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𝓣/𝓷 (𝓽𝓾 𝓷𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮)❃

Caminé despacio por en medio de la calle con la vista perdida. Cualquiera que me viera así se asustaria pensando que era un zombi, tenía ojeras gigantes que revelaban mi desvelo las últimas noches, tanto por los ruidosos pensamientos que concurrían en mi cabeza como por los espantosos rasguños que se oían en mi ventana durante toda la madrugada. No quería abrirla, sabía que era ÉL tratando de que me asomara para agobiarme, quería hundirme tal como mi padre lo hizo con el suyo, tal como yo (desde que me enteré de la historia) NO quería hacerlo con él.

Yo no soy una asesina.

Apreté los puños aún con las manos dentro de los bolsillos de mi suéter, las mantenía ahí por el insoportable frío. Inmediatamente volví a abrir mi palma en cuanto mi hombro chocó con el de alguien más que venía en la dirección contraria a la que yo iba. Giré la mitad de mi cuerpo para pedir disculpas, apenas audibles, pero disculpas al fin, y lamentablemente volví a caer dentro de esos ojos...

-Lo siento. - Me disculpé mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.

Aidan me miró despreciablemente como siempre, pero esta vez noté algo de confusión de su rostro. Probablemente no entendió que yo en realidad pedía disculpas por los errores de nuestros padres y no por haberlo chocado.

Me di la vuelta para seguir caminando hacia mi casa, ahora con el rostro cubierto de lágrimas, pero me impresioné notablemente cuando Aidan tomó mi brazo haciéndome girar otra vez.

-¿Te pasó algo? - Preguntó suavemente, su mirada ahora no me decía nada como casi siempre lo hacía, y la mayoría de las veces me decía; "-Te odio-". Me quedé algo anonadada unos segundos, no estaba acostumbrada a recibir actos de amabilidad por parte de él.

-No. - Respondí saliendo de mi trance y limpiándome las lágrimas. Él sonrió de costado asquerosa e hipócritamente, como solía hacerlo.

-¿Entonces lloras por nada? - Soltó mi brazo y soltó una risa falsa y estruendosa, luego volvió a mirarme. - Eres más tonta de lo que creí. - Segundos atrás sentía una especie de aprecio hacia él, pero se borró en cuanto tocó mi orgullo.

-¿Yo una tonta? Bien...tal vez no sea nueva en ésto y no sepa mucho sobre "Vampiros" por más que deba enfrentarme a ellos. - Paré un segundo para ver la reacción de él, realmente se mostraba sorprendido, entreabrió sus labios y sus ojos se agrandaron. Seguramente no se esperaba que me enterara de todo tan rápido. - Tampoco soy tan astuta, y en muchos aspectos eres más fuerte que yo, pero créeme si te digo que TÚ eres el único tonto aquí, lo único que hiciste estos años es guardar rencor por un error que yo ni siquiera cometí y ¿Sabes que más? Siento LÁSTIMA por ti. - Él cerró los ojos y tensó la mandíbula.

-¿Tú, lastima por MÍ?

-Sí, lo que oíste "Vampiro". - Hice una expresión de desagrado. - Ahora vete. - Volví a darme la vuelta y comencé a caminar a paso apresurado, pero con una velocidad increíble él se incorporó delante de mí.

-La verdad no pensé que lo averiguarías tan pronto. - Sonrió malévolamente. - Quizás no seas tan tonta.

-¡Piérdete! - Le ordené furiosa y volví a caminar lo más rápido posible. Él fue detrás de mí.

-¿Por qué crees que te guardo rencor?

-¡Dije que te fueras! - Volví a objetar mientras apresuraba el paso.

-Yo no siento rencor t/n, de hecho ya deberías saber que el único sentimiento que podemos albergar los vampiros es odio. - Acotó despreocupadamente y caminando a mi lado, como si fuéramos amigos de toda la vida.

-¿Acaso debo mandarte lejos de una patada? - Soltó una risita y luego yo también entendí que fue algo estúpido decir aquello cuando supuestamente soy una Cazavampiros, pero no tenía idea de cómo cazarlos, y Aidan me podría arrancar la cabeza antes de que intente patearle el trasero. Luego pensé; "-Si Aidan no podía sentir rencor, entonces ¿Me odiaba nomas porque si?-" - Ya que estás empeñado en hablar. - Dije. - Explícame entonces ¿Por qué me odias? ¿Es natural odiarse entre Cazavampiros y Vampiros? - Él borró su sonrisita y pensó la respuesta unos momentos.

-N....no, no en realidad. No si no intentan matarse mutuamente. - Contestó ¿Nervioso?

-¿Entonces por qué me odias? - Él tragó saliva. Si bien el sol estaba siendo obstruido por las nubes, se veía cierto brillo en su rostro.

-¿Por qué piensas que te odio?

-Lo haces muy obvio. - Me encogí de hombros.

-Bueno, sí, te odio.

-Eso lo sé, quiero saber porqué. - Suspiré. - Aidan, yo no soy mi padre, no soy una asesina, ni siquiera quiero ésto, ¡No voy a seguir un legado absurdo! - Él me miró a los ojos unos segundos, tratando de averiguar si decía la verdad, cuando descubrió que sí, mostró sorpresa en su expresión.

-No puedes no quererlo, es tu deber exterminarnos a todos nosotros. Seguramente tus superiores ya son conscientes de que lo sabes y vendrán por ti.

-¿¡Qué!? - Expresé con sorpresa, Aidan volvió a sonreír.

-Sabes muy poco de ésto.

-Ayúdame a saber más. - Supliqué pero en un tono demandante.

-¡Oh vaya! ¿Quieres que te ayude a asesinarme?

-No, no a eso, explícame sobre mi historia...nuestra historia. - Él me miró sin gesticular nada durante unos segundos y luego asintió.

-Está bien, sólo si prometes algo...

-¿Qué?

-Si tus superiores te ordenan atacarme a mí, por favor deja a mi madre salvarse...

𝐌𝐢 𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐕𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora