedral para la cena? Debes ir antes de que cierren todos los mercados.
Ella me miró sorprendida, y yo le devolví la mirada con ojos apaciguadores, y le mostré también una sonrisa. Muchas veces la había reprendido por robarle al clérigo, eso llamaba demasiado la atención. Si tal vez fuera más cuidadosa seguramente lo hubiese aceptado, pero este no es un buen momento para reprenderla de nuevo. Además, ella ya se ganó la atención de la gente.
-Perdí la mayor parte del dinero-me dijo aún sin poder contener las lágrimas.
Entonces me fijé en su muñeca y vi el rojo de la sangre asomarse sobre las vendas blancas.
Tome su mano y le pregunté asustada.
-¿Qué te paso?
Ella bajo la cabeza y casi en un susurro respondió.
-Me alcanzaron los perros, creí que los había perdido, pero no fue así. Lograron burlar mis oídos hermana. Estoy perdiendo mi don.
Continuo sin poder refrenar sus lágrimas.
-¿Cómo eran esos perros?-pregunté sujetando su cabeza para que me mirara a los ojos.
-Eran gigantes, de cara ancha y grandes mandíbulas-respondió conteniéndose un poco.
Entonces pude comprender.
-No, Alis, no estás perdiendo tu don-le contesté, y ella me miró con atención-. Esos son perros gigantes de Caster, ¿recuerdas? Nana nos habló de ellos, nos dijo que invernaban en invierno y cazaban el resto del año presas aún mayores que ellos. Dijo que era la raza de perro más grande y sigilosa que existía.
Ella cerró los ojos como si se recriminara no haberse dado cuenta.
-De cualquier manera es demasiado peligroso que sigas robando por ahora-le dije-. Toda la ciudad ya te conoce, vas a tener que usar el cabello rojo más seguido, te verás mejor de pelirroja.
-¿Segura?-me pregunto extrañada.
-Sí-contesté.
-¿Y qué pasará con Bousnet?-me pregunto mientras se secaba las lágrimas.
-Yo y Elisa cubriremos tu parte. Ahora vete, tienes que comprar comida.
Ella no pudiendo resistirse dejo caer unas cuantas lágrimas más y me abrazo como hace tiempo no hacía.
-Ya, tranquila hermana. No te vayas a presentar así delante de Ticon-le dije en tono divertido, a lo que ella respondió entre risas.
-¿Ticon?, ese tonto.
-¿Por qué le dices así?-pregunte riendo.
-Le escupí una manzana en el rostro.
No pude hacer otra cosa que poner los ojos en blanco.
-¿Qué te hizo?
-Es un atrevido, un grosero, y no tiene nada de decencia ni distinción-dijo ella molesta.
-Claro, no es que sea el príncipe.
-¿Quién está hablando de Derek?
-Nadie, es solo que pides demasiado de un ladrón, y también que...
-¿Qué?
-Sigues enamorada de un retrato.
-Por favor, Derek nunca vendrá a Sender, él tampoco me interesa. Era una niña cuando vi su retrato por primera vez.
-Cómo digas-dije riendo mientras me alejaba caminando-. No te tardes. Tenemos mucho de que hablar.
Después de dejarla, caminé todo el camino de regreso a casa.
La casa de Bousnet es una gran edificación de tres niveles. Un primer nivel para la cocina, la sala de estar y el comedor. Tenemos también un sótano de almacén. Otro nivel con las habitaciones de Bousnet y la de los invitados, y finalmente un tercer nivel para los criados. Nosotras ni siquiera estamos allí, sino en un pequeño ático justo bajo el tejado, en donde gotea cuando llueve, y solo hay una ventana que improvisamos abriendo un agujero en el tejado, y otra más pequeña a un costado, en el muro.
Toda esa casa, y todo cuanto hay en ella, fue construido y fabricado con el oro, la plata y las joyas que en 6 años mis hermanas y yo robamos para Bousnet.
Entré en nuestra habitación y Elisa no había regresado todavía.
Aproveche su ausencia para pensar.
Fui hasta la ventana del ático y la abrí de par en par, dejando entrar los menguantes rayos del Sol crepuscular.
«Elisa encontró una pista hacia nuestro pasado, ¿pero será cierto que esa mujer pertenece a la nobleza de Caster-Can?, ¿o será una ladrona más como nosotras? Tal vez no sepa nada. Por otro lado, le prometí a Alis que nos iríamos pronto, ¿debería adelantar mis planes solo por complacerla?>>
Cerré los ojos con la intención de despejar mi mente por unos segundos. Necesitaba reflexionar mejor las cosas.
Para cuando los abrí ya se encontraba frente a mí un joven de cabellos castaños y ojos negros. Delgado, de mediana estatura, y de sonrisa pícara. Se hallaba sobre el tejado fuera de la ventana y me miraba mientras sonreía.
Cuando lo vi de pronto tan cerca de mí no pude dejar de reaccionar con una mueca de desagrado.
-¿Qué ocurre Lidia?, no estás feliz de verme-dijo él divertido.
Cerré los ojos y los abrí casi de inmediato antes de responder con un suspiro.
-Hola Ticon, no esperaba tu visita hoy-dije justo después.
-Pasaba por aquí, ¿no está tu hermana?-dijo asomándose hacia el interior de la habitación.
-Alis no está aquí ahora, pero no tardará en llegar-le respondí sin inmutarme.
El suspiró.
-Por cierto, hable con ella hoy, y dice que no la trataste con mucha cortesía, ¿es eso cierto?-continué, recordando lo que Alis me había contado en el puente.
Ticon agachó la cabeza mientras se frotaba la parte de atrás de la nuca con su mano izquierda.
-Respecto a eso, si es cierto que me propase con ella, vine a disculparme.
-Eres increíble. No quiero saber ni que fue lo que le dijiste o hiciste. Se supone que serías más amable con ella ¿Así pretendes que la deje a tu cuidado?
-Lo siento, lamento, no haber tenido la misma educación que ustedes. Su tutora fue profesora, el mío fue mi hermano.
-No sé ni qué decirte. Esperaba más de alguien con sangre noble.
-No nací poseyendo esa condición, y mi hermano era un niño cuando salió de casa, hace 25 años. Yo nací en Sender, en los subterráneos de la ciudad me dio a luz mi madre. Trate de ser lo más amable que pude con tu hermana, pero hoy se puso demasiado sensible en mi opinión.
Suspiré.
-Da igual, supongo que te enteraste del robo en la catedral.
-Sí, ¿fue ella cierto?
-Sí.
-Lo supuse, por eso intenté buscarla en el bosque para ayudarla, pero había muchos guardias en los alrededores. Ahora tienen perros enormes.
-Lo sé, uno de ellos hirió a Alis.
-¿Qué dices?, ¿pero ella está bien?
-Sí, logró escapar. Solo fue una pequeña herida en la mano, nada grave.
-Ya todos la conocen, no deben salir a robar más con su apariencia.
-Por el contrario, pienso que debemos seguir vistiéndonos como ella, con sus cabellos negros, así dejarán de sospechar de nosotras, en caso de que nos vean. De cualquier forma, Alis solo será pelirroja de ahora en más, y se tomará un descanso por un tiempo.
-No entiendo tu lógica, pero ya sabrás tú. Ahora...-dijo pensativo.
-¿Qué ocurre?-pregunte.
-Tengo noticias de Aren.
Al escuchar esa oración mis ojos se abrieron llenos de atención.
-Te escucho-respondí.
-El rey y el príncipe visitarán la ciudad. De hecho, ya comenzaron el viaje justo esta tarde. Deberán de llegar a Sender a final de semana.
La noticia fue como una revelación. Como si los cielos se me abriesen. En ese momento todos mis pensamientos comenzaron a producir ideas por si solos. Esta es la oportunidad que llevaba tanto tiempo esperando.
-¿Estás seguro?- pregunté agarrándolo del brazo.
-Completamente-contesto-. Tenemos órdenes de cesar con nuestras actividades desde ayer en la noche, los ladrones no están dispuestos a llamar la atención del rey. Solo pretenden volver al pueblo en contra del reino, y en eso se concentrarán durante la estancia del rey en la ciudad. Nos han ordenado usar al pueblo para sabotear la ceremonia de otorgamiento, y de ser posible, causar la muerte de los soberanos.
-¿Me estás diciendo que el príncipe será nombrado protector de Sender?
-Sí, si sale vivo de la ceremonia.
-Según la tradición, eso significa que el rey piensa cederle el trono pronto.
-Eso parece.
-Todo cuadra-dije al fin, entrelazando todos mis planes en completa perfección.
-¿A qué te refieres con que todo cuadra?-dijo Ticon sin comprender.
-El plan, Ticon, el escenario está montado para efectuarlo.
Ticon no dijo nada.
-Solo piénsalo, podemos aprovechar el revuelo que causó Alis y...
-No hay nada que pensar Lidia, así que no sigas-dijo Ticon de pronto-. Te prometí ayudarte a librarte de Bousnet y cuidar de Alis, pero el resto de tu plan es suicida, no solo para ti, sino que también lo es para mi gente. No pienso exponerlos por el plan de una chiquilla.
Lo miré con ojos fríos. Ya sabía que sería difícil convencerlo, pero su conciencia lo obligará a ayudarme. Solo tiene que decidir que es mejor, despreciar la oportunidad de salvar el honor de su pueblo, o el riesgo a la persecución por causa de la libertad.
-Eres un hombre justo, Ticon, por eso confío en ti. Sé que terminarás tomando la decisión correcta. De cualquier forma, hoy comenzaré con mis planes, la pregunta es, ¿me ayudarás?
El calló segundos antes de hablar.
-Sí, por ahora.
Nos estrechamos las mano en señal de pacto justo en el momento en que los últimos rayos del Sol abandonaban el escenario.
Pero entonces se escucharon gritos en la calle.
-¿Que es eso?-pregunte.
Los gritos eran cada vez más fuertes, y parecían gritos de dolor.
Ticon fue hasta el borde del tejado para ver qué pasaba.
-¡Lidia!-gritó. Pero no hizo falta que me dijera lo que estaba pasando, ya yo en mi mente me lo estaba imaginando.
-Es, es...
-Déjala-lo interrumpí.
-¿Qué?, pero...
-Yo me ocupo de esto. Ahora ve y prepárate para la madrugada.
Ticon no se hizo de rogar. Salió corriendo por los tejados hasta desaparecer.
<<Si esa mujer pretende que se saldrá con la suya, está muy equivocada. Este será el último día en que le haga daño a mi familia>>




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