𝐌𝐢 𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐕𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]

１３

𝓣/𝓷 (𝓽𝓾 𝓷𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮)❃

Separó sus labios de los míos en forma lenta y tierna y sonrió pícaramente sobre ellos.

-¿Nos vemos más tarde? - Preguntó volviendo a besarme.

-Uhm... - Respondí cortadamente siguiéndole el beso.

[...]

Apoyé la espalda contra la puerta de mi suite para no tener que cargar con mi peso.

Él apoyó sus brazos a mis costados sin separarse ni medio segundo de nuestro beso. Nuestro beso... Sonaba tan bien...

¡Y se sentía mejor!

Aidan y yo habíamos estado así desde aquel día en el castillo Windsor, que si bien no resolvimos nada...ganamos todo.

Habían pasado tres días y nos la pasábamos escondiéndonos de nuestras respectivas madres para besuquearnos en donde fuera.

No pensamos en ningún momento en las consecuencias que ésto podría traer, ni mucho menos.

Una vez nos escondimos bajo un árbol en el jardín sin percatarnos de que mi hermanito estaba trepado en éste.

-¿Qué hacen? - Interrogó su vocecita. Ambos lo miramos y él nos observaba serio, con una ceja enarcada. Tuvimos que comprarle un balón de fútbol y un helado de limón para que no dijera nada.

-¿Aidan? - Se escuchó la voz de Lauren proveniente del inicio del pasillo. Ambos nos separamos rápidamente.

-Aquí estoy mamá. - Contestó él.

-¡Oh! - Sonrió Lauren al acercarse. - Que bueno que los encuentro a los dos, quiero que me digan qué sucedió en Windsor ¡No han hablado del tema desde que llegaron! - Y es que teníamos los labios muy ocupados en otra cosa.

-Nada, no nos puede ayudar mamá. T/n tiene que irse. - Anunció Aidan con cierto tono de amargura y borrando la sonrisa que hacía rato adornaba su cara. Lauren mostró preocupación en su rostro y me miró.

-Lo siento t/n, me hubiese encantado que te hubieras quedado.

-A mí también. - Respondí. Bajamos los tres por el ascensor hacia el comedor. Nos acercamos a la mesa donde estaba mi madre y Liam.

-Disculpen, voy a hablar con Aidan un segundo. - Se disculpó y se llevó a su hijo a otra parte. Me senté y di los buenos días a mi familia.

-¡Estoy tan emocionada! - Seguía sorprendiéndome mi madre.

-Si sigues así, el viaje terminará y no habrás disfrutado nada. - Me burlé.

-¡Yo tampoco lo estoy disfrutando! - Se quejó Liam. - ¡Este país es muy aburrido! ¡No venden explosivos por ninguna parte!

-¡Oh, Liam! - Lo regañó mi madre. - ¿Y tú en qué andas? - Se refirió a mí.

-¿En qué ando de qué?

-Ni siquiera noté que existías estos días.

-Estuve ocupada. - Me excusé.

-Ocupada con Aidan... - Agregó mi hermano y lo fulminé con la mirada.

-Sí, es verdad, tú y Aidan están raros. - Continuó mi madre.