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Era demasiado tarde, mas eso no fue ningún inconveniente para que ambos saliésemos a caminar por un rato tras cenar

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Era demasiado tarde, mas eso no fue ningún inconveniente para que ambos saliésemos a caminar por un rato tras cenar. Tuve que ponerme uno de sus pantalones que me sentó enorme, a lo que él me ayudó a ajustármelo en medio de sensuales besos y probadas que me hicieron reír excitada. Esa manera que tenía de consumirme a cada instante en que podía me emocionaba, me calentaba. Era una sinergia que no esperaba que se generase entre nosotros, algo demasiado energizante.

No me contó lo que hizo el día de hoy, pero sí charlamos sobre su educación y eso a pesar de que no parecía muy cómodo al respecto. Lo escuché con atención, asombrada con lo listo que era. Que se hubiese graduado como el mejor de su clase en la universidad de Seúl en la carrera de negocios me pareció abrumador.

—Recuerdo a mamá hablando de ti —mascullé mientras avanzábamos en las sombras.

Era famosísimo en Ssangmun-dong, era el orgullo del lugar, el prodigio y aunque por nombre no lo conocía, nunca me imaginé que algún día terminaría caminando a su lado a mitad de la madrugada en la penumbra, con su ropa puesta y su brazo rodeándome por los hombros bien pegadita a él.

—Ella quería que fuera como tú —conté con una minúscula sonrisa. Era hasta cierto punto, ironico que aquí estuviésemos los dos— quería que todos me recordaran como la niña que había conseguido salir al mundo y ser el éxito.

—Esto no es ser exitoso —replicó de inmediato. Me encogí de hombros y le rodeé la cintura, su calor siendo un bálsamo maravilloso para mi alma.

—Quizá no —susurré. Yo era insignificante, comparada con él era nada y comprendía que pensase que esto estaba apartado de lo que él se merecía, porque yo también creía que él era demasiado para mí— lamento que estés atrapado conmigo.

—Creo que eres lo único bueno en todo esto, Boram —soltó con sinceridad. Sonreí embobada, sin creerle— ¿estudiaste? —Curioseó interesado, a lo que yo negué.

—Es una historia larga —farfullé divertida, tratando de espantarlo porque no quería hablar de eso en realidad, sin embargo, él se mostró en verdad intrigado al respecto— ¿me vas a hacer contarte?

—Solo si quieres —dijo, tirando de mí para acomodarnos junto a un poste de luz. Verle el rostro con esa tenue iluminación le daba una apariencia siniestra y mordaz, pero me encantaba el destello de sus irises oscuros observándome con amabilidad, con más interés del que creí posible.

—No quiero en realidad —me atreví a decir, con algo de timidez porque su rostro y cuerpo mirándome así, acorrálandome de esa forma, solo me generaba una deliciosa intimidación, como si nunca pudiese estar a su altura— sígueme contando de ti, mejor.

Su risa masculina se convirtió en mi sonido favorito después de sus gemidos feroces. Tenía un melisma que me parecía maravilloso y una vibra de una sutil alegría combinada con egolatría que me ponía un montón. Era díficil que ese hombre no me causase eso. Controlarme era un reto muy díficil de cumplir.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2023 ⏰

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𝗽𝗹𝗮𝘆𝗴𝗿𝗼𝘂𝗻𝗱 || Cho Sang-WooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora