Capitulo 6: "¿Qué está pasando?" Elisa

7 1 0
                                    

Todo había estado oscuro por un largo tiempo. Yo solo sentía el silencio, la paz, el descanso, todo aquello que no te puede perturbar cuando cierras los ojos.
Entonces los abrí, y no estaba tumbada, para nada; yo corría. Saltaba por los tejados, e intentaba volar como las aves. En cada espacio, observaba las calles, revisaba por las ventanas, y buscaba.
Entonces pensé:
«Aquella mujer era rubia, de piel muy pálida, ojos azules, y sus vestidos eran demasiado elegantes como para ser una mujer de clase baja, ni siquiera media»
Fui primero a la calle de las Artes, donde nos habíamos encontrado antes. Busque, pero no la halle. Seguí entonces todo el camino hasta la Zona Alta, y busqué en los Hoteles destinados a albergar a los visitantes de la alta sociedad.
«No aparece, y ahora, ¿qué le digo a mi hermana?»
-¡¡¡Ladrona!!!- escuché un grito-.¡¡¡Ladrona!!!-gritó nuevamente, y esa frase comenzó a repetirse en mi cabeza.
En ese momento supe lo que se avecinaba, y me voltee con prontitud para escapar. Pero cuando vi a ese monstruo con arrugas abalanzarse sobre mí, no pude mover un músculo. Como si con la mirada hubiese helado cada parte de mi ser.
Sentí el dolor en mi cabeza, un dolor fuerte, desgarrador, insoportable. Luego el suelo bajo mis manos raspadas, y la sangre brotando por ellas.
Intenté huir, pero en vano, fui arrastrada a las tinieblas de esa casa. La cueva de la bruja Bousnet.
Sentí el calor de las lágrimas sobre mis mejillas, pero no podía escuchar mis propios ruegos. Era como si no pudiese emitir sonido alguno, y Bousnet no se detenía. Me llevó dentro de su madriguera de la perdición, jalándome del brazo, me hacía daño, mucho daño.
Intenté pelear, huir, defenderme de alguna manera, pero solo logré ver su mano alzada caer a gran velocidad sobre mí, entonces..., vi la luz. El Sol ya había salido, y abrí los ojos para saludar a un nuevo día.
Me senté en la cama pensando en los últimos acontecimientos del sueño.
«Ella..., esa mujer me golpeó. Me arrastro y llevo dentro. Me hubiese golpeado otra vez si... ¡Alis!»
Había pensado justo cuando dirigí la mirada hacia su cama; pero ella no estaba.
«¿Dónde está?, Alis nunca acostumbra a levantarse temprano. No es como Lidia, que nunca está en su cama cuando despierto»
Pero mi sorpresa fue mayor cuando, viendo la cama de Lidia, me la encuentro durmiendo plácidamente, como si no tuviese nada más de que preocuparse.
«¿Lidia?»
No solo es extraño que estuviese dormida, sino que estaba en paz. Lidia nunca dormía bien. El único momento del día en que se hace notar es mientras duerme; porque no para de retorcerse en la cama.
Nada continuó normal desde que mis hermanas se enfrentaron a Bousnet el día anterior.
Luego de haberla dejado sola y subir a nuestra habitación; Lidia comenzó a decirnos que no robaríamos más, ni correríamos en los tejados. Me preguntó por la mujer del collar de la amatista, el mismo que había robado horas antes y que Bousnet me arrebató, a lo que le respondí que no la había hallado. Le ordenó a Alis cambiar su apariencia, y luego se sentó en la mesa cercana a la ventana a escribir cartas.
Al poco tiempo, las palomas iban y venían, una detrás de otra, trayendo y llevando mensajes.
Alis estuvo acostada todo el tiempo. Por lo que yo me propuse a hacer lo que siempre hago: "Crear".
Me senté a mi mesa de creación y tomé las piezas que compré de la tienda del Señor Mordaz.
Mi mesa de creación es una mesa enorme que tenemos contra una de las paredes del ático. Sobre ella diseño y fabricó nuestro atuendo y el resto del equipo. También tengo un pasatiempo: estoy fabricando desde hace 3 años una maqueta de la ciudad a escala.
Estuve unos minutos intentando continuar con mi obra, pero las tensiones del día no me dejaban concentrarme. Tenía la cabeza demasiado pesada. Por lo que abandone la tarea.
Tomé, pues, nuestras ropas, las pelucas, y lentes oculares que hice con acopio, un mineral purísimo y flexible que se adapta a toda superficie. Con ellos podemos cambiar el color de nuestros ojos.
Estuve arreglando nuestro equipo varias horas hasta que Alis comenzó a roncar; y Lidia me llamó para acostarme. Luego de eso me fui a la cama.
Lidia también se acostó, y yo quedé profundamente dormida. Pero hubo un momento en la madrugada que sentí los pasos de alguien en la habitación. Abrí los ojos, asustada, y pude reconocer la silueta de Alis junto a la ventana.
«¿Qué haces?-le pregunté»
«No te preocupes Eli, vuelve a dormirte-me respondió»
Entonces se fue, y yo regrese a mi sueño. No lo había recordado hasta ahora.
De pronto se escucharon golpes en la puerta principal.
«¿Qué es eso?»
Fui hasta la ventana mientras el sonido se repetía.
-Señora Bousnet, habrá la puerta, somos la guardia de Sender-se escuchó en la calle.
Abrí la ventana, y en efecto, había 5 guardias a la puerta de la casa, uno tocaba a la puerta, otro miraba por una ventana, y otros dos estaban a la espalda del quinto. Este último era muy guapo, rubio, y tenía una capa verde esmeralda a sus espaldas. Me quedé admirándolo atontada hasta que alzó los ojos hasta mi dirección y su mirada se cruzó con la mía. Inmediatamente, me sonrojé y metí la cabeza de nuevo en el interior, serrando a la vez la ventana.
«Pero qué estoy haciendo. Lidia, debo avisarle de esto»
Fui a su cama y ella continuaba rendida entre las sábanas.
Puse mis manos sobre sus hombros y la sacudí lo mejor que pude mientras la llamaba.
-¡Lidia!, despierta.
«Qué extraño es esto, lo normal es que lo haga con Alis»
Después de intentar un par de veces, mi hermana abrió los ojos, pero no sin antes presentarme una pequeña sonrisa
-Buenos días, Eli-me dijo con una ternura tan infantil que casi no la reconozco.
-Lidia, ¿te encuentras bien?
-Nunca he estado mejor, hermanita-me respondió aún acostada en su cama.
En ese momento se escucharon pasos en la planta baja y gritos de hombres, también se escuchaban las voces de los criados, y los cuchicheos de las criadas.
«¿Qué está pasando?»
-Lidia, no sé qué esté pasando, pero había guardias en la puerta de la casa, y Alis no está. Creo que nos vienen a apresar. Hermana, ¿qué hacemos?-le decía a Lidia atropellando las palabras por la agitación que la idea me causaba.
Pero mi hermana solo se incorporó y se sentó en el borde de su cama, alzó la vista, y me sonrió nuevamente.
-No tengas miedo, pequeña. Alis está en este momento asegurando su futuro, y tú, pronto, también lo harás.
«¿De qué habla?, no entiendo nada»
En ese momento tocaron a la puerta y me estremecí del susto. Volvieron a tocar y me paralicé. Tocaron un par de veces más y llamaron.
-Señoritas, por favor. Somos la guardia de Sender, estamos revisando la casa ¿Nos harían el honor de abrirnos la puerta?
Mire a Lidia y ella solo asintió con la cabeza. Aún sonreía.
«Vamos Elisa, valor, ¿Cuándo tu hermana te ha defraudado?»
Me dirigí a la puerta y la abrí.
Me llené de sorpresa al ver que del otro lado estaba solamente el hombre joven y guapo que había visto antes.
-Buenos días, señorita, ¿sería tan amable de invitarme a pasar?
-Por supuesto-respondió Lidia, que se había posicionado detrás de mí.
El soldado paso y observó la habitación de arriba a abajo. Luego se acercó a mi mesa de trabajo y puso su mano derecha sobre la estructura que representaba al puente Norte de Sender en la maqueta de la ciudad.
-¿Está todo en orden caballero?-preguntó mi hermana-. Seguramente no hallará aquí lo que busca.
-Ya lo he hallado, señorita-respondió él girándose hacia nosotras, que aún esperábamos junto a la puerta-. Al menos por un día más, con eso me conformaré, por ahora.
«¿De qué está hablando?, una vez más, no entiendo nada»
El soldado salió de la habitación y cerré la puerta de golpe.
-¿Me puedes explicar qué ocurre?-pregunte a Lidia, quien se había posado en la ventana, pero ella no me contestó- ¿Lidia?, ¿qué pasa?
Avance hacia la ventana y seguí la trayectoria en la mirada de mi hermana. Estaba mirando un carruaje negro con ventanas selladas con barrotes. De pronto escuché los gritos:
-¡Suéltenme!, no pueden hacerme esto, yo soy una señora de sociedad. Hablen con la Señora Harvin, Marquesa de Meridian, ella responderá por mí. Les digo que me suelten. ¡No!, ¡noooo!, ¡déjenme!
Me quedé anonadada con aquella escena. La llevaban dos guardias de ambos brazos hacia el carruaje jaula. Simplemente, no me lo podía creer. Todos la veían, todos la señalaban, tal cual es. Bousnet, por fin, recibía lo que merecía, por fin nos librábamos de ella, y por primera vez en mi vida, me sentí feliz al ver el dolor ajeno, al punto de alcanzar la paz en mi interior.
-Se va-dije-. Se va, se la llevan.
Mi hermana no dijo nada, se apartó de la ventana y salió por la puerta.
Me propuse seguirla, pero en eso, me percaté de un pequeño pedazo de papel que sobresalía sobre el puente Norte de la ciudad en mi maqueta.
«¿El soldado lo habrá dejado?»
Lo tome y quise leerlo, pero escuché gritos en la planta baja, por lo que me lo guarde en mi bolsillo y fui tras mi hermana.
-A partir de ahora habrá cambios en la casa. Se prepararán dos habitaciones, una para mi hermana Elisa, y otra para mí. Como señoras de esta casa, continuarán tratándonos como tales-escuche a Lidia hablando con los criados en el salón principal, mientras estos estaban formados uno al lado de otro-. Se les aumentará el salario dos veces lo que se les pagaba, por lo que no admitiré holgazanes. Y una cosa más, nadie hablará de lo que suceda en la casa con alguien de afuera. Todo el sistema que mantenía Bousnet se mantendrá como si ella aún estuviese en casa ¿Ha quedado claro?
-Si señorita Lidia-dijeron los criados a una voz.
-Eso es todo. Pueden retirarse.
Cuando terminó fui hacia ella y comencé el bombardeo.
-Hermana, ¿que está pasando?, ¿por qué se llevaron a Bousnet?, ¿dónde está Alis?, ¿y a qué venía ese intercambio de palabras con aquel soldado?, hasta te dejo un mensaje.
-¿Un mensaje...?-me preguntó ignorando todas mis preguntas.
Puse los ojos en blanco y respondí:
-Sí, dejo un mensaje-le extendí el pedazo de papel y ella lo leyó enfrente de mí, de modo que pude leer yo también.
«El primer objetivo ha sido eliminado, traeré a mi hermano sano y salvo antes de ir a por el segundo...
Pd: hay lobos en los bosques, espero que entiendas»

"Las huérfanas de Sender"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora