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Jungkook bajó del auto, sosteniendo su grande panza con una mano por sobre la fina tela de su suéter de lana negro. En su otra mano sosteniendo un bolso negro dónde traía consigo el almuerzo de su alfa, había tenido que volver al trabajo por unos problemas que su mano derecha no había podido resolver por si solo así que en la mañana no había comido nada.

Y él como buen esposo quiso llevarle la comida para que tuviera algo en la panza mientras llegaba a casa y él y sus hijos tenían lista ya la cena.

Así que sonrió y suspiro sintiendo sus pies doler, su panza de ya ocho meses pesaba demaciado, le costaba moverse y caminar. Aunque TaeHyung dijera que se veía muy tierno caminando como un bonito pingüino.

—Adiós, Alix. Gracias por traerme. —se despidió del chófer beta que su esposo había contratado para cuando necesitará salir en auto y que él no tuviera que manejar. Por su seguridad TaeHyung le había prohibido subir a un auto si no iba con él o con alguien más que fuera manejando en su lugar.

No se quejaba de todos modos. Su alfa siempre fue muy sobreprotector y desde su primer embarazo investigo todo lo necesario para hacerle sentir bien y no cometer algún error que haga poner en riesgo a su bebé y a él.

—Descuide señor Kim, es mi trabajo. —el chófer le dió una amable sonrisa— ¿Está seguro que no quiere qué lo espere a que salga?

—No, descuida. —le quitó importancia a lo que decía con un movimiento de su mano— Me iré con TaeHyung después, puedes irte seguro.

—Esta bien, señor Kim. Que tenga buen día.

—Igualmente, Alix.

El chófer arrancó el auto y se retiró del estacionamiento del enorme edificio que era la empresa de su esposo, un lugar bastante lujoso pero con decoraciones simples aunque por fuera no lo pareciera.

Jungkook caminó hasta entrar al edificio por la enormes puertas de vidrio, viendo a varios trabajadores de aquí para allá.

Pronto, una mujer con tacones altos y un traje de saco y falda color gris y cabello negro lacio hasta los hombros se le acercó a paso apresurado, con una bonita sonrisa. Una alfa.

—Señor Kim. Un gusto volver a verlo.

—Hola Miranda, ¿Cómo has estado?

—Muy bien, gracias por preguntar. Veo que usted también está muy bien, y... Embarazado. —ella río con picardía haciendo a jungkook sonrojarse.

—Si, no perdemos el tiempo.

—Ya lo veo. El señor Kim no avisó sobre su visita, ¿Gusta que le traiga algo? ¿O que mandé algo a la oficina de mi jefe?

—No, así está bien, Miranda muchas gracias. TaeHyung tampoco sabe que estoy aquí, vengo a traerle su comida.

—Oh, entonces lo acompaño al elevador.

—Gracias.

Miranda era una de las dos secretarias que poseía TaeHyung, Miranda mayormente se encargaba de traerle sus cafés o sus almuerzos mientras daba recados por todo el edificio en nombre de él, le agradaba mucho pues siempre mostró respeto a TaeHyung y se comportaba muy amable. La otra era una mujer mayor de cincuenta y tantos años de edad que lo ayudaba con su agenda y a organizar sus papeles importantes.

Una mujer muy amable que le agradaba mucho.

Miranda lo encaminó al elevador de puertas doradas, ayudándolo con su bolso, cuando llegaron al último piso dónde estaba lo oficina de TaeHyung ella se despidió de él, y él salió del elevador hasta llegar a la puerta de la oficina de su esposo.

¹Alfas Celosos [Taekook] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora