Conrad
La última vez que lloré frente alguien fue cuando mi mamá se fue.
Ni siquiera cuando mi abuela murió. Es cruel recordar eso pues mi abuela fue la única de mi familia que me amó realmente y me cuidó con mucho amor pero para ese entonces ya sabía que las lágrimas no eran algo que mi padre aprobaba.
Recuerdo el día que mamá se fue como si hubiera sucedido ayer.
Ella tomó una maleta grande, tenía el cabello despeinado y le gritó a papá “Todo esto es tu culpa, fue un error casarme contigo” ella no podía dejar de llorar y todo me daba vueltas. ¿Mamá se irá? ¿Conmigo, verdad? No me puede dejar, ¿Verdad?
Mis hermanos estaban en la casa de un amigo celebrando su cumpleaños y no tenían idea de lo que estaba sucediendo ahora mismo. Mamá nos estaba dejando y parecía que no se iba a arrepentir de la decisión que había querido tomar desde hace tiempo.
Me acerqué a ella y antes que pudiera abrazarla, ella se alejó de mí. —Conrad… —sollozó—, si tú me abrazas, no tendré el valor de irme.
No quería que tuviera el valor de irse así que me volví a acercar a ella pero me empujó.
—Te amo, hijo. —Pasó la mano por su cabello despeinándolo aún más—. Te amo pero… tengo que irme.
Y ella se fue.
Me ama pero ama más su libertad lejos de mi padre, mis hermanos y de mí.
Me ama pero ama más el concepto de abandonarme con mi padre que hasta ese momento todas sus agresiones eran verbales pero que después de ese día, se volverían físicas.
Me ama pero no lo suficiente para quedarse.
Me ama pero no lo suficiente para llevarme con ella.
Yo me tiré al piso llorando desconsoladamente. Papá me gritaba que me parara y que dejara de llorar pero por esa única vez, no le obedecí. Quería llorar hasta que se me acabaran todas las lágrimas. Quería exprimir todo el dolor que había dentro de mí. Quería despertar de esta pesadilla y que mamá me tomara entre sus brazos de nuevo.
Mamá se fue un miércoles, ¿Cómo se supone que mañana vaya a la escuela fingiendo que todo está bien? ¿Qué se supone que diga cuando llegue el día de las madres y no tenga a quien darle mi inservible manualidad? ¿Les miento a todos y les digo que mamá sigue conmigo? ¿Qué está de vacaciones?
Seguí llorando esperando que ella se diera la vuelta, corriera hacia mí y me estrujara entre sus brazos como siempre lo hacía.
Pero mamá jamás me tomó entre sus brazos de nuevo.
Ella se fue y se llevó todo.
Se llevó todo. Se llevó mi corazón, mi felicidad, mis sueños y mi bondad. Mamá se llevó mi fotografía favorita que tenía en la sala, una donde estábamos frente al árbol de navidad. Se llevó su perfume favorito, ese que siempre que lo vuelvo a sentir al pasar por una tienda de fragancias, me recuerda a ella. Se llevó todo lo que le importaba, excepto a su hijo. A mí. A mi hermano. A mi otro hermano.
Mis hermanos culparon a mi papá y él comenzó a abofetearlos pero ellos no aguantaron y se fueron de la casa.
Mis hermanos se llevaron sus camisetas, sus ahorros y todo lo que les importaba. No se llevaron a su hermano menor. A mí.
Después de un tiempo llegó mi abuela y ella me abrazaba con fuerza, tratando de remendar el corazón que su hija había desgarrado. Me abrazaba como si ella tuviera la culpa. Me cuidaba. Se paraba frente a mi padre cuando quería golpearme. Cocinaba para mí. Me amaba.
ESTÁS LEYENDO
UN CASO PERDIDO
Teen Fiction¿Quieres conocer qué pasó para que ahora Matthew y Amalia se odien? ¿Qué sucede realmente con el popular deportista Conrad Hall? ¿Cómo se unen sus vidas y qué esconde cada uno? Amalia Gray es una chica común. Buenas calificaciones, no se enreda en d...